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Tuiteros culpan a joven estudiante de ser asesinada por chofer de Cabify Ni una menos

Tuiteros culpan a joven estudiante de ser asesinada por chofer de Cabify

No es la primera vez que en la redes sociales se culpabiliza a una víctima de agresión, violencia o asesinato señalando frases como: «Si hubieras estado en tu casa estudiando no te habría pasado nada», «si juegas con fuego te quemas» y otro sinnúmero de expresiones que sólo naturalizan el asesinato de una mujer, como si se lo hubiera buscado.


Según publicó Verne la sección del diario Elpais.com, Mara Castilla,  la estudiante mexicana de 19 años que fue encontrada muerta en Puebla tras desaparecer luego de subir a un vehículo de Cabify en mayo, escribió en su perfil de Twitter un mensaje cuando se unió a la etiqueta #SiMeMatan. Con ella denunciaba uno de los pilares de la cultura de la violación y de toda agresión machista: culpabilizar a la víctima. «Si me matan… es porque me gustaba salir de noche y tomar mucha cerveza», decía entonces el tuit de protesta. Ahora, son varios usuarios de esta red social los que responden al antiguo mensaje responsabilizando a la joven de haber sido asesinada.

Mara Castilla fue una de las muchas mujeres que condenaron en mayo el tratamiento que estaba recibiendo Lesby Berlín, mexicana de 22 años asesinada en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Las autoridades del país divulgaron durante la investigación datos sobre el crimen que poco tenían que ver con el asesinato. Hacían referencia a la vida personal de la víctima, que supuestamente estuvo «alcoholizándose y drogándose» antes de que la mataran. Muchas usuarias imaginaban con esa etiqueta de qué las culparían si las asesinaran.

Estos son algunos mensajes que han aparecido en las últimas horas en respuesta a esa denuncia que en su día hizo Mara Castilla a través de las redes sociales.

Antes de que se confirmara el fallecimiento de la joven de Puebla, Vivien Vázquez, también residente en la zona, le escribió una carta a Castilla. “Mara: Cuando regreses a casa no pidas perdón por haber salido con tus amigos a divertirte, tampoco por haberte puesto linda”, comienza la publicación de Vázquez, quien no conocía a Castilla. El mensaje registra en Facebook más de 2.700 compartidos en sus primeros cuatro días de publicación. Decenas de usuarios también han copiado el texto en sus muros.

Mara:

Cuando regreses a casa, porque así será, no pidas perdón por haber salido con tus amigos a divertirte, tampoco por haberte puesto linda, no pidas perdón por haber tomado la cantidad que hayas querido tomar si es que lo hiciste. Mi niña, no pidas perdón por haberte divertido esa noche, por haber bailado y cantado. Mara, no pidas perdón por haber estado hasta las 4 o 5 am, por haberte querido ir sola, no pidas perdón por haber solicitado un servicio de transporte. Al final de cuentas querías llegar segura. No pidas perdón por haberte distraído en el camino, por quizá haberte quedado dormida, no se te ocurra pedir perdón por confiar en la gente. Por ahí leí «seguro ya cogía», si lo hacías, no tienes por qué disculparte. Mara, no pidas perdón por ser mujer.

Mara, nosotros te pedimos perdón por juzgarte, por criticar tu vida en todos los aspectos, por hacerte sentir responsable de lo que tú y tu familia no tienen la culpa. Perdón por revictimizarte, por justificar a gente que daña a otras personas haciéndolas sentir que cuando alguien se encuentra vulnerable puede lastimarlas, agredirlas, violarlas, desaparecerlas o matarlas. Perdónanos por no dejarte divertir ni disfrutar tu juventud, por querer apagar tu magia. Mara, perdón porque cada vez que hemos hecho esto con alguna mujer hemos acrecentado la creencia de que está bien lo que ellos hacen, de que no pasa nada.

Mara cuando vuelvas, da gracias, entiende que no hay nada malo en ti, ni en lo que haces. Espero que seas muy feliz.

Deseo de corazón que nadie te haya lastimado.

Te estamos esperando.

De parte de alguien que no te conoce, que te quiere de vuelta y que más de una vez ha tenido que gritar «No quiero».

No solo se han culpabilizado a estas dos mexicanas. También ocurrió con las viajeras argentinas asesinadas en Ecuador –a las que se les recriminó que viajaran «solas»– o en la violación múltiple a una menor en Brasil, donde la propia policía planteó que podría tratarse de un acto sexual no forzado.

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