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Observaciones permiten a ALMA realizar el primer video de una explosión cósmica en cámara rápida

En una fracción de segundos, una estrella enorme situada a más de 2.000 millones de años luz de de la Tierra perdió una lucha de un millón de años contra su propia gravedad. Esto gatilló la explosión de una supernova y el surgimiento de un agujero negro en su centro. Gracias a estas observaciones, los astrónomos pudieron producir el primer video de ALMA de una explosión cósmica en cámara rápida, y revelaron una onda de choque inversa sorprendentemente larga generada por la explosión que regresaba a sus potentes chorros como un eco


Un equipo de astrónomos usó ALMA para estudiar una enorme explosión estelar conocida como destello de rayos gamma (GRB en su sigla en inglés), y encontró una prolongada luminiscencia residual. El rebote de esta explosión, es decir, la onda de choque inversagenerada por la colisión de los potentes chorros de este GRB contra los escombros circundantesduró miles de veces más de lo que habían previsto los astrónomos. Estas observaciones aportaron nueva información sobre las características físicas de los GRB, una de las explosiones más energéticas del Universo.

En una fracción de segundos, una estrella enorme situada a más de 2.000 millones de años luz de de la Tierra perdió una lucha de un millón de años contra su propia gravedad. Esto gatilló la explosión de una supernova y el surgimiento de un agujero negro en su centro. El agujero negro recién formado escupió un chorro fugaz pero increíblemente intenso de rayos gamma– un fenómeno conocido como destello de rayos gamma (GBR)– en dirección de la Tierra, donde fue detectado el 19 de diciembre de 2016 por el Neil Gehrels Swift Observatory de la NASA.

Pese a que los rayos gamma de la explosión desaparecieron pocos segundos después, la luz emitida en longitudes de onda más largas, como los rayos X, las señales de radio y la luz visible, siguieron brillando durante varias semanas. De esa forma, los astrónomos pudieron estudiar el desenlace de este acontecimiento extraordinariamente energético, conocido como GRB 161219B, a partir de varios observatorios terrestres.

Sin embargo, fueron las capacidades únicas del Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA) que permitieron a un equipo de astrónomos estudiar en detalle la explosión en longitudes de onda milimétricas y recabar nuevos datos, como el tamaño y la composición de los intensos chorros.

“ALMA observa luz en longitudes de onda milimétricas, que trae información sobre cómo los chorros interactúan con el polvo y el gas circundantes, siendo una poderosa herramienta para estudiar estas violentas explosiones cósmicas”, explica Tanmoy Laskar, autor principal del estudio, quien cursa un posdoctorado en el marco del programa Jansky Postdoctoral Fellow del Observatorio Radioastronómico Nacional de Estados Unidos, en Berkeley (California). Los detalles de la investigación se recogen en un artículo publicado en la revista The Astrophysical Journal.

Gracias a estas observaciones, los astrónomos pudieron producir el primer video de ALMA de una explosión cósmica en cámara rápida, y revelaron una onda de choque inversa sorprendentemente larga generada por la explosión que regresaba a sus potentes chorros como un eco. “Según lo que sabíamos hasta entonces de los GRB, esperábamos que el choque inverso tardara entre unos pocos segundos y, como mucho, un minuto. En este caso observamos una duración de casi un día entero”, comenta Laskar.

 

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