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Los acusados por el movimiento #MeToo de vuelta al trabajo BRAGA

Los acusados por el movimiento #MeToo de vuelta al trabajo

Menos de 18 meses después de que acusaciones públicas de acoso sexual y mala conducta comenzaran a derrocar a cientos de hombres poderosos, al menos una docena de los acusados han sido contratados, financiados y reintegrados.


Los acusados por #MeToo están de regreso y nadie sabe cómo responder.

Menos de 18 meses después de que acusaciones públicas de acoso sexual y mala conducta comenzaran a derrocar a cientos de hombres poderosos, varios de los señalados ya han vuelto al trabajo. Entre ellos: el cofundador de Pixar, John Lasseter, es ahora jefe de una naciente división de animación en Skydance Media; el arquitecto Richard Meier continúa en su firma; el destituido director ejecutivo de Intel, Brian Krzanich, ahora encabeza CDK Global Holdings. Incluso los comediantes Louis CK y Aziz Ansari han vuelto a los escenarios, con reacciones dispares.

En total, al menos una docena de los acusados han sido contratados, financiados y reintegrados.

Las acusaciones no son las mismas en cada caso y los hombres que ahora reviven sus carreras reaccionaron a la desaprobación pública de diferentes maneras. No obstante, a medida que ellos y otros resurgen en el ámbito profesional, se abre una nueva fase del movimiento #MeToo. No hubo un precedente para la ola de acusaciones que apuntaron a más de 425 hombres en 2018 y tampoco hay uno para lo que viene después, ni para las mujeres que sufrieron avances inapropiados ni para los hombres que los perpetraron.

Luego de que surgieran acusaciones sobre el comportamiento inadecuado de Lasseter en Pixar, el ejecutivo envió un memorándum a empleados de Disney en el que se disculpó por abrazos no deseados u otros gestos ofensivos. Volvió a disculparse por su comportamiento poco después de asumir su cargo en Skydance. David Ellison, hijo del fundador de Oracle, Larry Ellison, y fundador de Skydance Media, con sede en Santa Mónica, California, anunció la contratación de un equipo legal para investigar las acusaciones contra Lasseter y señaló que «sus errores han sido reconocidos».

Ello no convenció a muchas animadoras, que se quejaron de que era demasiado pronto. Marge Dean, presidenta de Women in Animation, expresó su «conmoción y angustia» en una carta abierta publicada en la pagina de Facebook del grupo, y Mirielle Soria, quien dirige la división de animación de Paramount Pictures, le dijo a sus empleados no debían trabajar con Lasseter. La actriz Emma Thompson decidió marginarse de una película que estaba haciendo con Skydance en protesta por la contratación de Lasseter.

“Soy consciente de que siglos de sentirse con derecho a los cuerpos de las mujeres, les guste o no, no cambiarán de la noche a la mañana o en un año», escribió Thompson en su carta de renuncia, que fue publicada el martes por el diario Los Angeles Times. «Pero también soy consciente de que si las personas que han hablado, como yo, no toman este tipo de postura, es muy poco probable que las cosas cambien al ritmo que se necesita para proteger a la generación de mi hija».

Del mismo modo, las mujeres que han acusado al arquitecto Meier de exhibir un patrón de hostigamiento reaccionaron con indignación al conocer informes de que regresó a su empresa tras seis meses. Las operaciones diarias todavía están en manos de Bernhard Karpf y otros directores. «Obviamente no es la situación tóxica que pensamos que sería», afirmó Karpf recientemente.

«Que uno de los socios diga que es algo del año pasado y que van a seguir adelante es negacionista, desdeñoso e insensible», comentó Stella Lee, quien aseguró que Meier se expuso frente a ella cuando fue a trabajar en su casa a principios de los años 2000. «Borrarlo, barrerlo debajo de la alfombra no es la respuesta correcta».

«Hemos tomado y continuamos tomando este asunto muy en serio», dijo un vocero de Richard Meier & Partners, y precisó que la oficina tiene una nueva administración, nuevas políticas y un mayor número de mujeres en cargos directivos.

La respuesta correcta no siempre es clara. Algunos de los presuntos victimarios –Harvey Weinstein, Kevin Spacey– enfrentan cargos penales. Sin embargo, muy pocas de las acusaciones divulgadas durante el último año se han resuelto mediante un proceso formal o público y muchas tienen años o décadas de antigüedad. Krzanich de Intel fue despedido por mantener una relación consensual con una empleada subalterna, lo que generalmente se reconoce como una mala decisión pero no como evidencia de un patrón de comportamiento espeluznante o criminal. Cuando fue contratado por CDK, la compañía hizo alusión a su «historial excepcional» y aseveró que cuenta con la plena confianza del directorio.

El fondo de defensa legal Time’s Up, que ofrece apoyo financiero para las mujeres que quieren llevar a sus acosadores a los tribunales, alienta a los ejecutivos acusados a seguir un camino de disculpas totales, rehabilitación comprobada y restitución para las víctimas. «He visto historias sobre varias personas listas para regresar, pero muy poco sobre lo que están haciendo para reparar el daño que causaron», expresó Fatima Goss Graves, presidenta del National Women’s Law Center, que administra Time’s Up. «Lo que se ve en cambio es un montón de equívocos acerca de si hicieron algo importante o no».

Los directorios de empresas deben asegurarse de hablar con los acosadores individuales y las mujeres que atacaron, agregó Goss Graves, así como con la cultura que permitió el acoso en primer lugar. Cualquiera sea el proceso, las juntas directivas deben ser transparentes sobre los cambios que se están realizando. Las compañías deben anticipar el pago de indemnizaciones, ya sea a individuos identificados o para financiar campañas más amplias a fin de detener el comportamiento inaceptable.

«Si John Lasseter fundara su propia compañía, a cada empleado se le habría dado la oportunidad de elegir si le da o no una segunda oportunidad», escribió Thompson en su carta. Los empleados actuales que no quieren trabajar con él, sin embargo, «tienen que quedarse y sentirse incómodos o perder sus empleos».

La misma lógica se aplica a los artistas y, hasta cierto punto, a las figuras políticas. Louis CK expresó remordimiento y arrepentimiento en una declaración y ahora el público puede decidir sobre comprar un boleto para uno de sus shows. Aziz Ansari, otro comediante que enfrentó acusaciones de comportamiento indebido, ha vuelto a llenar asientos. Este mes, según una reseña de un reciente show en Nueva York, Ansari habló sobre los alegatos en público por primera vez desde su regreso y aseguró que la experiencia lo convirtió en mejor persona y espera que sirva de aprendizaje a otros hombres.

No obstante, hay otro elemento importante: el reconocimiento y la disculpa. «La validación de la historia de la víctima es muy importante para cerrar el círculo», indicó el abogado Ken Feinberg.

Eso podría ser suficiente para Liz Lee, quien afirma que Meier se expuso frente a ella. Algunos hombres pueden ser irredimibles en el lugar de trabajo debido a su patrón de comportamiento, acotó, pero aquellos que no deben hacer un esfuerzo extremo. En su opinión, la vergüenza pública también tiene un propósito.

«Odio decirlo, pero necesitan sentirse avergonzados», admitió Lee en una entrevista. «Tiene que haber un punto en el que digan: ’está bien, no debí hacer eso y lo siento’ y eso es todo, que no digan nada más».

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