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Por qué las mujeres no han podido entrar masivamente al mercado de profesiones tecnológicas Destacado

Por qué las mujeres no han podido entrar masivamente al mercado de profesiones tecnológicas

Cifras mundiales indican que sólo el 15% de los trabajadores en empresas tecnológicas son mujeres. En Chile esa cifra es aún más baja.


La falta de seguridad en sí mismas, el estereotipo de que son menos inteligentes que los hombres y la ausencia de referentes de liderazgo femenino son algunas de las razones que dificultan una mayor integración de la mujer en las profesiones tecnológicas.

Esas fueron las principales conclusiones del debate “Mujeres y emprendimiento”, organizado por Microsoft en España,  en el que un grupo de emprendedoras, políticas, tecnólogas y periodistas trataron de identificar por qué hay tan pocas mujeres en el ámbito tecnológico y qué se puede hacer para lograr una mayor integración.

“Los micromachismos son el germen de que haya pocas mujeres que se sientan capacitadas para la tecnología”, señaló Lourdes Ciuró, una de las conferencistas  que es portavoz de la Comisión de Igualdad del Congreso de ese país.

La ausencia de mujeres en el área científica y tecnólógica es una preocupación en diversos países del mundo y también en Chile. Según el Foro Económico Mundial, sólo el 16 % de las estudiantes se gradúan de materias STEM (por sus siglas en inglés Science, Technology, Engineering & Mathematics), un campo que generalmente se asocia a los hombres. Y ya en el ámbito laboral, la presencia femenina llega solo al 15%, lo que cae en el área de programación donde una de cada diez personas son mujeres.

En nuestro país, las cifras indican un escenario más negativo. Según la compañía de reclutamiento Michael Page,  el 92% de los graduados en ciencias de la computación son hombres y, dentro de ese 8% de mujeres egresadas, sólo el 5% ocupa puestos en la industria de tecnología de la información (TI).

“Existe un problema en el acceso al mercado laboral, y particularmente en la segmentación del trabajo. La mujeres por lo general se concentran en áreas como recursos humanos, educación o psicología, mientras los hombre lo hacen en otras mejores remuneradas como minería, ingeniería, ciencia o tecnología”, explica Anabella Olavarrieta, Manager IT & E-Commerce de la consultora.

De acuerdo a las cifras que manejan, dentro del total de las colaboradoras que se encuentran en la industria tecnológica, el 90% está en posiciones asociadas a gestión, proyectos, roles funcionales, comerciales o consultorías. A su vez, solo el 10% restante se desempeñan en roles como desarrollo de software, infraestructura y arquitectura.

En el estudio internacional Digital Equality realizado por la consultora Roland Berger en Francia,  una de las principales conclusiones fue que para que las mujeres alcancen la igualdad en el área tecnológica deben entrar más a los trabajos técnicos del mundo digital, como los de codificación de datos, ciencia informática o inteligencia artificial. “Se trata de que las mujeres se apoderen de las nuevas tecnologías”, resumió Anne Bioulac, directora del estudio realizado a través de Internet entre 3.000 trabajadores de diferentes sectores y de 60 países del mundo.

«Es la única manera de que las mujeres puedan participar en igualdad de condiciones con los hombres en las conquistas tecnológicas que contienen las oportunidades profesionales del mañana», dice además en las conclusiones del estudio.

El informe muestra también cómo permanecen los estereotipos de género. Por ejemplo, el 40% define a las “mujeres digitales” como aquellas que usan redes sociales, el 6% las ve como mujeres que trabajan en una empresa tecnológica y solo el 3% las identifica como fundadora o trabajadora en una compañía digital. De los comentarios de los encuestados, se deduce también que las “mujeres digitales” se definen más con características como ser «colaboradora y abierta», cuando en el caso de los hombres se relaciona con el conocimiento de las tecnologías en sí. “La clave es que las mujeres sean percibidas menos como usuarias y más como creadoras de las nuevas tecnologías”, resume Bioulac.

Los desafíos pendientes

«El reto más importante es derribar la barrera que nos ponemos a nosotras mismas», señaló en México Adriana Noreña, vicepresidenta de Google Hispanoamérica. La empresa -que anunció un importante donativo para apoyar la educación en tecnología para niñas y mujeres latinoamericanas- escogió a una mujer para liderar la filial de ese país. «Cuando abrí la vacante quería el mejor talento, pedí mujeres y hombres, pero ganó la mejor. Lo celebro porque como compañía quieres los mejores resultados y ella estuvo muy bien rankeada”, señaló Noreña.

Para disminuir la brecha entre hombres y mujeres en puestos tecnológicos, la educación parece ser un tema pendiente, ya que son pocas las jóvenes que apuestan por una carrera en estas áreas.  Por mucho que la industria de la tecnología quiera terminar con los estereotipos, tiene el desafío de conseguir mujeres que ocupen las vacantes existentes. En Google, por ejemplo, una sólo tres de cada diez empleados son mujeres.

«La educación es clave para fomentar la confianza en las niñas, que a los seis años de edad ya empiezan a considerarse menos brillantes y eficaces que sus compañeros», sostuvo en el foro español la periodista de El País, Patricia Fernández de Lis. Microsoft también cree que es necesario fomentar en las niñas desde pequeñas las vocaciones científico-técnicas.

Pero también los expertos aseguran que es necesario dar más visibilidad a las mujeres que ya forman parte de esta industria y pueden servir de referentes para las que vengan detrás.

“La igualdad es un elemento de innovador para la empresa. ¿Pero cómo conseguimos atraer a las mujeres a este ámbito? Hay que romper moldes y para eso necesitamos experiencias de mujeres que han llegado a romperlos”, dijo Miren Elgarresta, directora del Órgano para la Igualdad de Mujeres y Hombres en España.

En nuestro país existen iniciativas y organizaciones que promueven la integración de la mujeres a esta área, aunque no son todavía suficientes. Plan Mujer de la Corfo o Girls in Tech por ejemplo, se preocupan de identificar, conectar y dar visibilidad a las creadoras de tecnología en Chile. «Eso las convierte en fuentes de inspiración y conocimiento para otras mujeres”, explica la analista de Michael Page.

 

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