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Nueva generación de dramaturgos chilenos salta de las tablas al papel

Obras de Alejandro Moreno, Manuela Infante, Cristián Soto, María Harcha y Lucía de la Maza aparecen publicados bajo el sello Ciertopez, en la primera parte de una colección que registra la dramaturgia contemporánea nacional.


En medio del mes del teatro por excelencia, la nueva camada de la dramaturgia chilena también tendrá su espacio. A contrapelo de la naturaleza efímera del montaje, la editorial Ciertopez fijará en el tiempo el momento por el que atraviesan las tablas nacionales y publicará una colección de libros con obras de los autores Manuela Infante, Alejandro Moreno, Cristián Soto, Ana María Harcha y Lucía de la Maza.

Esta es la primera entrega de la colección Dramaturgia Chilena Contemporánea, la que según cuenta su editor Marco Antonio Coloma -el hombre tras la editorial Frasis, de la cual Ciertopez es una suerte de división creativa-, espera continuar editando durante el año a otros dramaturgos jóvenes como Alexis Moreno o Flavia Radrigán.

«De ninguna manera quise hacer una selección de los «top five». Es más, la idea de publicar cinco, es una idea bastante quijotesca y también a ratos un poquito estratégicamente mediática para ver si tiene mayor impacto que publicar uno. Que se note que hay una colección. En ese sentido se van a ir sumando otros autores», explica Coloma.

Lejos de representar una generación con intereses o estética en común, los autores de la colección de Ciertopez representan la heterogeneidad del teatro actual: la joven Manuela Infante utiliza el pasado para ver el presente; Cristián Soto despliega un discurso político desde una retórica que recuerda a Andrés Pérez; Ana Harcha, contando historias fragmentadas posa su mirada en conflictos urbanos y cotidianos; Lucía de la Maza parece la menos densa del «grupo» y se vuelca sobre relaciones de pareja y temas valóricos; Alejandro Moreno, contingente y noticioso, se levanta como uno de los mejores exponentes de la dramaturgia actual.

Teatro versus dramaturgia

Cuando Coloma ubicó a los dramaturgos y les contó que quería publicarlos «primero quedaron sorprendidos, después me miraron con mucha sospecha y después terminaron agradeciéndome». En realidad, salvo autores consagrados como Jorge Díaz, Marco Antonio de la Parra o Benjamín Galemiri llegan al libro. De hecho, salvo Harcha, de este grupo casi nadie escribe para el texto. El resto, y quizá evidenciando características comunes, utilizan el texto como punto de partida.

Manuela Infante decía a El Mostrador.cl la semana pasada que no se sentía dramaturga y que publicar la generaba complicaciones porque sus obras se siguen escribiendo durante el proceso de montaje. Marco Antonio Coloma, confirma tal idea y explica que su trabajo de editor fue arduo en tanto en «la mayoría de los casos componen un texto para que lo trabaje la compañía, entonces no están pensado que lo pueda leer un lector sin ver la representación».

De la Parra, Galemiri, Griffero

Sin embargo, los libros ya están afuera. El primero de la colección, Prat seguida de Juana compila las dos obras que hasta ahora ha escrito Manuela Infante, quien con su montaje basada libremente en la historia de Juana de Arco fue incluida en el Festival Internacional de Teatro a Mil junto a los mejores montajes del año. Con un post scriptum de su autoría donde traza sus motivaciones, se inicia con un prólogo escrito por su compañía Teatro de Chile.

En una línea similar, Hechos reales que reúne las obras «Todos sabe quién fue», «La mujer gallina» y «Sala de urgencia» de Alejandro Moreno, está prologada por una actriz de la compañía El Hijo, Manuela Oyarzún. El resto de los libros, tienen prólogos -y por cierto un apoyo legitimador- de pares de renombre.

A Lucía de la Maza, que edita Color de hormiga seguida de cuatro obras breves, le escribe el prólogo Marco Antonio de la Parra, quien dice sobre la autora: «Su escribir se ha ido convirtiendo en su oficio secreto definiendo un estilo propio, una identidad absolutamente original en nuestro medio».

A su vez, Ramón Griffero, al inicio de Santiago High Tech, seguida de La María Cochina tratada en libre comercio -esta última nominada a la mejor dramaturgia en los Premios Altazor 2005- escribe que Cristián Soto refleja «nuestro actual espíritu e época entregando su mirada de un occidente, de un territorio, desde el lugar del imaginario, permitiendo la existencia de otras voces, cumpliendo así la labor del arte de subvertir la mirada cotidiana oficializada».

Por último, en el prólogo de Perro! seguida de Lulú Benjamín Galemiri dice que Ana Harcha «escribe una nueva trinchera, su escritura parece conectada a la corriente eléctrica, sus frases son verdaderas descargas a mil de potencia, como racimos de un lenguaje elíptico, literatura abismal, con historias divertidas, caóticas, sanadoras, envenenadas».

La colección Dramaturgia Chilena Contemporánea será lanzada oficialmente el próximo martes 25 de enero a las 20:00 horas en el Thelonious Bar. En la ocasión también será presentada la nueva revista cultural Ciertopez, una publicación bimensual que en su primer número trae un reporte sobre la visita del poeta Leopoldo María Panero escrito por Tomás Harris, una entrevista a Roberto Brodsky y una revisión sobre la discusión que generó la edición de la antología Cantares de Raúl Zurita, entre otros artículos.

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