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Aborto sí, aborto no: eso lo decido yo Yo opino

Aborto sí, aborto no: eso lo decido yo

Laura Quintana
Por : Laura Quintana Periodista. Coach Ontológico y Mentora. Fundadora de El Mostrador Braga. Experta en comunicación estratégica, género e inclusión. Sígueme en Instagram @coachdevida_lauraquintana.
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Este viernes 28 de septiembre es el día de acción global por el aborto libre, legal, seguro y gratuito, jornada en la que el mundo le recuerda a los líderes y legisladores de Latinoamérica y el Caribe -donde más del 97% de las mujeres en edad fértil viven en países en los que el aborto está restringido por ley- que al año mueren, en ese territorio, más de 6.000 mujeres por complicaciones de abortos clandestinos.

El aborto en nuestro país existe y es de fácil acceso y seguro para las mujeres con recursos, quienes se pueden desplazar a lugares en los que no está penalizado o contratar servicios de médicos particulares. La discusión, entonces, no es si permitimos el aborto, sino si queremos aborto clandestino o aborto seguro, derecho a la salud para todas o sólo para algunas.

En 2012, la Organización Mundial de la Salud aseveró que “los abortos que cumplen con requisitos de seguridad se convierten en privilegios de los ricos” y entonces el acceso a un procedimiento seguro de salud se convierte en un “lujo”. El reflejo de esta realidad es que, según datos de Amnistía Internacional, en América Latina y el Caribe la mitad de los embarazos son no deseados y no planificados, producto de la violencia sexual, la demanda de anticoncepción insatisfecha y una cultura machista patriarcal que prioriza el rol de la mujer madre. En este contexto, no podemos seguir permitiendo que las niñas, jóvenes y mujeres de nuestro país expongan sus vidas al ver denegado por el Estado sus Derechos Humanos, su derecho a elegir el ser madre y cuando serlo.

¿Se puede obligar a una mujer a ser madre? ¿Puede cualquiera de nosotros tener la moral de exigir a otra la crianza de un hijo no deseado? Algunos dirán que sí, que esa “vida” no tiene la “culpa”. Me pregunto de quién es la “culpa” entonces: ¿de la mujer pobre que no puede acceder a anticonceptivos y que es violada por su marido, o de la joven que ni siquiera sabe de la existencia de métodos de planificación porque en nuestro país no existe la educación sexual, porque el sexo aún es un tema tabú? O más simple aún: ¿la culpa es de esa mujer que podría ser tu hija, tu hermana, tu amiga a la que le falló la anticoncepción?

Estas mujeres son obligadas por el Estado chileno a abandonar sus metas, sueños, expectativas laborales y de crecimiento personal al impedirles tener autonomía sobre su cuerpo y acceso a la interrupción del embarazo en las primeras 14 semanas de gestación. ¿Es justo que la “vida” de ese embrión, que se asimila a la de una planta, tenga más valor que la de una mujer? No lo es, es una imposición machista y que centra el rol de la mujer como un “mero receptáculo, una mera “tenedora” o la que “presta el cuerpo” como han dicho los legisladores de derecha, egoístas y cínicos ante una realidad que afecta sólo a las pobres, a las mujeres que no les interesan.

Y de vuelta, tú, hombre exitoso y libre que lee esta columna, que sólo por tu género nuestras leyes te dan más autonomía, ¿podrías renunciar a tus derechos para ser obligado a criar un hijo? ¿Podrías aceptar la obligación de suspender y cambiar tu vida para hacerte cargo de un niño que no querías tener, que no planificaste? Esa respuesta sí la tengo, y es no, porque como dicen los hombres “abortan por la boca”, y pueden desentenderse de su rol paterno de manera tan fácil que resulta contradictorio que algunos se atrevan a opinar de las “malas madres” o las “asesinas abortistas”.

Seguro saltaron los “yo no, no soy así”. Pues te cuento que si no crees en el derecho a la mujer de decidir y no defiendes su autonomía, tanto como defiendes el libre mercado, tanto como defenderías tu propio derecho a decidir, pues eres parte del problema, de ese problema que termina en muertes y que no se va a solucionar negándolo. Porque te aseguro que sí conoces a una mujer que ha abortado, así como conoces a una mujer que ha sido abusada.

Cada día se realizan 55 mil abortos inseguros en el mundo, 95 por ciento de ellos en países en vías de desarrollo, los cuales son responsables de una de cada ocho muertes maternas. En Chile, en tanto, el aborto clandestino es una realidad con cifras de 33.000 a 160.000 por año poniendo en riesgo potencial a cada una de estas mujeres.

Como mujeres autónomas y activas por el derecho a decidir, desde la Plataforma por Aborto Legal y Seguro exigimos a nuestras autoridades y a nuestros legisladores la despenalización del aborto en todas sus causales con un plazo de 14 semanas de gestación, exigimos libertad y no perder nuestros derechos civiles, quedando como interdictas, al estar embarazadas.

Y a los hombres chilenos, una invitación a la empatía y a sumarse a esta cruzada por la libertad y la igualdad de derechos, a salir de la mirada machista inculcada por una sociedad que desprecia a las mujeres y crecer en el amor al prójimo. La maternidad será deseada o no será.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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