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Feminicidios en Venezuela: la crisis humanitaria hace más vulnerables a las venezolanas BRAGA

Feminicidios en Venezuela: la crisis humanitaria hace más vulnerables a las venezolanas

Venezuela figura desde hace años entre los 15 países con más feminicidios en el mundo, según la ONU. El colapso de los sistemas de salud, de transporte y la falta de alimentos debilita más a las mujeres en Venezuela.


Solo en enero de 2020 se registraron 34 presuntos feminicidios, según cifras extraoficiales. Para la organización de la sociedad civil CEPAZ, Centro de Justicia y Paz, estos casos evidencian «la desatención de una situación grave y alarmante en Venezuela como es la violencia por razones de género en un contexto de alta violencia y emergencia humanitaria compleja…».

La crisis ha invisibilizado los feminicidios y hasta los movimientos feministas en Venezuela. No existen cifras oficiales de feminicidios. Quiteria Franco, del Grupo Asesor de la Sociedad Civil de ONU Mujeres en América Latina y el Caribe, critica la «politización” de algunas organizaciones y resalta que son los civiles los que están «siguiendo y registrando dichos crímenes”.

Alarma internacional por aumento de feminicidios en Venezuela

La grave situación de feminicidios en Venezuela ha encendido las alarmas. La Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la Organización de Estados Americanos (OEA) también expresó su preocupación por las cifras de feminicidios registradas en Venezuela a comienzos del año 2020 e instó al Gobierno de Venezuela a actuar.

Este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, tanto el chavismo como la oposición tienen previstas diferentes actividades, demostrando el quiebre social que existe en la país y que mas bien debilita la lucha por la igualdad de género. A esto se suma que desde 2016 el gobierno de Nicolás Maduro no publica ningún dato sobre feminicidios.

Entre los motivos para el incremento de los asesinatos de mujeres en Venezuela, Quiteria Franco señala «la ausencia de un Estado de Derecho, instituciones muy debilitadas, personal sin ningún tipo de formación y preparación para atender casos de violencia contra la mujer, la baja o nula confianza en el sistema de justicia y la impunidad”.

Gobierno de Venezuela, «profundamente machista y misógino”

Esto ocurre paradójicamente en Venezuela, agrega Franco, «bajo un gobierno que se autodenomina feminista, pero que en la práctica es profundamente machista, misógino, homofóbico, y que además promueve la violencia y la ejerce a través de sus instituciones. Mientras que en el imaginario cultural venezolano se mantiene la creencia de que la violencia familiar es un asunto privado”.

Alba Carosi, investigadora en Estudios Feministas y de Género, directora de la Revista Venezolana de Estudios de la Mujer, repasa la lucha de las mujeres hasta lograr en 2007 la aprobación de la Ley Orgánica por el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia. «La violencia contra las mujeres, agrega Carosi, también profesora titular de la Universidad Central de Venezuela, ha aumentado no solo en cifras sino en crueldad”.

La crisis humanitaria de Venezuela ha obligado a algunas venezolanas a emigrar para poder mantener a sus familias con el envío de remesas. Algunas son captadas por redes de prostitución y pornografía. A juicio de Quiteria Franco, «el asesinato de venezolanas en otros países no es más que la extensión del machismo y la violencia en Venezuela”. Muchas de ellas son asesinadas por su esposo o ex pareja venezolano.

Protesta silenciosa y pacífica. Una mujer mayor en Caracas mira a los ojos a una Guardia Nacional.Protesta silenciosa y pacífica. Una mujer mayor en Caracas mira a los ojos a una Guardia Nacional.

Con todo lo que ha agregado la crisis: conflictos de pareja por la situación económica, la migración forzada, quizás no lograr lo que aspiran encontrar en otros países, la afectación emocional de tener que huir del país. «Todo eso se combina con los vicios del patriarcado, es decir, el machismo, la misoginia, cualquier consecuencia de la crisis puede ser el detonante de la violencia y el feminicidio”, concluye Franco.

Las que migran sufren, las que se quedan también

Para el chavismo las causas a los problemas que afectan a las venezolanas son otras. En enero de 2020, durante la XIV Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y El Caribe, CPAL, que tuvo lugar en Chile, la ministra del Poder Popular para la Mujer e Igualdad de Género del Gobierno Bolivariano, Asia Villegas, afirmó que «el bloqueo económico no sólo ha ido contra las niñas y los niños de la patria, sino que afecta la posibilidad de que las mujeres puedan acceder a tratamientos de salud gratuitos, frenando las metas de la Revolución».

La realidad es que el índice de impunidad en los casos de violaciones de los Derechos Humanos es del 98%, según el Comité de Familiares de las Víctimas (Cofavic).

Para Quiteria Franco, no basta la existencia de la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia sin instituciones que la puedan o la quieran ejecutar. Por su parte, la profesora Alba Carosi resalta que la grave situación que aqueja a la mujer venezolana impide que pueda ser parte activa  de las organizaciones de la sociedad civil que defienden sus derechos. El día a día implica sortear las dificultades de la hiperinflación para poder alimentar a su familia, a lo que se suman el colapso del sistema de salud y los servicios públicos. La carencia de trabajo, alimentos, y hasta de anticonceptivos aumenta la dependencia y la vulnerabilidad de las mujeres en Venezuela.

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