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Ángelo Pierattini: “El rock sucede, no hay que explicarlo” Angelo Pierattini se presenta este jueves 19 en la sala SCD Vespucio

Ángelo Pierattini: “El rock sucede, no hay que explicarlo”

En sus 20 años de trayectoria, el cantante y guitarrista Angelo Pierattini no solo ha consolidado su nombre en la música chilena gracias a la mítica banda Weichafe y su trabajo solista. Como productor y promotor, ha dedicado parte de sus esfuerzos a cambiar el paradigma de la escena local. Menos rockstars y más músicos profesionales… Eso es lo que pide.


Todo comenzó con la banda de rock latino Bambú y explotó en 1997 cuando Ángelo Pierattini, voz y guitarra, formó el poderoso trío Weichafe, compuesto también por Marcelo de Venezia (voz y bajo) y Mauricio Hidalgo (batería). Esta banda se instaló en la escena rockera nacional desafiando a la crítica especializada y alejada de los zares mediáticos de las radios y la televisión. Contra viento y marea (y mucho esfuerzo) se hicieron un nombre que perduró hasta el año 2008 y con el que cosecharon innumerables reconocimientos tanto en Chile como en el extranjero.

Ese año, Angelo Pierattini comenzó a dar sus primeros pasos como solista, a través de su disco debut Angelo Pierattini y Las Calaveras Errantes Vol. 1, consolidando su trabajo el año 2010 con su segunda producción Vampiros. Su discografía la completan el EP «Ti Voglio Bene» (2010), Pierattini III (2011), Canción universal (2011) y Fuego en Los Andes (2012).

Inquieto, genuino y extrovertido, Pierattini ha sabido plasmar su música en diversos escenarios: en bares, en diversas plazas, solo o acompañado por su guitarra. Y hoy en día su trabajo se ha extendido más allá de su propia música, a través de diversos proyectos como la creación de la red de desarrollo artístico multidisciplinario NEKOe, con la cual busca promocionar y vincular la gestión, la producción y la docencia artística con la audiencia en general. Con ese mismo espíritu ha creado el Estudio Pierattini, lugar donde confluye no solo su música y sonido, sino que además brinda un espacio profesional a aquellos que deseen grabar su trabajo.

Ahora, después de mucha música en las venas, es el turno de celebrar sus 20 años de carrera musical en la sala SCD Vespucio, el jueves 19 a las 20:30 hrs. Para la cita Pierattini suma invitados, entre ellos Felo Foncea, Cote Foncea, Carlos Corales y Denisse (Agua Turbia), Jani Dueñas y la participación especial de Marcelo Da Venezia, ex bajista de Weichafe, con quien repasarán de manera especial parte del repertorio de Weichafe.

 El lujo de ser músico

Iniciaste este camino de la música hace ya 20 años, ¿cómo resumirías todo este tiempo?

Lo resumo en que ha sido “un lujo”, porque lo que más me gusta de todo esto es que lo que siento en estos momentos es muy similar a lo que sentía en esos años: la energía siempre está en el “seguir haciendo”, en el sentirme parte de un oficio que es la extensión absoluta de mí y que va mutando en el tiempo. La abstracción de la música aloja un grado de libertad increíble a la hora de enfrentarla, o sea, se amolda a tu personalidad y puedes traducir todos tus movimientos, palabras y expresión total en ella.

Si te proyectaras en el tiempo, ¿cómo visualizas tus próximos 20 años de música?

Para mí en la música hay dos cosas: mi trabajo como compositor y los shows en vivo, que es donde me conecto con la gente con mucha intensidad, y mi trabajo de compartir experiencias, formas y estrategias con músicos nuevos. Esto es lo que me hace feliz, así que con eso estoy ¡listo y pagado!

En tu proceso de composición, ¿cómo surgen los textos, las melodías, las armonías?

Depende de la época. En un principio para mí fue todo más pensado. Ahora me conecto con un flujo creativo y voy sacando ideas, limpiando, pero siempre desde la sonoridad. La sonoridad tiene un discurso que no solo es “musical” o que se refiere a la escuela de música. El sonido está antes que la música, el sonido es comunicar un mundo sensorial, abstracto, que todos entendemos aunque no lo sepamos empíricamente… Es ahí donde le hinco el diente en esta época, a trabajar con esa motivación o inspiración. Para llegar a esto, y que el flujo no decaiga, hay que ejercitar, leer, escuchar música, vomitar muchas ideas, tocar, tocar y tocar.

¿Qué valor le asignas a los arreglos al momento de componer y producir una canción?

Lo potente del valor de las canciones es que cada uno de nosotros tiene una medida para evaluarlos. Para mí es cuando el flujo central de una canción fluye como el río, o sea, tiene una relación con el comportamiento de la naturaleza. Me refiero a que es cuando “todo pertenece” y se relaciona entre sí. El folclor tiene eso, el de todos los estilos y países. Hay una necesidad de comunicar todo lo que sucede en la canción y, a su vez, es un paisaje donde su perfección reside en su carácter. Para mí en la música no hay algo bueno ni malo… Para mí no existen los rankings, no creo en ellos.

