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Estrés crónico y salud cardiovascular: cómo proteger tu corazón de este enemigo silencioso Salud Crédito: Cedida

Estrés crónico y salud cardiovascular: cómo proteger tu corazón de este enemigo silencioso

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El estrés crónico eleva el riesgo de enfermedades cardiovasculares como infartos y ACV. El académico Juan Videla explica cómo afecta al corazón y qué medidas se pueden tomar para prevenir sus consecuencias en la salud.


Resumen
Síntesis generada con OpenAI
El estrés crónico afecta al sistema cardiovascular al mantener elevados los niveles de cortisol y adrenalina, lo que puede causar hipertensión, arritmias y aumentar el riesgo de infartos. El académico Juan Videla, Magíster en Salud Mental de la Universidad Andrés Bello, alerta sobre sus consecuencias y entrega recomendaciones para prevenirlo. Además del tratamiento médico, es clave incorporar hábitos saludables como ejercicio regular, buena alimentación, descanso adecuado y técnicas de relajación. Actuar a tiempo puede mejorar la calidad de vida y proteger el corazón de daños silenciosos.
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El estrés es una respuesta natural del cuerpo frente a situaciones que se perciben como amenazas o desafíos. Ante estos estímulos, el organismo activa mecanismos de defensa tanto físicos como emocionales: se acelera la frecuencia cardíaca, aumenta la presión arterial, se tensan los músculos y se liberan hormonas como el cortisol y la adrenalina. En contextos puntuales —como un examen, una entrevista laboral o una emergencia— este tipo de respuesta aguda puede resultar útil y adaptativa, ayudándonos a reaccionar con rapidez y foco.

Sin embargo, cuando esta respuesta se prolonga en el tiempo sin permitir una recuperación adecuada, hablamos de estrés crónico, una condición que deja de ser funcional y comienza a generar un impacto negativo en múltiples sistemas del cuerpo. A diferencia del estrés ocasional, el crónico mantiene al organismo en un estado de alerta constante, afectando el sueño, el ánimo, el sistema inmunológico y, de forma especialmente preocupante, la salud del corazón.

¿Qué es el estrés crónico y por qué afecta al corazón?

El estrés crónico es una condición que ocurre cuando el cuerpo permanece en estado de tensión y alerta por un periodo prolongado, sin pausas ni mecanismos eficaces de recuperación. A diferencia del estrés agudo —que es puntual y puede ser útil para enfrentar situaciones desafiantes o de emergencia— el estrés crónico se instala de manera sostenida y silenciosa, afectando progresivamente diversas funciones del organismo.

Juan Videla, académico y Magíster en Salud Mental de la Facultad de Enfermería de la Universidad Andrés Bello, explica que “el estrés crónico eleva de forma sostenida los niveles de adrenalina y cortisol, dos hormonas que en exceso aumentan la frecuencia cardíaca, elevan la presión arterial y pueden desencadenar arritmias”.

Uno de los efectos más preocupantes es su relación con la ateroesclerosis, una enfermedad cardiovascular que se produce por la acumulación de placas de grasa y colesterol en las arterias. “Estas placas reducen el diámetro de las arterias, dificultan el flujo sanguíneo y, si se rompen, pueden generar coágulos que provocan infartos o accidentes cerebrovasculares”, advierte Videla.

Cómo prevenir el estrés crónico y sus efectos cardiovasculares

Para prevenir el estrés crónico y sus efectos cardiovasculares, el académico señala que puede ser necesaria estrategias farmacológicas, como el uso de medicamentos que regulen la presión arterial y modulen la respuesta al cortisol; otra opción lo constituyen las medidas no farmacológicas y en algunos casos la combinación de ambos.

Entre las no farmacológicas destaca la práctica regular de ejercicio físico, una alimentación balanceada rica en frutas, verduras y fibra, la reducción del consumo de alcohol y tabaco, una rutina de sueño reparador de al menos siete horas diarias, y la incorporación de actividades relajantes como yoga, taichí, caminar, leer o escuchar música.

Prevenir el estrés es cuidar el corazón y la calidad de vida

Si bien el estrés crónico representa un riesgo serio y silencioso para la salud, especialmente para el sistema cardiovascular, es también una condición modificable y prevenible. Reconocer sus síntomas, aceptar que no es normal vivir constantemente en alerta y buscar apoyo son pasos fundamentales para comenzar a revertir su impacto. A través de estrategias integrales —que pueden incluir acompañamiento médico, terapia psicológica, actividad física regular, alimentación balanceada, descanso adecuado y prácticas de autocuidado como la meditación o el yoga— es posible recuperar el equilibrio del cuerpo y la mente. Cuidar el corazón no depende solo de exámenes médicos o medicamentos, sino también de la capacidad de escuchar nuestras emociones y hacer cambios sostenibles en el estilo de vida. Actuar a tiempo no solo mejora la calidad de vida en el presente, sino que previene enfermedades futuras, reduce la carga emocional y permite vivir con mayor bienestar, energía y salud. Porque proteger el corazón también es una forma de protegernos a nosotras y nosotros mismos.

“El estrés crónico es un factor de riesgo importante, pero también modificable”, destaca el docente. “Intervenir a tiempo permite no solo mejorar la calidad de vida, sino también aumentar la esperanza de vida y alcanzar un mayor bienestar físico y mental”, concluye.

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