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Game Over al machismo: la lucha de las mujeres en el patriarcal mundo de los videojuegos en Chile BRAGA

Game Over al machismo: la lucha de las mujeres en el patriarcal mundo de los videojuegos en Chile

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Cristian Leighton Miranda
Por : Cristian Leighton Miranda Periodista. Coordinador de Mesa Periodística y Redes Sociales de El Mostrador
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Miles de mujeres luchan día a día contra los estereotipos y comentarios al jugar videojuegos, una pasión que se supone que debe ser solamente de alegría y disfrute. Sin embargo, algunos casos escalan y se convierten en acoso laboral sólo por ser mujeres y «no saber del tema», según los hombres. Por eso una asociación agrupó a las mujeres gamers para dar batalla al machismo en los juegos de video.


20 segundos. Eso es lo que se tarda un jugador español en insultar a una compañera de equipo en cualquier videojuego… sólo por ser mujer. No por mala, no por estar trolleando (término que se usa para identificar a las personas que arruinan las partidas a propósito), sino que sólo por ser mujer. Eso fue lo que evidenció una publicidad en España, donde buscaban frenar el abuso y, en algunos casos, acoso hacia las mujeres en los juegos de video.

Esa situación que parece extraña, no lo es tanto en Chile. Así queda demostrado en los testimonios no sólo de jugadoras, sino que mujeres que trabajan en el ámbito de los videojuegos en el país. Ese es el caso de Elsa, quien trabaja actualmente en el mundo de los esports, disciplina que está en pleno auge en el país.

«Cuando comencé a ser manager en el equipo donde actualmente trabajo, comencé a suplir en muchas reuniones a mi jefe, ya que yo me empezaba a hacer cargo del área», señala, usando un nombre falso por temor a represalias.

En esas reuniones donde tenía que participar, Elsa era la única mujer. En su testimonio, detalla que ellos la molestaban y acosaban sólo por ser mujer: «Me trataban de forma despectiva, que no sabía nada», sólo por no ser hombre.

«Muchas veces quisieron pasar por encima mío no estando mi jefe», sentencia, asegurando que debido a su personalidad, pudo salir adelante: «gracias a ello pude dejar de ser la ‘mina que no sabía nada del rubro'».

Esa suerte no es la misma que corrió Cynthia. Su calvario comenzó a los 19 años, cuando el mundo gamer era mucho más machista de lo que está ahora, cuenta. «En aquel entonces asistía a los cibercafé a jugar Counter Strike. También iba a los juegos Diana y Flipper Inn a probarme en los fighting games», relata.

«Estos lugares de arcades en aquel entonces eran bastante Club de Toby. Pocas niñas se atrevían a entrar. A muchas nos decían ‘putas'», sólo por acercarse al local, reconoce, «ya que se acercaban a buscar pololo o regalos».

El acoso ocurrió cuando otra niña se acercó a la máquina donde ella jugaba. En ese momento, fueron rodeadas por un grupo de sujetos: «comenzaron a gritar ‘pelea de gatas, sáquense la chucha. Ahh, son malas las hueonas, hueona no sabes jugar’. Yo ya acostumbraba a esos tratos y creía que debía ganar espacio venciendo».

Después, según Cynthia, paso lo mismo, «pero esta vez fue un hombre mayor, metió la ficha y me empujó cuando vio que él perdía. Le pare los carros y me corrió del lugar, me dijo que era marimacho y que mi lugar era la casa y el aseo. El enervado porque le dije ‘cállate noob (jugador primerizo, es un insulto en la comunidad gamer)». Ahí ella se asustó ya que «vi su cara roja y posición de golpe. Ninguno de los presentes se acercó a prestar ayuda y me fui. Pasaron años para regresar», relata.

«¿Es necesaria esta actitud? ¿Qué territorios invadimos al jugar con hombres?», se cuestiona.

Esa misma pregunta se la hicieron muchas otras mujeres ligadas al ámbito de los videojuegos en el país, quienes se asociaron y fundaron #Mujeresenvg, la asociación de Mujeres en la Industria de los Videojuegos. Ellas son una organización sin fines de lucro que busca darle importancia y vitrina al trabajo de las mujeres dentro del medio. Así como crear nuevos espacios de colaboración entre profesionales, estudiantes y entusiastas de los videojuegos, para impulsar nuevos talentos y proyectos. Y, por supuesto, protegerse mutuamente del acoso y machismo presente en el rubro.

Así lo cuenta Camila Vilches, presidenta de la agrupación, quien señaló que «siempre tratamos de afrontarlos (cada una de las denuncias) de manera parcial, sin importar quienes son las personas denunciadas y tratando de dar el mayor apoyo a las victimas. Siempre extendemos toda la ayuda posible en caso de que la victima quiera seguir la vía legal o cualquiera sea la forma en que quiera llevarlo. Lo más triste a veces es que las chicas no quieren hacer nada, y solo nos queda darles contención».

En ese sentido, debido a que a veces las jugadoras no quieren denunciar por temor a represalias, no han logrado mucho, «sin embargo cuando salimos en el diario hablando del caso de un abusador que trabajaba de editor en un sitio creemos que al menos él tuvo que dejar su cargo. Pero se da mucho, que se hace una denuncia y la persona queda impune».

Sobre el machismo presente en el mundo gamer, Vilches reconoce que «tratamos de educar a toda la gente y de dar todo nuestro apoyo a las chicas, nuestro real objetivo es que todas se sientan apoyadas y contenidas. Somos una comunidad, somos amigas, las ayudaremos en lo que sea, a matar un boss o a presentar una denuncia a la justicia».

A pesar de ser una agrupación que defiende a las jugadoras de estos casos de machismo, ellas también han sido amenazadas: «al principio sobretodo recibimos muchas amenazas y violencia, publicaron muchas cosas de nosotras en nido.org y la verdad cuando intentamos hacer la denuncia nos dijeron que era inútil. Fueron tiempos horribles. Yo creo que nunca van a dejar de tratar de hacernos daño, porque no les gusta nuestra labor ni lo que queremos transmitir», sentencia Vilches.

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