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La guitarra de Bernardo García Huidobro enmudece a jóvenes chilotes en Valdivia Concierto en El Centro Cultural El Austral

La guitarra de Bernardo García Huidobro enmudece a jóvenes chilotes en Valdivia

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La audiencia atenta se dejó llevar por la notable habilidad interpretativa que domina García Huidobro. Capturó a la audiencia y entremedio a esos jóvenes chilotes con las campanas tiñosas de la Catedral de Asunción así como un río que nace y fluye con interesantes variaciones. La vieja casona cruje mientras cae una copiosa lluvia, pero nada amilana a la audiencia cautivada por esta historias narradas con la sola guitarra: pudimos sentir los golpes en la puerta y el dolor y agobio de una limosnera.


El miércoles por la noche un profesor chilote de gira con sus alumnos por Valdivia tomó una valiente decisión: llevar a un grupo de unos veinte alumnos en gira de estudios a un concierto de guitarra clásica en una casa histórica frente al Calle Calle. Había que portarse bien y apagar los celulares, no hablar y moverse muy poco o casi nada….. todo un desafío por poco más de una hora para los alumnos del Colegio Politécnico de Aptao, Chiloé.

Fueron quizás por primera vez en sus vidas testigos del arte de un instrumento noble y dúctil, el que en sus seis cuerdas transmite diversas voces e instrumentos.

El Centro Cultural El Austral, la antigua casa Hoffmann construida en 1857 y restaurada, es hoy un activo espacio cultural valdiviano, un espacio para artistas locales y anoche el escenario para el recital del músico Bernardo García Huidobro, un chileno quien ha realizado casi toda su carrera en España.

El programa nos llevó por obras de ilustres compositores latinoamericanos tales como Eduardo Vásquez (Chile), Heitor Villalobos (Brasil) y Agustín Barrios Mangoré, de origen guaraní (Paraguay).

La audiencia atenta se dejó llevar por la notable habilidad interpretativa que domina García Huidobro. Capturó a la audiencia y entremedio a esos jóvenes chilotes con las campanas tiñosas de la Catedral de Asunción así como un río que nace y fluye con interesantes variaciones. La vieja casona cruje mientras cae una copiosa lluvia, pero nada amilana a la audiencia cautivada por esta historias narradas con la sola guitarra: pudimos sentir los golpes en la puerta y el dolor y agobio de una limosnera.

En la segunda parte, las melodías españolas relatan momentos claves de esta literatura, la que con perfecta técnica domina el artista. Aquí pudimos apreciar los inicios del flamenco en Solea de Julián Arcos. También a Julián Bautista de la generación del 27’con un Preludio y Danza, fuerte influencia de Manuel de Falla y las Campanas del Alba de Eduardo Sainz de la Maza. Finaliza con las trascripciones del piano a guitarra de Isaac Albeniz con las populares Granada y Leyenda.

 

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