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Sudamerican dreams: el libro que cuenta la realidad de los migrantes peruanos desde adentro CULTURA

Sudamerican dreams: el libro que cuenta la realidad de los migrantes peruanos desde adentro

Este es el primer libro del periodista peruano Eduardo Andrade, afincado en nuestro país desde hace cinco años. Cuenta en primero persona su travesía para llegar a Chile, los sinsabores laborales y la lucha por los permisos de residencia. La obra ganó un fondo público y fue presentado en la Feria Internacional del Libro de Santiago (FILSA), donde Perú es el país invitado.


¿Cómo perciben Chile los migrantes peruanos? ¿Qué avatares deben sortear para establecerse en nuestro país? ¿Cuál es la realidad de las nanas que vienen a Santiago a trabajar y dejan atrás a sus familias, y cómo ha sido la conquista gastronómica que tiene a la cadena «Ají seco» como buque insignia? ¿O cómo celebran las Fiestas Patrias?

Estas son algunas de las cuestiones que aborda «Sudamerican dream-Crónicas de Santiago fosforescente» (Ventana Abierta Editores), el debut literario del periodista peruano Eduardo Andrade (Trujillo, 1993), quien llegó a Chile por amor, acaba de licenciarse en la Academia de Humanismo Cristiano, vivió en pensiones (casera xenófoba incluida) y departamentos, y además debe sortear, hasta hoy, como todos los extranjeros, la burocracia necesaria para establecerse en nuestro país.

Esta obra -algunos de cuyos fragmentos se habían publicado en Argentina y Chile- ganó un fondo del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes el año 2017. Además fue presentada al inicio de la Feria Internacional del Libro de Santiago (FILSA), donde Perú es el país invitado en esta ocasión.

Andrade (de rojo), en la presentación de su libro. A la izquierda, Patricio López, director de Radio Universidad de Chile. A la derecha, Rosa Rodríguez, editora de Ventana Abierta, y Roberto Herrscher, académico de la Universidad Alberto Hurtado.

Rechazados en Tacna

En estricto rigor, hay que decir que los migrantes peruanos no llegan a Chile, sino que más bien han regresado. Hace varios siglos, los incas llegaron hasta Santiago e incluso más al sur del país. De hecho, la Plaza de Armas de la capital, uno de los lugares icónicos de la comunidad peruana era, según algunos testimonios históricos, la plaza de mercado y allí estaba la «Casa del Inca», por lo cual los españoles decidieron establecer allí su plaza de armas.

Lo cierto es que hoy, según cifras oficiales, en nuestro país residen unos 250.000 peruanos. La migración actual comenzó en los años 90, en medio de una dura crisis económica que sufría Perú.

El viaje del propio Andrade comenzó en Trujillo, en 2014, y el primer capítulo de su texto es un rico retrato del viaje de casi cuatro mil de kilómetros que emprendió hace algunos años para terminar en Santiago.

El autor retrata allí a sus compañeros de ruta, como la señora Armida, El Chino, la Katy y los colombianos, sus historias y sus desvelos. También el drama de los «rechazados», aquellos que por uno u otro motivo no logran franquear el control de la Policía de Investigaciones (PDI) y quedan varados en Tacna, bajo el amparo del Servicio Jesuita a Migrantes (SJM).

«Miro por la ventana y trato de divisar si algunos de los ‘rechazados’ logró apelar y está por subir. Nada. Siguen recostados junto al muro. La mayoría son mujeres y en sus rostros, mirada al suelo o al infinito, cargan esa duda de que las puertas del horizonte le fueron cerradas», escribe Andrade.

Chile, el imán de los migrantes sudamericanos, el mismo Chile que tiene un millón de compatriotas viviendo en el exterior, muchos de ellos sufriendo estos mismos dramas, en otras tierras.

Gastronomía peruana

Otro capítulo notable del libro es «Llévame para cocinar», que relata cómo la gastronomía se fue instalando en Chile en un boom que perdura hasta hoy.

Allí desfilan historias como el origen del «Ají seco», que debe su nombre a un gallo de pelea, obra de Edilberto Pérez, a esta altura una leyenda en la cocina local, que levantó su imperio de la nada. También, claro está, habla Gastón Acurio, el chef por excelencia de Perú, la crítica gastronómica Harried Nahrwold o Emilio Peschiera, un pionero que supo introducirse gracias a unas características bien valoradas entre los chilenos: «era alto, rubio, buena facha y bien educado».

También el notable Cosmín Gerónimo, un ícono de La Vega, que surgió mediante la importación de los ingredientes que consume la ávida cocina peruana en Chile, desde rocoto hasta pulpa de maracuyá para hacer jugos, o Patty Rivas, que sobrevive en Cal y Canto vendiendo comida en la calle.

Hoy el propio Andrade, que en algún momento fungió como community manager del «Ají seco», tiene su propia lista de favoritos. A tomar nota: «Yahaira» (Moneda 2602) si se trata de pollo a la brasa; «La Gloria» (Providencia 1315), cuando se trata de sanguchería; y «D’Leite» (Bandera 684) si se trata de un restaurante.

Nanas peruanas

Hoy Andrade tiene más amigos chilenos que peruanos, pero gracias a sus contactos en la comunidad peruana también logró escribir sobre las «nanas» peruanas y sus dolores. Se ganó su confianza, compartió con ellas, y también obtuvo su permiso para contar sus historias que también enriquecen este libro.

Nanas peruanas retratadas por el fotógrafo Raúl Charlín y que «pese a la potencia de sus imágenes, jamás logró tener ni siquiera un financiamiento del estado porque le dijeron ‘que podría generar conflicto entre países'».

Crédito: Raúl Charlín.

Nanas peruanas que se vienen a vivir a Chile, dejan a sus hijos, que cuando los van a visitar ya no reconocen a sus madres.

Nanas peruanas que crían a niños del barrio alto, a los que luego, grandes, reconocen en las páginas sociales de diarios y revistas.

Nanas peruanas que no lloran porque en su familia «llorar trae mala suerte» y «las lágrimas te alcanzan».

Nanas peruanas con historias como esta: «Después de trabajar en varias comunas, me contrató una pareja sin hijos. Ahí estuve casi por dos años y me hubiese quedado por más tiempo, sólo que el viejo era muy sucio, muy sucio de mente. Se sentaba en su sillón y empezaba a jugar con… con su cuestión. Y me miraba. Un vecino ya me había dicho: ‘tenga cuidado, porque de ahí una nana salió embarazada'».

Chile, más cholo

Hoy Andrade se siente cómodo en Chile, aunque no sabe lo que le depara el futuro. Chile le parece un país mucho menos conservador de lo que pensaba -en todo caso mucho menos que Perú- y destaca de los chilenos su buena disposición para la fiesta, que queda especialmente patente durante las Fiestas Patrias.

Aún espera la visa definitiva, y eso decidirá en gran parte cómo seguirá su destino. Ya no está con su novia, pero tampoco ha pensado en volver su Trujillo natal. Y mientras tanto, se divierte con un compatriota suyo, Hernán Collantes, en «Taypá Chile», un canal sobre gastronomía peruana de Youtube.

«¿Cuán chicha y cuan chola se puede volver la capital chilena por causa de la migración?», se preguntó en su libro. Gracias a «Sudamerican dream», sin duda Chile ya es un poco más de ambos. Afortunadamente.

 

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