Reducción de la jornada laboral: los desafíos para alcanzar la igualdad de género en el trabajo

La pandemia trajo consigo una serie de cambios en la vida laboral de las y los trabajadores. Si bien la implementación del teletrabajo otorgó mayor flexibilidad, se vislumbró la desigual distribución de trabajo para mujeres y hombres, en donde muchas de ellas tuvieron que dejar sus empleos para dedicarse exclusivamente a las tareas de cuidados.

El proyecto de reducción de 45 a 40 horas laborales, que actualmente se está discutiendo en el Congreso, busca mejorar la calidad de vida de las chilenas y chilenos, para que tengan más tiempo para sí mismos y para estar junto a sus familias. En este contexto, Comunidad Mujer indicó que si bien la iniciativa resulta necesaria en los tiempos actuales, es importante que esta sea implementada desde una perspectiva de género, poniendo al centro la reorganización y valoración del tiempo de trabajo de cuidados no remunerado.

Según el nuevo boletín de Estudios de Comunidad Mujer, una de las principales barreras para alcanzar la igualdad de género es la división sexual del trabajo, la cual se manifiesta en una mayor carga de trabajo de cuidados para las mujeres, generando regularmente, una doble jornada laboral.

Acorde a la Encuesta Nacional de Empleo (ENE) del trimestre móvil abril-junio, los hombres destinan en promedio más horas al trabajo remunerado y son las mujeres quienes tienen más carga laboral, promediando 11,04 horas al día versus 8,52 horas los hombres.

Es por ello que desde la organización proponen que esta reforma además de abocarse a las consideraciones técnicas relativas a sus costos e impactos sobre la economía, plantearse en el marco de un nuevo modelo de desarrollo que se fundamente en el cuidado como derecho universal, cuya provisión está a cargo de actores corresponsables.

Medidas de reforma a la jornada laboral

Algunas de las medidas que sugiere el informe de Comunidad Mujer, para contribuir a disminuir la brecha de género en el ámbito del trabajo son, en primer lugar, generar un diálogo social que busque reconocer el valor del trabajo de cuidados no remunerado. Esto con el objetivo de avanzar hacia la implementación de mecanismos sostenibles e integrales de reducción y redistribución de la carga laboral de las mujeres.

Resulta necesario, indica el boletín, reconocer la realidad de las relaciones laborales y, del mismo modo, ajustarse a las necesidades reales de ambas partes, en particular de las mujeres, que asumen la mayor carga de cuidados.

En segundo lugar, garantizar el equilibrio a la hora de negociar una adaptabilidad laboral para las mujeres. Acorde al informe, para crear modalidades de trabajo flexible es necesario incorporar el derecho a los cuidados en las políticas de las organizaciones.

“Promover la adaptabilidad de una jornada de trabajo reducida, tiene el potencial de facilitar la conciliación entre la vida laboral y familiar para trabajadoras y trabajadores, al mismo tiempo que permite a las empresas aumentar sus niveles de productividad”, menciona el estudio.

Por otra parte, también resulta importante avanzar hacia la ampliación y equiparación de derechos parentales entre mujeres y hombres que apunten al ejercicio de una paternidad corresponsable, a través de incentivos y regulaciones específicas.

Para leer el boletín completo de Comunidad Mujer, haz click aquí.