 Desde hace un tiempo Paula Sandoval, realizadora audiovisual, está registrando tu trabajo y tu quehacer musical, ¿por qué te interesa mostrar la forma de trabajar, la historia de tu carrera, a través del formato documental?

Porque es bueno mostrar cómo trabaja uno, para matar mitos que solo entorpecen las perspectivas de los que recién se están dedicando a esto.

Respecto de tu vinculación al estudio de grabación, ¿cómo describirías la magia que se produce al momento de grabar? ¿Tienes alguna cábala o rito al momento de grabar?

La grabación es un lugar donde lo técnico y lo espontáneo funcionan de maravilla… La cábala es “grabar siempre distinto”. Cada músico tiene su sonido y su carácter, entonces las recetas no sirven mucho en este caso. Por eso, si me apuras, no podría elegir un solo músico con el que me gustaría grabar; quisiera grabar con todos, porque de todos aprendes algo: los con trayectoria y los principiantes.

 El sonido característico de la música chilena

¿Qué bandas chilenas admiras de la escena actual?

Admiro la música chilena en general; tiene un sonido característico aunque no lo sepamos. No me gustan todos, como a todo el mundo, pero soy fan de algunos: de Leo Quinteros, que acaba de sacar un gran disco; de Chinoy, que me voló la cabeza cuando salió; de Alectrofobia, banda “rockeraza” de Temuco que es buenísima; de los BBS Paranoicos, que son potentísimos; de Machuca soy fan absoluto; a los Chancho en Piedra los admiro por todos sus discos e historia. En general hay cabros que he conocido en mi trabajo de producir bandas emergentes que son geniales.

Me pasa con algunos de la nueva generación de músicos, y no solo los que se conocen, sino que con emergentes también, que se preocupan más del asunto de convertirse en un rockstar que de darle carácter a su música, cosa que me parece muy decadente e incluso “pasado de moda” (si es que la moda sirve para algo). Debemos cambiar el paradigma y en algunos hay poca voluntad, no encuentro otra respuesta que el miedo que deben tener a mostrarse como quieren mostrarse. Que las lucas y el estatus social, musical, etcétera, puras “güeás” pa’ mi gusto.

En Chile hay una industria incipiente y el circuito también está en construcción, entonces tenemos la posibilidad de construir uno que no sea igual de vicioso que los que ya existen en el mundo, pero parece que “nos” queremos parecer más a esos modelos… Ese problema sucede porque se han leído muchas biografías de bandas o industrias extranjeras y todo lo basan en el puto sueño de ser como otros. Lo alentador es que muchos otros están en lo contrario y eso me llena de esperanza.

Entonces el rock para ti es: ¿un sonido o una actitud?

Para mí igual va más allá que un estilo de música. El rock para mí es la identidad con uno mismo. El rock sucede, no hay que explicarlo.

¿Qué le falta a nuestro país para mejorar la difusión de la música chilena?

Primero, que el oficio de la música sea un trabajo regulado igual que el resto de los trabajos. Con eso ya tenemos el respeto social como para empezar a trabajar lo otro. Pero acá nos preocupamos más del premio “tal por cual” que de generar instancias reales para los trabajadores de la música.

Lo que viene

ÁngeloPierattini

Ángelo Pierattini

Hace algunas semanas publicaste «Baila Dios», un adelanto de tu disco nuevo en colaboración con el músico mexicano de la banda Botellita de Jerez, Paco Mastuerzo, ¿cómo fue el proceso de grabar con él?

Mastuerzo es todo lo que admiro en una persona: es simple, comprometido, amable, “carerraja”, con una identidad única. Lo conocimos porque en nuestra primera gira a México nos quedamos en su casa. Él no nos conocía y nos ayudó con el alojamiento. Nos hicimos amigos y lo invitamos a cantar. Él accedió después de escuchar el tema y dijo que si no le gustaba no lo grabaría, cosa que me pareció mortal, porque hay que ser “carerraja” en esto. Le encantó la canción y la grabamos en muy poco rato. Mastuerzo es un tipo muy capo y muy sabio. Lo queremos mucho. Es un gran amigo que tenemos en el DF.

¿Cómo definirías el sonido de tu disco nuevo?

Angelo con reminiscencias de Pierattini.

 ¿Qué nos puedes adelantar de tu concierto en la Sala SCD de Vespucio hoy?

Un show intenso: temas nuevos, antiguos y mucho Weichafe. Incluso en la formación para esta celebración estará Marcelo de Venezia, que fue el bajista de Weichafe. Antes éramos un trío de lujo y ahora somos ¡¡un cuarteto de lujo!! Así que será un gran show.

¿Qué cosas te suceden sobre el escenario cuando estás tocando frente a tu público?

Me suceden cosas inexplicables… Es increíble.

¿Cómo describirías a tu público?

«A to’a raja”. Súper sencillo, directo, apasionado, honesto y comprometido. Son bacanes.

 Para finalizar, nómbranos tus cinco discos de cabecera que te llevarías a una isla y por qué

Tengo mucho más de cinco discos de cabecera… Así que prefiero irme con mi mina a la isla e inventar canciones a voces.

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