BRAGA
“La primera mirada al cerebro de las abuelas”, así fue denominada la investigación publicada por científicos del Proceedings of the Royal Society B en 2021, que examinó a través de estudios de imágenes la empatía emocional que desarrollan las abuelas sobre el vínculo afectivo con sus nietos, sentimiento que, según afirma el grupo de académicos, generaría una mayor participación en la crianza, incluso mayor a la de sus propios hijos. Para conocer más sobre este fenómeno, El Mostrador Braga conversó con la psicóloga, magíster en terapia familiar y diplomada en demencias María José Roo, quien estableció que “es primordial que la mujer mayor también tenga sus espacios en sus distintos roles y que no se vuelva un único rol en la vida, de lo contrario, se puede generar una sobrecarga en el vínculo afectivo”.
“Las abuelas tienen un fuerte instinto de crianza y están dispuestas a preocuparse de forma especial por la crianza de sus nietos”, esta fue la conclusión a la que llegó un grupo de científicos organizados para estudiar a fondo la participación que las mujeres de tercera edad tienen sobre la crianza de sus nietos. Se trata del primer estudio inspirado en mujeres, abuelas y cuidadoras que aborda el vínculo emocional que se desarrolla en torno a la crianza de la primera infancia.
El grupo de investigadores afirmaron que “la empatía emocional” justificaría esta fuerte conexión, puesto que la actividad de estas zonas del cerebro sugiere que, “las abuelas están orientadas a sentir lo que sienten sus nietos”. Al respecto, la psicóloga María José Roo, analiza que “el sistema de empatía emocional al que hace referencia el estudio está enfocado a la relación que se genera entre abuelas y nietos. Lazo que se va desarrollando a través de quienes tienen un mayor nivel de involucramiento y participación en la crianza y en los cuidados. Es así, como pueden estar más orientadas a sentir lo que sientes sus nietos cuando interactúan”.
El estudio denominado, “La hipótesis de la abuela» postula, además, que esta participación en los cuidados sería una razón evolutiva por la que las mujeres tienden a vivir mucho más allá de su edad reproductiva, ya que se crearía algo así como “un sistema global de cuidados parentales” el que sería incluso más significativo que la crianza de las madres y padres.
Un estudio que mide la actividad cerebral al observar fotos de sus nietos
El estudio fue desarrollado con la participación de cincuenta abuelas habitantes del estado de Atlanta, Estados Unidos. Todas pertenecían a distintos contextos económicos y raciales. En una primera etapa, cada una completó un cuestionario con detalles sobre la cantidad de tiempo y actividades que compartían, para posteriormente completar una escala que cuantificaba el nivel de afecto que sentían por ellos.
En una segunda etapa, las participantes fueron sometidas a una resonancia magnética, examen a través de imágenes que permite medir la activación cerebral mientras observaban dos tipos de fotos; las de sus nietos versus la de niños desconocidos, y la del padre del mismo sexo de sus nietos versus la de un adulto desconocido.
Como resultado, se observó que las áreas de mayor actividad cerebral fueron las encargadas de la empatía emocional, lo cual coincidió con la valoración afectiva que manifestaron al contestar el cuestionario inicial y derivado de esto la vinculación que estas mujeres tenían en la crianza de sus nietos.
En relación con estos resultados, la psicóloga expresa que “es frecuente encontrar que entre las figuras de apoyo de cuidado se encuentren las abuelas como principal red de apoyo, la que, además, muchas veces puede ser la red materna. En ocasiones las mujeres al tener que volver al trabajo después del post natal prefieren confiar la crianza en sus propias madres y esto va generando un vínculo entre abuela (o) y nietos, generando un vínculo de confianza a través de la empatía emocional, por lo que muchas veces, las abuelas tienen un rol contenedor”, afirma María José.
Un factor protector que prolongaría la vida de las mujeres post edad fértil
Una perspectiva novedosa del estudio es que esta red de cuidados prolongaría la vida de las mujeres después de su edad fértil, lo cual tendría razones evolutivas. En este sentido, la psicóloga aporta que, “se puede decir que, este tipo de vínculo genera beneficios en la calidad de vida de las mujeres mayores, ya sea desde el traspaso de información y/o del legado generacional de la familia. Por lo mismo, para la mujer mayor en su rol de abuela, el estar involucrada puede ser un factor protector (de riesgos de demencias o envejecimiento patológico). Sin embargo, es importante recalcar que este no es el único rol de las mujeres mayores, por lo que es primordial que también espacios de desarrollo personal en diversos roles, de lo contrario, este factor protector se vuelve estresante y puede generar una sobrecarga a este vínculo afectivo e involucramiento”, afirma María José.
Diversas organizaciones de mujeres y feministas han profundizado en la participación de las abuelas (y también abuelos) en la crianza de sus nietos, tema que se encuentra inserto dentro de las problemáticas de cuidado, ¿reconocer que esto reporta beneficios a la calidad de vida de las personas de la tercera edad sería garantía para la discusión de políticas públicas dirigidas a este ciclo vital?
Al respecto, María José propone que, “si bien esto puede generar beneficios en la calidad de vida, no se ha establecido que todas las personas mayores que tienen nietos deban ejercer su rol de abuela o abuelo. Por lo que situarlo como una garantía de la calidad de vida, es dejar de ver a la persona mayor como un sujeto de derechos y reducirla a un rol de abuelitud”.
Asimismo, “esta visión fomentaría la discriminación de las personas mayores, desde el aún llamarlos cómo ‘abuelitos’, visualizando como su único rol en la persona mayor siendo que no es así. Muchas mujeres mayores pueden no ejercer como abuelas y tener una buena calidad de vida y viceversa”.
“Las abuelas están más conectadas con sus nietos que con sus propios hijos”
Las conclusiones del estudio fueron demoledoras, estableciendo que, con base en este vínculo emocional, “las abuelas están más conectadas con sus nietos” ¿la vida laboral o productiva tiene algo que ver en esta situación?
“Hay que entender que el artículo menciona distintos tipos de conexiones o empatías y que ninguna es mejor que otra. Por lo que, el vínculo que se construye entre madre e hijas o hijos muchas veces puede estar sustentando en comprender las necesidades de estos y poder suplirlas, dejando de lado el entender y comprender las emociones, la empatía emocional antes conversada. Por lo mismo, nos quedamos en un factor de vida productiva y poder contener desde el entender qué se necesita que poder contener desde el comprender la emoción que puede estar sintiendo la hija o hijo”, concluyó.
