
Sarcopenia afecta a 1 de cada 7 chilenos mayores de 65: alerta por pérdida muscular crítica
La sarcopenia, una condición que provoca pérdida de masa y fuerza muscular, afecta al 14% de los chilenos mayores de 65 años. Expertos alertan sobre sus consecuencias en la movilidad, la independencia y la calidad de vida, y llaman a prevenirla con ejercicio y nutrición.
A partir de los 30 años, las personas comienzan a perder masa muscular de forma gradual, sin embargo, este proceso se acelera significativamente después de los 60. Es a partir de esta edad que surge la sarcopenia, afección que comienza a afectar de forma categórica la salud integral y la calidad de vida de los adultos mayores.
Más allá de las limitaciones físicas, la sarcopenia afecta a la disminución de la movilidad y el aumento de riesgo de caídas, lo cual está asociada con el deterioro cognitivo, síntomas depresivos y trastornos del sueño.
En nuestro país hay un envejecimiento progresivo de la población lo que sugiere un aumento de prevalencia de sarcopenia en los próximos años. De acuerdo con los resultados del Censo 2024, el 14% de la población en Chile tiene 65 años o más, duplicando la cifra registrada en 1992 (6,6%).
Este aumento podría impactar gravemente la salud pública, al estar vinculado con un mayor riesgo de hospitalizaciones, pérdida de independencia y un incremento en la mortalidad.
La sarcopenia reduce calidad de vida en adultos mayores. Un estudio revela impacto en movilidad, dolor y salud general. Expertos destacan la urgencia de diagnóstico temprano para mantener independencia en la vejez.
Manuel Palma, doctor en nutrición y alimentación de P&M Foods, señaló que la sarcopenia puede prevenirse o retrasarse mediante intervenciones efectivas centradas en el estilo de vida de la persona. “La práctica regular de ejercicio físico, especialmente entrenamiento de fuerza, combinada con una alimentación adecuada es crucial para mantener la masa y función muscular en adultos mayores”, agregó.
El Instituto Nacional de Envejecimiento de Estados Unidos propone este nuevo término para describir cómo el músculo se infiltra de grasa con la edad, proceso similar al hígado graso en diabéticos. El cambio busca reflejar mejor esta condición que afecta a millones de adultos mayores.
Asimismo, el especialista explicó que el control de enfermedades crónicas, evitar el sedentarismo y realizar evaluaciones médicas de manera periódica ayudan a detectar y manejar precozmente esta condición. “No solo retrasan la aparición de la sarcopenia sino que también mejoran la calidad de vida y la autonomía funcional en la vejez”, detalló Palma.
Bajo este sentido, el especialista entregó recomendaciones enfocados en aquellos adultos mayores que padecen de sarcopenia:
- Actividad física regular: Ejercicio de resistencia y fuerza muscular (al menos 2-3 veces por semana) ha demostrado ser la intervención más eficaz para mantener y aumentar la masa y fuerza muscular. Se recomienda combinarlo con ejercicios de equilibrio y marcha para prevenir caídas.
- Nutrición adecuada: Asegurar una ingesta diaria de proteínas de alta calidad (1.0 — 1.2 g/kg de peso corporal/día). Incluir alimentos ricos en vitamina D, o considerar suplementación si hay deficiencia. Favorecer comidas ricas en leucina (aminoácido clave), como carnes magras, huevos, legumbres y lácteos. Otra fuente nutricional clave para el adulto mayor son las bebidas proteicas, las cuales cuentan con antioxidantes naturales y vitaminas que cuidan la digestión.
- Controles de salud periódicos: Realizar evaluaciones funcionales (fuerza de prensión, velocidad de marcha) y seguimiento del estado nutricional. Detectar precozmente comorbilidades asociadas como diabetes, enfermedades cardiovasculares o depresión, que pueden agravar la sarcopenia.
- Apoyo familiar y social: Promover la participación en actividades grupales que incluyan ejercicio físico y socialización, ya que el aislamiento agrava la fragilidad. Los familiares deben estar atentos a signos de debilidad progresiva o disminución del apetito, y consultar con profesionales de salud.
- Adaptaciones en el hogar: Asegurar un entorno seguro, con buena iluminación, barras de apoyo y ausencia de obstáculos para prevenir caídas.