Publicidad
Académicos argentinos aseguran que sí “hay compatibilidad entre votar libertarios y feminismo” BRAGA Créditos: EFE

Académicos argentinos aseguran que sí “hay compatibilidad entre votar libertarios y feminismo”

Publicidad
Loreto Santibáñez
Por : Loreto Santibáñez Editora de Agenda País, Revista Jengibre y Braga.
Ver Más

En Argentina, el debate sobre feminismo y nueva derecha ha ganado espacio en la actualidad. Por eso, investigadoras analizaron cómo mujeres con sensibilidad feminista apoyan proyectos libertarios, cuestionando categorías tradicionales y mostrando que no existe un único modo de ser feminista.


En la reciente Feria de Editores (FED), uno de los encuentros más importantes de la cultura editorial independiente en Buenos Aires, los investigadores argentinos Pablo Semán, Verónica Gago y Carolina Spataro protagonizaron un debate cargado de actualidad: la emergencia de feministas en espacios vinculados a la nueva derecha, un fenómeno que interpela categorías políticas y sociales que parecían inamovibles.

“Se construyó una posibilidad de compatibilidad social entre el voto a los libertarios y el feminismo”, planteó Semán durante la charla Feminismo en tiempos de ultraderecha, realizada a sala llena en el primer piso del Complejo Art Media, mientras la feria desplegaba más de 330 editoriales independientes ante miles de visitantes.

El punto de partida fue el libro Sin padre, sin marido y sin Estado (Siglo XXI), escrito por Spataro junto a Melina Vázquez. Desde allí, Semán advirtió: “La pregunta sobre si son compatibles el feminismo y las ultraderechas solo aparece cuando estamos en una posición de privilegio. Hay muchas mujeres que conocen el repertorio feminista, lo aplican en su vida cotidiana y votan libertarios sin cuestionarse esa compatibilidad”.

Spataro sumó que gran parte de las mujeres entrevistadas en su investigación “ya tenían una sensibilidad feminista antes de la figura de Milei”, lo que desarma la idea de que se trata únicamente de una reacción coyuntural al clima político actual. “Nos encontramos con mujeres de distintas regiones del país que reclaman un lugar en la historia. Quieren ser nombradas, figurar con nombre y apellido, porque sienten que han protagonizado algo que le contarán a sus nietos”, señaló.

Por su parte, la politóloga Verónica Gago destacó que el libro permite complejizar miradas demasiado rígidas. “Lo que llamamos feminismo hegemónico no es un bloque uniforme, y tampoco lo son las feministas que hoy se identifican con el liberalismo o el libertarismo. Hay trayectorias, generaciones, disputas internas. Hay una crítica común a la noción de hegemonía, tanto desde los feminismos anticapitalistas como desde los liberales”, explicó.

Uno de los nudos del debate fue la relación con el Estado. Gago precisó que las llamadas “señoras liberales” sostienen un discurso antiestatista, aunque provienen de familias históricamente beneficiadas por vínculos con el Estado. En cambio, las jóvenes libertarias expresan una experiencia de “no Estado”, marcada por la ausencia de instituciones en momentos clave de necesidad. “Ahí hay una clave de clase, porque no es lo mismo sostener una postura antiestatal desde el confort que desde la falta”, subrayó.

Esa tensión, agregó, configura una “sensibilidad feminista” que coloca en el centro valores como la autonomía económica, la educación financiera y el emprendedurismo como bases de identidad política.

Semán, a su vez, sostuvo que el feminismo ha logrado una difusión profunda y transversal en la sociedad argentina, extendida desde abajo hacia arriba y atravesando sectores muy distintos. En ese marco, consideró improbable que las políticas del gobierno de Javier Milei, orientadas a debilitar al movimiento, logren desarticularlo por completo.

“Hay un dique de contención que está enraizado en el tejido social argentino, y es justamente eso lo que también expresan las feministas libertarias”, dijo.

Spataro concluyó destacando la potencia del trabajo colectivo: “No hay un solo feminismo, ni una única manera de hacer política. Este libro no busca cerrar definiciones, sino abrir preguntas, dar lugar a las contradicciones y a la diversidad de experiencias”.

Publicidad