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Power Peralta: “Si no hubiésemos llegado a Cirque du Soleil, la gente no nos miraría igual” Son parte del último video de JLO

Power Peralta: “Si no hubiésemos llegado a Cirque du Soleil, la gente no nos miraría igual”

Alejandra Valle
Por : Alejandra Valle Periodista, porteña. Conductora de televisión, editora de revistas, con un largo currículum en diversas plataformas de información. Directora en www.elmostrador.cl/braga @siliconvalle
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Enfrentaron prejuicios y discriminación, porque ninguno de los dos estudió danza clásica y hasta por cómo se vestían. Se les cerraron puertas, pero nunca dejaron de tocarlas porque aman lo que hacen. Hoy se ganaron su espacio y han hecho de su estilo, una marca registrada a tal nivel, que los llamaron directamente para ser parte de Amor, Amor, Amor, el último sencillo de Jennifer López junto a Wisin.


Power Peralta ya es una marca registrada en Chile. El nombre del dúo de hermanos conformado por Gabriel y Raúl Peralta es sinónimo de baile urbano, perfección, profesionalismo, elegancia y hasta de un estilo de vestir.

Han puesto alto el nombre de nuestro país, representándonos desde en la Quinta Vergara y hasta en el Cirque du Soleil. Porque, a pesar de que habían estudiado carreras tradicionales en la universidad (diseño industrial y publicidad), y de que sus padres (ambos bailarines del Ballet Nacional Chileno) habrían preferido que no eligieran el difícil mundo del arte para sobrevivir, hoy son los más grandes exponentes de un estilo de baile y han tenido hasta su propio programa de televisión.

Tras haber luchado contra los prejuicios de ser bailarines en nuestro país, y hasta de vestir de una manera muy particular, hoy tienen una rentable empresa, que es su academia de baile, tienen un sello en la danza y en la moda, son rostros de una compañía de relojes, los G-Shock, y, por si fuera poco, fueron escogidos para aparecer en el último video de Jennifer López y Wisin, Amor, Amor, Amor.

– Hablemos de este video con JLO. ¿Cómo se gestó? Se conocen desde Qué Viva… pero ¿esperaban una invitación así? ¿Cuán importante es para un bailarín estar en el videoclip de una celebridad como Jennifer López?

– Nosotros tenemos una agencia en Los Ángeles que se llama MSA. A través de esa agencia nos contactaron porque sintieron que calzábamos con el perfil del video y, sobre todo, porque el video tenía una onda muy parecida a un video que hicimos en el metro de Nueva York con una canción de Michael Jackson y como el video de JLO es en el metro, calzó. Nosotros estábamos en Los Ángeles y de ahí viajamos a Nueva York y estuvimos un día grabando. Para nosotros es importante porque en un mundo en que hay tantos bailarines, sobre todo en L.A., que nos llamen a nosotros sin hacer audición, quiere decir que tenemos una marca que la gente conoce y eso es lo más relevante. Sentir que somos considerados dentro del mundo de los bailarines, nos motiva.

– Los Power Peralta nacen mientras ustedes vivían en Nueva York. ¿Cuánto les ayudó ser gemelos iguales?

– Creemos que el ser gemelos no solamente nos ha ayudado en un tema artístico, sino que además es atractivo ver a dos personas iguales, con la sincronía máxima y la igualdad. Ser gemelos también nos ha ayudado a acompañarnos, yo siento que nos ha ayudado más bajo el escenario, para hacer un equipo en el sentido de hermanos.

– Tienen además un look muy particular. ¿Siempre fueron así o lo fueron perfilando con los años? ¿Los ayudan? ¿Hay una asesoría detrás?

– El tema del look fue algo que fuimos desarrollando con el tiempo. Nosotros siempre fuimos amantes de la cultura urbana y la moda del hip hop, pero siento que durante el paso en Estados Unidos, Las Vegas, Nueva York, fue cuando desarrollamos una identidad importante y también fuimos perdiendo el miedo a ser quienes queríamos ser. Antes, cuando nosotros partimos en Chile, se nos criticaba mucho por cómo nos vestíamos, se nos miraba raro, porque también era otra época. Cuando salimos del país y nos fuimos a NY ya estábamos completamente empoderados de nuestro look, de nuestro personaje y creo que eso ha hecho que marquemos tendencia y vayamos con nuestra bandera de la moda sin importar mucho lo que la gente ocupa o no. Y nos asesoramos mutuamente.

