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Las íntimas confesiones sexuales de Diana de Gales que se difundieron pese a la oposición de sus cercanos Polémica

Las íntimas confesiones sexuales de Diana de Gales que se difundieron pese a la oposición de sus cercanos

En los videos la princesa habla de su vida sexual con el príncipe Carlos, también de su amor por un guardaespaldas y cuenta cómo la Reina Isabel II no la ayudó cuando buscó consejo sobre su crisis matrimonial que atravesaba a causa de la infidelidad de su marido con su actual esposa, Camilla Parker Bowles.


Este domingo se estrenó el polémico documental Diana: In Her Own Words (Diana: En sus propias palabras) donde se revelaban por la televisión británica ante millones de personas en el Reino Unido, las dificultades de Lady Di con el príncipe Carlos, del que se separó en 1992 y con el que mantenía relaciones sexuales «cada tres semanas» hasta que nació su segundo hijo.

A punto de cumplirse el vigésimo aniversario de la muerte de Diana de Gales, que falleció en un accidente de tráfico en París el 31 de agosto de 1997, las confesiones más íntimas de la princesa se extrajeron de videos grabados entre 1992 y 1993 en el Palacio de Kensington, cuando la princesa tomaba clases con su profesor de oratoria Peter Settelen, quien fue contratado para ayudarla a hablar mejor en público.

A pesar de las presiones por parte de cercanos de Lady Di para evitar la emisión del documental, la cadena británica Channel 4 exhibió el programa donde se mostraban los aspectos de su vida privada en los que relata el poco sexo que tenía con su marido y el verdadero «infierno» que supuso la relación con Carlos, desde el comienzo de su noviazgo hasta la separación definitiva.

Entre la frases que aparecen en los videos y audios que su entrenador de voz registró supuestamente con fines didácticos, Diana comenta que el día de su boda, en 1981, “fue uno de los peores de mi vida”.

Diana recuerda cómo el príncipe Carlos, hasta entonces un amigo de los Spencer, la besa durante un evento social y termina invitándola al palacio de Buckingham “mientras trabajaba”. Solo fueron 13 los encuentros que lo novios mantuvieron antes del anuncio oficial de compromiso. «Él me llamaba todos los días y luego no me contactaba por semanas. No fue muy consistente en su cortejo», dijo Diana, quien agregó que «la criaron de tal manera que cuando se comprometía con alguien, lo quería».

También sostuvo que durante su matrimonio «el príncipe Carlos sólo quería tener relaciones sexuales una vez cada tres semanas». «Yo quería desesperadamente que funcionara, porque amaba desesperadamente a mi marido», contó aclarando lo «difícil» que fue el embarazo de su hijo Guillermo «sabiendo que su marido estaba teniendo un romance con Camilla».

Según Diana, el príncipe Felipe, padre de Carlos, le había dado permiso para mantener una relación con Camilla. «Recuerdo haber dicho a mi esposo ¿por qué, por qué esta señora (Camilla)? Y me dijo: ‘bueno, me niego a ser el único príncipe de Gales que nunca tuvo una amante’», manifestó.

Es por eso que Diana terminó buscando afecto en otros hombres como el oficial de la marina británica James Hewitt o el principal encargado de su seguridad, Barry Mannakee: “Lo hubiera dado todo por dejar palacio e irme a vivir con él”, relata sobre el oficial que terminó siendo trasladado y que poco después falleció en un accidente. «Carlos me dijo: ‘Se ha matado en un accidente de moto’. Debo decir que ese fue el mayor golpe de mi vida», relata Diana, según la transcripción de unas cintas que no llegaron a ser incluidas en el documental, pero que ya se habían visto en Estados Unidos. Esas transcripciones fueron publicadas por The Sun.

Además, el documental mostró los problemas de Diana con la bulimia y de lo poco acogida que fue en la familia real. «Todo el mundo en la familia sabía de su problema» y que «culparon a la enfermedad por el fracaso del matrimonio».

Tras la muerte de la princesa, Settelen vendió los registros a varias cadenas televisivas como la NBC estadounidense, que utilizó sólo parcialmente el material hace 13 años. El hermano de Diana, Charles Spencer, inició una batalla legal para recuperar las cintas y evitar que fueran exhibidas, pero al final regresaron a la custodia del hombre que las grabó, quien las vendió a Channel 4 por un monto no revelado.

El conde Spencer suele mostrarse muy crítico con la monarquía, pero alegó estar preocupado con el impacto que podía tener estas imágenes en sus sobrinos, los principes Guillermo y Enrique. Rosa Monckton, una de las mejores amigas de Diana, dijo que mostrar los videos era «intrusivo», mientras que la autora real Penny Junor argumentó que no había «justificación» para ventilarlos.

Channel 4 por su parte dijo que la princesa decidió abrirse conscientemente frente a la cámara en busca de una reivindicación personal, al tiempo que sostuvo: «¿Habría querido la princesa que todos los británicos conocieran el diagnóstico de su vida, de los errores pero también de las esperanzas frustradas? Nadie puede reclamar una respuesta, en el aniversario más controvertido de la realeza británica».

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