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«Fronteras», un ensayo fotográfico sobre la migración y la familia Desde esta semana en el Centro Cultural Estación Mapocho

«Fronteras», un ensayo fotográfico sobre la migración y la familia

La cámara de Raúl Charlín indaga en la experiencia de once mujeres peruanas que realizan la labor de asesoras del hogar en familias chilenas. La muestra busca representar la frontera del flujo migratorio y las separaciones familiares, la cual se desvanece al separar a dos seres unidos por la distancia.


La experiencia de mujeres que, por razones económicas, debieron abandonar su país para radicarse en Chile y dejaron a sus seres más queridos al cuidado de otros.  Esta es la temática de la muestra «Fronteras», de Raúl Charlín, que se inauguró esta semana en la Estación Mapocho y que estará abierta al público, con entrada liberada, hastael 30 de diciembre.

Se trata de 11 retratos de grupos familiares chilenos junto a la popularmente llamada  “nana” peruana, acompañados de retratos individuales de la respectiva nana, presentando en sus manos una fotografía de un familiar  en el Perú.

La fotografía que cada mujer marca simbólicamente la presencia simultánea en dos lugares. Representa el estar en otro lugar, Perú, mientras se vive en Chile.

Es la frontera del mapa que genera el flujo migratorio y las separaciones familiares, la misma que se desvanece al separar a dos seres unidos por la distancia. Metafóricamente, el migrante nunca sale de su país.

Sobre el proyecto

En los últimos años se ha desarrollado una gran migración de ciudadanos peruanos a nuestro país. De hecho, el censo de 1992 registró 7.649 peruanos en Chile. Se calcula que actualmente hay cerca de 140 mil, entre los que predominan las mujeres. La mayoría de estas mujeres migrantes trabajan como asesoras del hogar o “nanas” en familias chilenas. Envían parte importante de sus salarios a sus familias que están en Perú. Muchas de ellas viven −o han vivido− una singular paradoja: tener que cuidar a hijos de otras personas en un país ajeno para poder mantener económicamente a sus propios hijos, que han permanecido en su país de origen.

Para desarrollar este proyecto, se seleccionaron y fotografiaron 11 familias chilenas de estrato socioeconómico medio-alto de Santiago donde trabajara una asesora del hogar peruana con familiares directos en Perú. Primero se fotografió a la familia chilena junto a la nana; la distribución de las personas en la fotografía fue espontánea, sin intervención mía. Luego, en primer plano, se retrató exclusivamente a la nana, con una fotografía de algún familiar que permaneciera en Perú.

La fotografía que cada nana tiene en sus manos marca simbólicamente la presencia simultánea en dos lugares. Representa el estar en otro lugar, Perú, mientras se vive en Chile. Es un vaso comunicante que impide, naturalmente, el desarraigo y, acaso, dificulta el arraigo en Chile. Se da así otra paradoja: es la frontera del mapa que genera el flujo migratorio y las separaciones familiares, la misma que se desvanece al separar a dos seres unidos por la distancia. Metafóricamente, el migrante nunca sale de su país.

Raúl Charlín es médico y diplomado en fotografía en la Universidad Católica de Chile. Ha explorado en su obra los límites y relaciones entre presencia y ausencia, entre lo explícito e implícito. En el presente proyecto Fronteras entra en el retrato documental-conceptual, manteniendo su mirada directa y minimalista.

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