– Sus padres son ambos bailarines, ustedes terminaron carreras tradicionales antes de dedicarse al baile. ¿Ellos querían que se metieran a la danza o tenían miedo?

– Nuestros viejos nunca nos fomentaron la danza, siempre quisieron que estudiáramos una carrera más convencional, ellos sabían lo difícil que era, que era una carrera sacrificada, que no tiene muchos caminos trazados. Nunca de su boca o de alguna acción de parte de ellos, se nos vinculó a la danza, simplemente nos llevaban a sus ensayos o presentaciones cuando no tenían con quién dejarnos. Yo creo que esa fue su mayor influencia en querer ser bailarines. Sin querer, nosotros corriendo alrededor de ellos, acompañándolos en miles de funciones, viéndolos en los escenarios, viendo a mi papá maquillándose, al final todo eso nos marcó, pero de parte de ellos nunca existió el interés de que nos dedicáramos a la danza.

– ¿Qué le dirían a los jóvenes que están entrando a la universidad y quizás están en disyuntiva de si irse por un camino de profesiones más tradicionales o hacerle caso a su corazón?

– Yo siento que me puedo complementar en diferentes cosas, ya sea lo artístico o con una carrera convencional, siento que en la generación de hoy dedicarse a algo artístico es mucho más normal de lo que uno cree, el ser feliz es una condición que todos merecemos. Nosotros creemos que si haces lo que te gusta, lo que te apasiona, es imposible que te vaya mal, Por lo tanto ese es nuestro mensaje y siempre lo será. Nosotros pasamos por la universidad y eso nos potenció muchísimo, nuestra carrera también. Hoy en día no sólo dedicarse a bailar, sino, tener una escuela, tener una productora y trabajar diferentes ramas del entretenimiento… eso lo potenció claramente lo que estudiamos. Los caminos pueden ser muchos, pero lo más importante es estar feliz y apasionado por lo que haces.

– Se ha hablado mucho desde el año pasado de dos temáticas: abusos en la industria del entretenimiento y brecha salarial por género: ¿Qué piensan sobre eso y cómo es en el mundo de la danza?

– En el tema de los abusos, y particularmente lo que pasó en Hollywood, estamos hablando de una industria que es muy difícil de comparar con la industria de acá, pero siempre se enfrenta la situación de que alguien quiere una oportunidad, alguien está dispuesto a dártela, alguien está dispuesto a cruzar una línea para tener esa oportunidad y alguien está dispuesto a aprovecharse de ese poder. Claramente no estamos dispuestos a que esto suceda, por lo mismo cuando uno llega a un lugar tiene que ser por méritos propios, no dejándose pasar a llevar. Los abusos existen en todos lados, en Chile, afuera, en el mundo de la danza, en el mundo de la actuación. Las nuevas generaciones están bien claras, y saben que pueden llegar donde quieran por sus propios medios y no hay que dejarse pasar a llevar por nada. En el tema de los géneros creo lo mismo, hombres y mujeres tienen que estar al mismo nivel en todo, nosotros ya somos de esa generación, crecimos dentro de esa realidad y creo que ya debería ser una tónica en el mundo laboral, tanto en el entretenimiento como en cualquier otro rubro.

– ¿Han tenido que combatir algún tipo de prejuicio o discriminación?

– Toda la vida, desde que partimos desde que quisimos empezar a abrirnos paso en el mundo del entretenimiento. Primero por cómo nos vestíamos, después por la música que bailábamos… Nosotros intentamos hacernos espacio desde el año 2000 y algo. Se le decía a Raúl que no tenía técnica, que no bailaba, que sólo podía moverse bien, porque para ser bailarín tenías que estudiar danza clásica, que lo que nosotros hacíamos no era arte, que estábamos en un viaje y que nos creíamos “no sé qué cosa”. Cuesta hacerse espacio cuando no tienes conexiones, cuando haz partido de abajo. Al final nos tocó hacer un espacio, logrando cosas que nadie había logrado antes, si no hubiésemos llegado a Cirque du Soleil, la gente no nos miraría igual; si nosotros no hubiésemos trabajado con JLO, la gente no nos miraría igual. Se nos cerraron miles de puertas y la misma gente que las cerró, las abrió después de haber vuelto de JLO o del Cirque du Soleil. Tuvimos que tocar muchas puertas que se cerraban, y se cerraban por el prejuicio a nuestra esencia, que al final fue lo mismo que las abrió.

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