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Menopausia y piel: los cambios hormonales que impactan la firmeza, hidratación y luminosidad BRAGA

Menopausia y piel: los cambios hormonales que impactan la firmeza, hidratación y luminosidad

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Durante la menopausia, la piel se vuelve más delgada, seca y pierde firmeza por la baja de estrógenos. Especialistas advierten que una rutina de cuidado adecuada, alimentación balanceada y hábitos saludables son clave para mitigar estos efectos en la piel.


La menopausia es una etapa natural en la vida de las mujeres que marca el fin de la menstruación y la capacidad reproductiva. Suele ocurrir entre los 45 y 55 años, aunque puede variar.

Esta etapa está marcada por una disminución progresiva de estrógenos, lo que genera varios cambios en el cuerpo, incluida la piel, que es uno de los órganos más afectados.

Además, este período está marcado por significativos y profundos cambios físicos y hormonales en la vida de las mujeres. Aunque los bochornos, los cambios de humor y las alteraciones del sueño son síntomas ampliamente reconocidos, el impacto que esta etapa tiene en la piel suele quedar en segundo plano. Sin embargo, las transformaciones cutáneas pueden ser igual de significativas y requieren de una atención especial.

Cambios visibles y profundos

“Durante la menopausia, la piel se adelgaza, pierde fuerza, tersura y se vuelve más flácida”, explica Katherine Barría Steinfort, dermatóloga estética y directora médica de la Clínica Dermatológica KB.

La especialista explica que, esta transformación, se debe, en gran parte, a la baja en los niveles de estrógeno, hormona que influye directamente en la producción de colágeno tipo I, el encargado de dar firmeza y tensión a la piel.

“Al disminuir los estrógenos, hay una pérdida exponencial de colágeno, lo que explica por qué los cambios son tan notorios en esta etapa”, detalla la especialista.

La piel también pierde su capacidad para mantener la hidratación, se seca con facilidad y se vuelve más frágil. “Se ve opaca, con menos luminosidad y tiende a mancharse con mayor facilidad”, agrega Barría.

Y es durante esta etapa la caída en los niveles de estrógeno provoca una reducción de colágeno (hasta un 30% en los primeros 5 años de menopausia). Esto lleva a una piel más delgada, flácida y con mayor tendencia a la formación de arrugas.

Ingredientes clave para el cuidado diario

El cuidado de la piel durante la menopausia requiere una rutina específica y productos adecuados. “Es importante mantener antioxidantes como la vitamina C y la niacinamida en la rutina diaria, ya que ayudan a combatir el estrés oxidativo y a mejorar la apariencia general de la piel”, explica la especialista.

Para mantener la hidratación, recomienda productos que contengan concentraciones de diferentes fracciones de ácido hialurónico. “Los de alto y bajo peso molecular permiten una hidratación más profunda y duradera”, agrega Barría.

La especialista también destaca la importancia de cuidar la barrera cutánea. “Para conservar la indemnidad de la piel, se deben incorporar activos como ceramidas y omegas, que ayudan a reforzar su función protectora”, comenta.

Asimismo, durante este período es común que aparezcan manchas oscuras (hiperpigmentación), especialmente en el rostro, debido a la combinación de la edad, cambios hormonales y exposición solar acumulada.

En cuanto a ingredientes que promuevan la regeneración celular, los retinoides siguen siendo una opción efectiva. No obstante, Barría propone alternativas más suaves. Uno de ellos es el bakuchiol, “un compuesto natural derivado de la planta Babchi, es una buena opción para quienes no toleran los retinoides. Además, existen cremas faciales y corporales con este ingrediente, ideales para evitar la flacidez”.

Respecto al famoso colágeno, la especialista aclara que esta es una molécula demasiado grande para atravesar la barrera cutánea, “por eso se han desarrollado productos con péptidos, que actúan como precursores y entregan señales para estimular la producción de colágeno y elastina desde adentro”.

Alimentación y estilo de vida: pilares del bienestar cutáneo

Más allá de cremas y tratamientos estéticos, mantener una piel saludable durante la menopausia requiere un enfoque integral. El estilo de vida y la alimentación juegan un rol fundamental. “El 80% de nuestro envejecimiento está determinado por factores ambientales y nuestros hábitos. Eso es lo que conocemos como epigenética: cómo se expresará nuestra genética según lo que hacemos o dejamos de hacer”, explica Barría.

Estas son algunas de sus principales recomendaciones:

  • Fotoprotección diaria y constante: “No se trata solo de aplicar bloqueador solar, sino de incorporar medidas físicas como sombrero, anteojos, ropa con filtro UV y evitar la exposición directa al sol. Broncearse es sinónimo de daño en la piel”.
  • Evitar tabaco y alcohol en exceso: El cigarro acelera el envejecimiento cutáneo y disminuye la oxigenación de los tejidos. En cuanto al alcohol, la dermatóloga recomienda evitar especialmente los destilados y cócteles dulces, “si se consume alcohol, siempre debe ir acompañado de agua”, sugiere.
  • Alimentación equilibrada y rica en nutrientes: Una dieta saludable debe incluir buen aporte de proteínas, alto consumo de vegetales, frutas, frutos secos y granos integrales. “Es clave evitar el exceso de azúcares y carbohidratos refinados, mantener una buena hidratación, al menos dos litros de agua diarios, y reducir el consumo de bebidas gaseosas”, agrega la especialista.
  • Actividad física con foco en fuerza y masa muscular: “Incorporar ejercicios de fuerza y pesas ayuda a estimular la masa muscular y tiene un impacto positivo en la firmeza de la piel”, afirma Barría.
  • Control de condiciones como la resistencia a la insulina: Esta alteración metabólica puede afectar directamente el estado de la piel. “Provoca un estado proinflamatorio que acelera el envejecimiento”, advierte.
  • Suplementación estratégica: Se sugiere incorporar suplementos antioxidantes que apoyen desde el interior, como lo son “superóxido dismutasa”, “staxantina”, “vitamina C”, “zinc”, “selenio”, “magnesio” y “”omega 3″. “Estos elementos pueden ayudar a que la edad de la piel no supere nuestra edad cronológica”, concluye.

La dermatóloga enfatiza que la pérdida de colágeno comienza desde los 25 años, por lo que lo ideal es llegar a la menopausia con una piel previamente cuidada. En este sentido, más que una reacción tardía, el cuidado cutáneo debería asumirse como una práctica constante desde edades tempranas. La fotoprotección diaria, una alimentación equilibrada, el ejercicio regular y un buen descanso no solo favorecen la piel, sino que también impactan positivamente en la salud general.

Durante el climaterio, contar con una rutina de cuidado personalizada es clave. Consultar con un dermatólogo permite adaptar tratamientos a las nuevas necesidades de la piel y evaluar, si corresponde, la posibilidad de iniciar terapia hormonal. “Siempre que no existan contraindicaciones, puede ser una alternativa beneficiosa”, indica Barría.

A ello se pueden sumar tratamientos médicos regenerativos como los exosomas, la bioestimulación o el láser, que ayudan a restaurar la vitalidad de la piel. En definitiva, cuidar la piel en esta etapa no es solo una preocupación estética, sino una manera de acompañar con conciencia y respeto los cambios naturales del cuerpo. Porque cada etapa tiene su propia belleza, y todas merecen vivirse con confianza.

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