
Alimentación saludable y actividad física: aliados para cuidar la reserva ovárica
La reserva ovárica determina la cantidad de óvulos disponibles en la vida fértil de la mujer. Aunque no puede aumentarse, una vida saludable puede ayudar a protegerla y retrasar su disminución natural.
“Se refiere al número de óvulos en los ovarios de una mujer”, explica la ginecóloga Abril Salinas Quero, con especialidad en Medicina Reproductiva y profesora asistente de la Facultad de Medicina de la U. de Chile. La facultativa, agrega que la reserva ovárica es finita y disminuye con el tiempo y la edad, siendo un indicador importante para la fertilidad. En conversación con Prensa U. de Chile, la también vicepresidenta de la Sociedad Chilena de Medicina Reproductiva, aborda factores a considerar y cómo es posible medir este indicador.
Poco se habla de la reserva ovárica. Cada día es más común ver que las mujeres posterguen la llegada de hijos e hijas, por diversos factores: tener un mayor desarrollo profesional, aspectos económicos, educacionales, de salud, entre otros.
“Evaluar la reserva ovárica es importante porque permite a la mujer conocer su potencial reproductivo y así tomar decisiones en relación a la planificación de su futura maternidad”, dice Salinas Quero.
La reserva ovárica se refiere al número de los óvulos en los ovarios de una mujer, por ende, es vital saber esta información desde jóvenes, dado que lamentablemente no se puede aumentar la cifra. En otras palabras, la cantidad de ovocitos que tenemos está destinada desde que nacemos.
La también jefa del Programa de Fertilización in Vitro (IVF) del Instituto de Investigaciones Materno Infantil (IDIMI) y vicepresidenta de la Sociedad Chilena de Medicina Reproductiva, señala que “lamentablemente la reserva ovárica no se puede aumentar, dado que está destinada desde nuestra vida intrauterina. Y va declinando a medida que vamos desarrollándonos hasta que se termina con la llegada de la menopausia”.
Habitualmente la calidad y cantidad de ovocitos comienza a disminuir a partir de los 30 años, con una caída más marcada después de los 35 años. Y, dice la doctora “ya desde los 40 años la disminución es mucho mayor y acelerada por eso es más difícil conseguir un embarazo exitoso y hay más riesgo de aborto también”.
Asimismo, advierte que algunos factores pueden hacer que la reserva ovárica disminuya en forma más acelerada o prematura en algunas mujeres, “como múltiples cirugías ováricas, recibir tratamientos gonadotóxicos como la quimioterapia o radioterapia por lo cual este grupo de mujeres puede ver comprometida su fertilidad en etapas más tempranas de la vida y deberían recibir una consejería y atención más oportuna”, dice.
Sin embargo, la especialista apunta a que “si mantenemos un estilo de vida saludable podemos mejorar nuestra función ovárica y disminuir el riesgo de una pérdida más acelerada de nuestra reserva ovárica, por eso recomendamos llevar una dieta nutritiva, realizar actividad física en forma regular, evitar el tabaco y el alcohol”.
¿Cómo se puede saber cuál es mi RO?
La profesora asociada de la Facultad de Medicina, doctora Abril Salinas Quero, explica que en la actualidad hay dos tipos de exámenes que permiten evaluar la reserva ovárica de una mujer.
La hormona antimülleriana AMH: examen de sangre que se puede tomar en cualquier momento de nuestro ciclo menstrual. “No es un examen invasivo más que por la toma de una muestra de sangre, desde este año tiene codificación por Fonasa por lo que está cubierto por los seguros de salud y su costo varía entre clínicas (entre 40 a 80 mil pesos)”, dice la especialista.
Recuento de folículos antrales: o “huevitos” que están esperando ser reclutados para la ovulación en cada ciclo menstrual. Salinas, dice que “esta evaluación se realiza a través de una ecografía ginecológica por vía transvaginal, idealmente entre el tercer y quinto día de nuestro ciclo menstrual. No es un examen costoso”.
Sobre la importancia de tener acceso a este tipo de exámenes, la ginecóloga U. de Chile, afirma que “nos permite a nosotras las mujeres entender mejor nuestra salud reproductiva y así poder tomar decisiones más informadas sobre nuestra planificación familiar”.
Y, agrega que “el hecho que la AMH haya sido incluida en la modalidad Libre Elección de Fonasa es un avance muy importante, ya que facilita la evaluación del estado reproductivo en un mayor número de mujeres. Aunque lamentablemente aún no se encuentra disponible en gran parte de los servicios públicos”.
Congelar nuestros óvulos, ¿puede ser una alternativa?
La respuesta es sí. “Es una opción viable para las mujeres que desean postergar la maternidad. La congelación de óvulos es más efectiva cuando se realiza a edades más tempranas
(idealmente antes de los 35 años) debido a la mejor calidad ovocitaria”, señala la ginecóloga.
También advierte que este procedimiento no asegura en un 100% un embarazo en el futuro, pero sí mejora las posibilidades si se busca ser madre a edades más avanzadas.
¿Qué factores pueden afectar negativamente la calidad de nuestros óvulos?
La edad es el principal factor que afecta la calidad de los ovocitos, pero esto no es un factor modificable. “La calidad de los ovocitos se puede ver afectada negativamente por factores como la exposición a toxinas ambientales, hábitos tabáquicos y consumo excesivo de alcohol. La obesidad y sobrepeso también afecta la calidad de los ovocitos”, apunta Salinas.
Agrega que algunas condiciones ginecológicas como la endometriosis o lesiones ováricas que conllevan múltiples cirugías ováricas. Y que en aquellas niñas o mujeres sobrevivientes de cáncer que recibieron quimioterapia gonadotóxica o radioterapia pélvica la calidad de los ovocitos también se ve deteriorada.
Conocer la reserva ovárica permite tomar decisiones informadas respecto a la maternidad. Evaluarla con exámenes disponibles y mantener hábitos saludables son pasos esenciales para preservar la fertilidad y planificar el futuro con más libertad y confianza.