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Diseñan rutina de ejercicios para proteger la salud cardiovascular de sobrevivientes de cáncer Salud

Diseñan rutina de ejercicios para proteger la salud cardiovascular de sobrevivientes de cáncer

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Mujeres que superaron el cáncer de mama se someten a una terapia de ejercicio físico protector para medir impacto cardiovascular y metabólico.


El cáncer de mama y las enfermedades cardiovasculares se han convertido en dos de las principales causas de muerte en Chile, con cifras alarmantes que reafirman la necesidad de soluciones para mejorar la calidad de vida de los pacientes.

Solo en 2022, se reportaron más de 31 mil muertes por enfermedades del sistema circulatorio y 28 mil por cáncer. A esto se suma que los tratamientos contra el cáncer, como la quimioterapia y la terapia hormonal, se han asociado con secuelas cardiovasculares, como la disfunción endotelial, hipertensión y diabetes.

Frente a esta problemática, investigadores del Instituto de Ciencias del Ejercicio y la Rehabilitación de la Universidad Andrés Bello, liderados por el investigador principal doctor en Ciencias de La Salud, PhD Cristian Álvarez, pusieron en marcha desde la sede Concepción el proyecto “Efectos de un programa de ejercicio físico a nivel cardiovascular, metabólico, condición física y calidad de vida de mujeres sobrevivientes de cáncer”. Precisamente en la región del Biobío, la situación es aún más preocupante con 1.380 muertes de mujeres por cáncer de mama.

Se trata de una iniciativa con aportes del Instituto Nacional de Deportes en la que participan, además, la investigadora kinesióloga, Carolina Fuentes y la investigadora nutricionista, Lisse Angarita.

El estudio tiene como objetivo evaluar cómo la combinación de ejercicio físico y terapia conservadora hormonal durante 3 meses de intervención pueden impactar positivamente en la salud cardiovascular y metabólica de aprox. Una cantidad de 30 mujeres sobrevivientes de cáncer de mama. El plazo de ejecución del proyecto es de un año (2024).

Para esto y bajo la dirección de estos investigadores, las participantes del estudio realizan ejercicios semanales, recibiendo asesoría por profesionales investigadores en rehabilitación usando el ejercicio físico. “El incremento en el diagnóstico temprano del cáncer de mama también aumenta afortunadamente el tratamiento exitoso, y, por supuesto, con él una cantidad importante de mujeres requiere retomar la normalidad de su vida. Participar en un programa de ejercicio físico guiado por un profesional podría constituir una gran ayuda para avanzar hacia una mejor salud cardiovascular y metabólica, permitiendo a las mujeres avanzar hacia una mayor independencia en su actividad física, pero por sobre todo a erradicar la hipertensión, la diabetes y el hígado graso.”

Ejercicio como respuesta

Tanto el cáncer como las patologías cardiovasculares se agravan por el sedentarismo, que se traduce en falta de actividad física y un estilo de vida inactivo. Esto implica no practicar de 150 a 300 min de actividad física de baja a moderada intensidad, o no practicar de 75 a 150 min de actividad física de tipo vigorosa por semana. Además, factores vinculados al estilo de vida, como mantener una alimentación saludable, tener al menos 7 horas de sueño, etc., son clave también en adulto.

Diversos estudios y guían clínicas han demostrado que el ejercicio aeróbico, de fuerza o la combinación de estos es fundamental durante tratamiento del cáncer, así como en la mejora de la calidad de vida y la gestión de condiciones asociadas como la diabetes y la hipertensión arterial, de acuerdo con el Colegio Americano de Medicina del Deporte. Por eso, se espera conseguir resultados en el corto plazo.

Así, “tras tres meses de intervención se espera que las personas puedan reducir su rigidez arterial, su presión arterial, la glicemia, el colesterol total y el porcentaje de grasa corporal junto con mejorar su condición física cardiorespiratoria y de fuerza muscular”, detalla Álvarez.

Carolina Fuentes, en tanto, entrega, además, algunos detalles de las rutinas diseñadas en este plan. “Las participantes realizan 2 tipos de ejercicio, primeramente 5 ejercicios de fuerza muscular usando mancuernas y después 5 intervalos de ejercicio de tipo interválico de intensidad vigorosa durante 60 segundos, conocido como HIIT (del Inglés High-Intensity Interval Training). En total, la cantidad de ejercicio no involucra más de 10 a 15 minutos de ejercicio en total por cada sesión y realizan entre 2 a 3 sesiones por semana”.

Además, se espera que las participantes puedan seguir las recomendaciones internacionales de actividad física, que les dará a las pacientes “una mayor autonomía y les permitirá realizar todo tipo de actividades con absoluta normalidad en el futuro”, concluye.

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