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«Chile 1810-2010, La república en cifras»: Un libro que nadie leerá Libros de actualidad en la crítica de Gonzalo Rojas Sánchez

«Chile 1810-2010, La república en cifras»: Un libro que nadie leerá

Este es un libro que nunca nadie leerá, ya que es imposible e innecesario hacerlo. Los cientos y cientos de cuadros estadísticos y gráficos valen cada uno por sí mismo y en relación a otros cercanos o lejanos en el texto, pero obviamente no tiene sentido avanzar desde la página 67 -donde aparece la primera tabla- y leer sistemáticamente hasta la 753, donde concluye la última.


José Díaz, Rolf Luders y Gert Wagner, Chile 1810-2010, La república en cifras, Ediciones UC, Santiago, 2016, 777 páginas.

En esta oportunidad, voy a comentar un libro que no he leído; voy a comentar un libro que nunca leeré; voy a comentar un libro que nunca nadie leerá.

“La república en cifras” es uno de los trabajos más notables de investigación y confección de estadísticas históricas con que cuenta el país. ¿Uno de los más notables? Me corrijo: el de mayor importancia hasta ahora. Los propios autores dejan en claro su relevancia, al comparar su aporte con los anteriores, Mamalakis incluido.

Pero, por eso mismo, es un libro que nunca nadie leerá, ya que es imposible e innecesario hacerlo. Los cientos y cientos de cuadros estadísticos y gráficos valen cada uno por sí mismo y en relación a otros cercanos o lejanos en el texto, pero obviamente no tiene sentido avanzar desde la página 67  -donde aparece la primera tabla-  y leer sistemáticamente hasta la 753, donde concluye la última.

Los siete grandes capítulos son Producción, Absorción interna, Cuentas fiscales, Precios, Intercambio internacional, Estadísticas monetarias y financieras y Personas.

Al comenzar cada uno de ellos se revisa la bibliografía básica (el magnífico listado completo se adjunta al final), se explican las metodologías y los aportes ya conocidos, para pasar después a la consignación de las series estadísticas propiamente tales.

Ciertamente, habría preferido que los últimos fueran los primeros, es decir que el capítulo sobre Personas que incluye todo lo relativo a demografía, distribución espacial de la población, educación, distribución del ingreso, estadísticas carcelarias, población electoral y huelgas y afiliación sindical, hubiese estado al comienzo del libro. Algo así como haberle dado primacía  a la persona, ¿no?

Echo de menos también la estadística judicial. En un país de tan alta valoración del conflicto en tribunales, un aporte en la materia se habría agradecido sobre manera, especialmente por las relaciones que podrían establecerse entre Personas, Producción y Tribunales. La sola mención de la importancia que tiene, por ejemplo, la estadística sobre quiebras, alumbra ese gran tema. Algo similar con las estadísticas de trabajo parlamentario. En fin, que quizás ya vendrá eso y mucho más.

Gratitud infinita a los autores, porque para hablar en serio los conceptos son primero y los números vienen después. Historiadores y público en general nos veremos muy beneficiados por números que nos permitan reforzar nuestros conceptos y una que otra vez, quizás, tener que cambiarlos.

 

Gonzalo Rojas Sánchez

 

Profesor universitario

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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