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La «Obsesión infinita» de la artista Yayoi Kusama aterriza en Santiago con el conjunto de sus alucinaciones La muestra queda abierta al público a partir de hoy en el Centro Cultural de CorpArtes

La «Obsesión infinita» de la artista Yayoi Kusama aterriza en Santiago con el conjunto de sus alucinaciones

Para Kusama, que próximamente cumplirá 86 años, las instalaciones sumergen al visitante en un universo de puntos y realidades infinitas que ponen, según Phillipe Larratt-Smith, curador de la obra y Vice Curador en Jefe del Malba de Buenos Aires «al espectador en su lugar haciéndolo partícipe de su condición psicológica, marcada por las obsesiones, los episodios alucinatorios y la despersonalización”.


Fue un suceso en México, Argentina y Brasil. En el D.F, admiradores de su obra acamparon dos días afuera del Museo, en Buenos Aires su debut fue recibido como un gran concierto de rock star y en Brasil, se rindieron a sus pies. A partir de hoy, el suceso de conmoción en que se ha convertido la muestra «Obsesión Infinita», de la mayor artista japonesa Yayoi Kusama, podría trasladarse al país tras ser inaugurada la exposición de la controvertida nipona en el Centro Cultural CA 660.

Kusama, que desde hace 40 años vive en una clínica siquiátrica de Tokio, revive en su obra toda la carga sicológica que comenzó a cultivar a partir de 1950 cuando creó la célebre serie Infinity Net (Red Infinita).

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Para Kusama, que próximamente cumplirá 86 años, las instalaciones sumergen al visitante en un universo de puntos y realidades infinitas que ponen – según Phillipe Larratt-Smith, curador de la obra y Vice Curador en Jefe del Malba de Buenos Aires-  «al espectador en su lugar haciéndolo partícipe de su condición psicológica, marcada por las obsesiones, los episodios alucinatorios y la despersonalización”.

Su carrera

Yayoi Kusama, nació en Matsumoto, Japón, en 1929. Un poético conjunto de obras semi-abstractas en papel marcaron sus comienzos en los 40, 50 y comienzos de los 60. Estas obras originalísimas se caracterizan por la repetición obsesiva de pequeños arcos de pintura que se acumulan en grandes superficies siguiendo patrones rítmicos. El traslado de Kusama a Nueva York en 1957, donde conoció a Donald Judd, Andy Warhol, Claes Oldenburg y Joseph Cornell, marcó un hito en su carrera artística. De la práctica pictórica pasó a las esculturas blandas conocidas como Accumulations (Acumulaciones) y luego a performances en vivo y happenings, claros exponentes de la cultura alternativa neoyorquina con los que ganó reconocimiento y notoriedad en la escena artística local.

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En 1973, Kusama se mudó de vuelta a Japón, donde encontró una escena del arte mucho más conservadora que la de Nueva York. En ese momento se convirtió en activista del arte pero su negocio fracasó años después. Más adelante padeció de problemas psiquiátricos y en 1977 se internó voluntariamente en un hospital, donde ha vivido el resto de su vida. Desde entonces, la artista nipona continúa produciendo obras de arte y lanzó su carrera literaria con la publicación de varias novelas, poesía y una autobiografía.

Uno de los elementos recurrentes de su obra hasta hoy, los espejos, también tiene su lugar en la exposición instalada en el Centro Cultural de CorpArtes, en la que se exhibe su famosa instalación “Infinity Mirror Room” que, según los comisarios de la muestra, “busca invitar a los espectadores a dejar en suspenso su propia percepción para sumarse en el viaje que Kusama hace hacia la anulación”.

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Con más de 100 obras -entre papeles, pinturas, esculturas, videos y espectaculares instalaciones-, la muestra ofrece una retrospectiva de la trayectoria de la precursora del Pop Art, del minimalismo y el arte feminista que siempre manifestó su voluntad de convertirse en una “celebridad mundial”.

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