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Anticoncepción para todos: acceso real, impacto duradero Yo opino

Anticoncepción para todos: acceso real, impacto duradero

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Victoria Cancino Díaz
Por : Victoria Cancino Díaz Matrona de DKT, especialistas en métodos anticonceptivos de larga duración.
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Hablar de anticoncepción no es solo hablar de salud sexual y reproductiva. Es hablar de equidad, de oportunidades, de educación y de bienestar. El acceso a métodos anticonceptivos modernos, seguros y asequibles no debería ser un privilegio limitado por el lugar donde vives, el dinero que tienes o la edad que tienes. Debería ser un derecho garantizado para todas y todos.

Sin embargo, en la práctica, aún enfrentamos importantes brechas. En muchas comunidades, especialmente fuera de las grandes ciudades, el acceso real a métodos de larga duración sigue siendo limitado. Por años, en el sistema público se entregaba lo que había disponible: si solo había pastillas, eso se ofrecía. Si había inyecciones, esa era la alternativa. Lo mismo ocurría en el sistema privado: las opciones estaban, pero muchas veces a precios inaccesibles para la mayoría.

En DKT trabajamos precisamente para cambiar esa realidad, facilitando el acceso a métodos anticonceptivos eficaces y duraderos, como los dispositivos intrauterinos (DIU) y los implantes subdérmicos, a precios que no excluyan. Esto, sumado a la capacitación de profesionales y al acompañamiento adecuado, permite que más personas puedan decidir libremente cuándo y cómo ejercer su maternidad o paternidad.

Además, debemos hablar con honestidad de la desinformación. Muchas pacientes llegan al consultorio con dudas que nacen más de lo que ven en redes sociales o escuchan en su entorno, que de información médica confiable. Hoy, influencers o “expertos” en internet están encabezando conversaciones que deberían liderar los equipos de salud. Por eso, nuestro rol como matronas, matrones, ginecólogos y otros profesionales, no es solo ofrecer métodos: es educar, orientar, desmitificar.

Educar también implica hablar de precios, de disponibilidad, de efectividad real. Significa decirle a una usuaria: “En el consultorio tengo estos tres métodos, gratuitos. Pero también puedes elegir este otro, que cuesta 12 mil pesos, dura cinco años, y te lo instalo aquí mismo”. Se trata de entregar información completa y honesta, para que las personas puedan decidir en libertad.

Y todo esto comienza antes del consultorio. Necesitamos educación sexual desde la etapa escolar, con profesionales formados —matronas y ginecólogos— que enseñen con base científica, sin prejuicios. Y también necesitamos romper las barreras en casa. Hay madres que aún sienten que llevar a su hija a una consulta es “darle permiso” para tener relaciones sexuales, cuando en realidad se trata de protegerla y acompañarla, con responsabilidad y cariño.

Facilitar el acceso a anticoncepción transforma vidas. Ayuda a que las niñas sigan estudiando, a que las familias planifiquen su futuro, a que las mujeres vivan su maternidad cuando ellas decidan. No se trata solo de poner un implante o entregar un DIU. Se trata de dar herramientas, confianza, información y autonomía.

Porque cuando el acceso es real, el impacto es duradero.e

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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