Yo opino
Créditos: Foto de Greenpeace
A dos años de la sentencia dictada por la Corte Suprema sobre la contaminación en las llamadas “zonas de sacrificio” de Quintero, Puchuncaví y Ventanas, aún no existe cumplimiento de las medidas dictaminadas por la alta magistratura. El fallo fue claro en ordenar una serie de medidas que debían cumplir distintos organismos del Estado a fin de, no solo identificar los componentes dañinos en la zona, sino también establecer planes de emergencia; reformas a las normas de emisión y medidas de resguardo a la salud y vida de las personas afectadas.
Respecto a la población vulnerable la sentencia, además, fue enfática en señalar que cada vez que se constate la existencia de niveles de contaminación que afecten particularmente a niños, niñas y adolescentes, los organismos competentes dispondrán lo pertinente para trasladar desde la zona afectada a todas las personas hacia lugares seguros, medida que se deberá mantener hasta que cese el indicado evento de crisis. Lo mismo se aplica a otras categorías de población vulnerable como adultas y adultos mayores y mujeres embarazadas.
[cita tipo=»destaque»] Las autoridades medioambientales han estado ausentes en la tutela de mujeres defensoras del medioambiente en nuestra región, quienes han sido víctimas de amenazas específicas de género, como amenazas sobre violencia sexual y el acoso a sus familias [/cita]
Como directora de ABOFEM Valparaíso consideramos especialmente grave, no solo la ausencia de pronunciamiento de la Corte de Apelaciones de Valparaíso para exigir el cumplimiento del fallo de la Corte Suprema, que aduce sendos argumentos sobre la necesidad de terminar con las zonas de sacrificio en nuestra región, sino que también la falta de compromiso de los organismos públicos competentes para dar cumplimiento a las medidas ordenadas y en especial la ausencia de una perspectiva de género en el cumplimiento de metas y acciones impulsadas por el Ministerio de Medio Ambiente respecto al nexo género y medioambiente, acciones asumidas durante su presidencia en la COP25.
Con base a estudios que datan de 2016 en el Programa de Medio Ambiente de la ONU, donde han identificado las brechas existentes entre mujeres y hombres en ámbito medioambiental en América Latina, el Ministerio de Medio Ambiente se comprometió a incorporar la perspectiva de género en los distintos procesos que se lleven a cabo sobre la materia, como por ejemplo en ámbito de cambio climático, más, están al debe en la solución de problemas ambientales que llevan larga data, como la existencia de zonas de sacrificio en la Región de Valparaíso.
Por último, a nuestro entender las autoridades medioambientales han estado ausentes en la tutela de mujeres defensoras del medioambiente en nuestra región, quienes han sido víctimas de amenazas específicas de género, como amenazas sobre violencia sexual y el acoso a sus familias, además de la afectación de sus bienes, olvidando que la defensa del medio ambiente se debe entender asimismo como defensa a los derechos humanos y que su tutela no solo involucra al Ministerio del ramo – de Mujeres y Equidad de Género – sino a todas las autoridades del Estado aplicando la incorporación de la perspectiva de género de forma integral.
