Salud
Expertos advierten que la incertidumbre es uno de los principales temas que preocupan a las personas. Sin embargo, el problema de salud mental se arrastra desde antes de la pandemia en el país.
Sin duda este ha sido un año difícil para el mundo. Las modificaciones en el estilo de vida, las nuevas dinámicas de interacción social y los cambios en la cotidianidad a raíz de la pandemia ha marcado un antes y un después para la mayoría de las personas. Sus consecuencias han sido significativas en la salud mental. La depresión, cuadros de estrés y ansiedad se han hecho notar durante el último año. No obstante, expertos afirman que esto no solo tuvo su causa desde que comenzó el coronavirus, sino que Chile ya tenía porcentajes peores en comparación a países de la OCDE desde antes, los cuales se acentuaron durante el estallido social y aún más cuando llegó el Covid-19.
Según datos de la ONG Mente Sana, Chile es el segundo país de la OCDE que más ha aumentado su tasa de suicidios en los últimos 15 años mientras que un millón de chilenos sufre ansiedad y 850 mil padecen de depresión. Pablo Toro, psiquiatra de la Red de Salud UC Christus afirmó que “la salud mental ya venía mal desde antes de la pandemia, arrastrando bastantes problemas que, además, estaban invisibilizados y eso se demostró en el estallido social. Ciertamente, ya nos tenía con índices de salud mental muy malos”.
A raíz de que la pandemia evidenció aun más la realidad del país con respecto a la salud mental, Toro aseguró que nuevas personas comenzaron a tener problemas de este tipo. “Nosotros vimos a personas sanas que nunca habían tenido un síntoma de salud mental que ahora por primera vez en su vida se veían enfrentados a cruzar el umbral de la enfermedad”, indicó.
Por su parte, Vania Martínez psiquiatra coordinadora de la Red Salud Mental Es Salud enfatizó que “la salud mental no venía bien desde antes, nosotros sabíamos que teníamos tasas más altas de depresión y sumado al estallido, la gente estaba con mucho estrés. La pandemia no nos pilló bien e incidió en la salud mental negativamente”.
A pesar de que, desde hace unos meses, el país estaba experimentando una apertura y disminuyendo las medidas preventivas, los casos de coronavirus comenzaron a subir y con ello, la tasa de contagios, hecho que alarmó a las autoridades y personal de salud poniendo énfasis en la posibilidad de que comenzara una segunda ola.
Cabe mencionar, que en Europa el rebrote que han enfrentado los países ha dejado bastante preocupación debido a la agresividad del virus y su propagación.
Es por esto que Vania Martínez señaló que se podría producir aún más estrés por la incertidumbre de lo que está pasando, por lo que una segunda ola afectaría más la salud mental de las personas según la situación que le toque vivir a cada una de ellas.
“Tener la idea de que esto va a volver a pasar ya podría desarrollar síntomas de ansiedad y otros cuadros de ansiedad”, enfatizó Pablo Toro. Además, agregó que el personal de salud ha sido uno de los grupos más afectados, ya que cuando bajaron los pacientes por Covid comenzaron a llegar a las clínicas y hospitales las personas que con enfermedades crónicas que habían retrasados sus tratamientos por la pandemia, por lo que no han podido descansar.
Uno de los desafíos más importante es que se aumente el presupuesto que se dedica para la salud mental. Según Martínez, actualmente, se invierte un 2% en salud mental del total de los fondos para salud y lo ideal es que sea alrededor de un 6%. La Organización Mundial de la Salud hizo un llamado el pasado 10 de octubre a los gobiernos a aumentar sus presupuestos.
Otro tema que es importante afrontar durante el próximo año es equiparar las coberturas de los problemas de salud físico con los problemas de salud mental, ya que la mayoría de los planes no cubren lo mismo para las diferentes áreas.
Por su parte, Toro afirmó que a pesar de que la vacuna nos permitirá empezar a realizar una vida más normal, el problema de salud mental tiene que ver con las bases de la sociedad, por lo que es necesario hacer cambios en ámbitos estructurales para que las personas tengan una mejor calidad de vida en el futuro y así los índices negativos de salud mental en el país disminuyan.
