
Cuando las manos hablan: cómo detectar y tratar la artrosis de manos antes de que avance
Dolor, rigidez y pérdida de fuerza en los dedos pueden ser señales de artrosis de manos, una condición frecuente pero subestimada. Felipe Beuzenberg, académico de la UNAB, entrega claves para reconocerla a tiempo, frenar su avance y mejorar la calidad de vida de quienes la padecen.
Dolor al escribir, dificultad para abotonar una camisa o abrir un frasco pueden ser más que molestias pasajeras. La artrosis de manos es una enfermedad degenerativa que compromete las articulaciones, pero suele diagnosticarse tardíamente. Expertos llaman a prestar atención a sus primeras señales.
Felipe Beuzenberg, académico de Tecnología Médica de la Universidad Andrés Bello, sede Viña del Mar, explica cómo reconocer sus señales y por qué un diagnóstico temprano puede marcar la diferencia.
La artrosis, también conocida como osteoartritis, es una enfermedad degenerativa que afecta el cartílago de las articulaciones. “En las manos, este desgaste progresivo compromete toda la estructura articular, provocando dolor, rigidez y deformidades que dificultan tareas cotidianas como escribir, abrir frascos o abotonarse una camisa”, explica Beuzenberg.
“Es una condición muy frecuente, especialmente en personas mayores, pero también puede aparecer en adultos jóvenes por factores como la obesidad, la sobrecarga articular o la predisposición genética”, detalla el tecnólogo médico.
¿Cuándo sospechar de artrosis?
Según el académico de la UNAB, hay síntomas que deben encender las alertas:
• Dolor al mover las manos, que mejora con el reposo.
• Rigidez matutina o tras periodos de inactividad.
• Nódulos o bultos duros en los dedos, especialmente cerca de las uñas.
• Hinchazón y sensibilidad al tacto.
• Pérdida de fuerza y flexibilidad, que afecta la funcionalidad.
“Muchas veces los pacientes consultan cuando ya hay deformidades visibles. Pero si se detecta a tiempo, se puede ralentizar su progresión y mejorar la calidad de vida”, enfatiza Beuzenberg.
El rol clave de las imágenes
El diagnóstico de la artrosis de manos se basa en la evaluación clínica y en exámenes de imagen, principalmente radiografías. Estas permiten confirmar el diagnóstico, evaluar el daño articular y descartar otras patologías.
“En una radiografía con artrosis se observa una reducción del espacio entre los huesos, lo que indica desgaste del cartílago. También pueden aparecer osteofitos, que son pequeñas ‘puntas’ óseas, zonas más densas llamadas esclerosis subcondral y quistes óseos conocidos como geodas”, detalla el académico.
No existe una frecuencia estándar para repetir las radiografías. “Depende de la evolución clínica del paciente. Si los síntomas están controlados, no es necesario hacer imágenes con frecuencia. Pero si hay un empeoramiento, es fundamental reevaluar”, señala Beuzenberg.
Cómo mejorar la calidad de vida
El profesional entrega algunas recomendaciones clave para quienes viven con artrosis de manos:
• Consultar precozmente ante síntomas sospechosos.
• Seguir el tratamiento indicado por el médico.
• Proteger las articulaciones evitando esfuerzos innecesarios.
• Realizar ejercicios terapéuticos para mantener la movilidad.
• Aplicar calor o frío según el síntoma predominante.
• Informarse y participar activamente en el manejo de la enfermedad.
La artrosis de manos no tiene cura, pero sí tratamiento. Detectarla a tiempo y adoptar medidas adecuadas puede marcar una gran diferencia en la autonomía y bienestar de quienes la padecen. “Escuchar a tu cuerpo y consultar a tiempo es el primer paso para vivir mejor”, concluye Felipe Beuzenberg.
Detectar a tiempo la artrosis de manos permite mantener autonomía y calidad de vida
La artrosis de manos no se cura, pero sí se puede controlar. Detectarla a tiempo permite preservar la funcionalidad y autonomía en las actividades diarias. Consultar al primer síntoma, seguir el tratamiento indicado y adoptar medidas preventivas puede marcar la diferencia entre vivir con limitaciones o mantener una buena calidad de vida. Prestar atención a las manos es, en definitiva, escuchar las señales de salud que da el propio cuerpo.