CULTURA|CIENCIA
La Universidad de Heidelberg, a través del Heidelberg Center para América Latina, y la Universidad Católica de Chile, junto a la Haus der Astronomie, buscan mejorar las técnicas pedagógicas para el aprendizaje sobre el Universo y nuestra relación con el cosmos.
Chile tiene los cielos más privilegiados del planeta y los tiene abiertos al mundo para que desde aquí los científicos puedan desvelar los misterios del universo. Pero el interés por la astronomía no es sólo de los científicos, el ciudadano común y corriente también ha comenzado a mirar hacia el firmamento, incentivado por los eclipses solares como el del año pasado en el norte y el de diciembre próximo en Temuco.
En este aumento de interés, los profesores chilenos juegan un rol preponderante para enseñar con propiedad a sus pupilos, aunque la malla curricular no acompañe mucho. Quien opta por Pedagogía General Básica, sólo con la mención en Ciencias Naturales se acerca más al tema del universo. Es por esto que los docentes buscan permanentemente capacitaciones y el taller Universo en el Aula, de la Universidad de Heidelberg y la Haus der Astronomie de Heidelberg (Alemania), junto a la Pontificia Universidad Católica de Chile, ofrecen las respuestas a cientos de docentes que cada año se inscriben en este programa, que abarca Santiago y ciudades del norte y sur del país.
Desde el 2010, cada enero, los docentes de la capital se reúnen en el Heidelberg Center para América Latina con el afán de actualizar sus conocimientos y aprender las mejores técnicas pedagógicas para revelar esta ciencia a sus alumnos de enseñanza básica y media.
La gran diferencia de estas capacitaciones con otras que se dictan en el país es que las charlas se complementan inmediatamente con trabajo práctico. “Se produce así un compromiso. De momento que los profesores manipulan, deducen, analizan, ellos están logrando un compromiso con lo que están aprendiendo y eso es mucho más enriquecedor porque después lo único que deben hacer es replicar lo que ellos vivieron”, explica Patricio Camilo Castro, profesor de física y ciencias naturales del Liceo Chiloé de Puente Alto, quien también es parte de la Red Astro Profesores, grupo que se formó a partir de estos talleres.
Otra fortaleza de Universo en el Aula es la Red Astro Profesores porque permite que los canales de comunicación queden abiertos durante todo el año, de tal forma que los docentes pueden hacer consultas o aportes a los profesores más antiguos que integran este grupo y seguir conectados. Guillermo Avello, profesor de Concepción y coordinador de estos talleres, señala que “para el eclipse pasado muchos docentes consultaron por los materiales para la observación y desde Alemania llegó lo necesario para que ellos pudieran trabajar con sus alumnos”.
“Se trata de facilitar el trabajo de los profesores y entregar herramientas para que ellos, con más propiedad, puedan traspasar ese conocimiento en el colegio. Abordamos las materias de la malla educativa, potenciando lo que se debe hacer versus lo que está errado. La idea, por ejemplo, es descartar las maquetas hechas por azar. Tenemos que ser responsables en la alfabetización científica de los alumnos. Ellos tienen que tener claro el concepto y para enseñarlo yo como profesor también debo tenerlo claro. Incluso, abordamos la cosmología mapuche o la visión sobre el universo del pueblo aymará, porque esas son realidades que también nos tocan”, detalla Castro.
Si bien los eclipses han sido un ingrediente adicional e incentivador, los talleres no se planifican en función de ellos. Hay otros temas de actualidad muy interesantes que convocan a estos docentes, como por ejemplo los exoplanetas, las ondas gravitacionales, los detalles en el sistema solar.
“Lo que buscamos es aprovechar este laboratorio natural en el que vivimos. Saber lo que se mira. Observar el cielo con coordenadas y planisferio, porque un profesor tiene que saber más allá de lo que puede divulgar”, indica Avello. Por eso el programa incluye una preparación para la observación nocturna y al final de cada jornada se hace una visita al observatorio de Santa Martina de la UC.
Otro aspecto que distingue a Universo en el Aula, es la posibilidad de realizar pasantías en Heidelberg.
Maritza Arias, profesora del colegio Leonardo Da Vinci de Vicuña, vivió esta experiencia, lo que para ella significó un antes y un después en la forma de enseñar. “Todo lo que aprendí allá, todos los materiales que pude replicar y lo que he podido hacer con mis estudiantes, luego de ese viaje, ha sido muy importante”, señala la docente.
Agrega que “he aprendido técnicas para mejorar la didáctica, la forma en que le presentamos la astronomía a los niños, sobre todo a los más pequeños. A través de actividades lúdicas, de construcciones y materiales concretos les podemos enseñar todo”.
Como parte de la Red Astro, Maritza también ha tenido la oportunidad de enseñar a sus pares, lo cual “ha sido un aprendizaje. Me di cuenta de ciertos detalles que uno va mejorando en la medida que los vas enseñando”, dice.
Quien avala este crecimiento de los profesores es uno de los creadores del proyecto, el alemán Olaf Fischer, astrofísico y docente de la Universidad de Heidelberg, quien trabaja en la Haus der Astronomie.
“Quince chilenos ya se han becado en Alemania y cada año preparamos entre 200 y 300 docentes en Chile, lo que es muy satisfactorio considerando que en un tiempo más el 70% de la astronomía mundial se desarrollará en el país”, dice el científico germano.
Destaca Fischer el desarrollo alcanzado por los profesores miembros de la Red Astro, lo que se percibe en las preguntas durante las charlas, lo cual avala también el trabajo que se ha venido haciendo y cómo proyectar Universo en el Aula. “En 2010 no teníamos una idea muy concreta de lo que íbamos a lograr, pero hoy viendo como han madurado los docentes, por ejemplo, sabemos que necesitamos como mínimo un profesor por región y necesitamos más materiales didácticos para las actividades, porque éstas son un elemento central de las capacitaciones”, afirma.
El taller cuenta con dos maletas de material didáctico confeccionado con materiales muy sencillos y de bajo costo, de manera que sea fácilmente replicable en los colegios. Por ejemplo, con tubos de pvc se construyó un telescopio; matraces con agua, en el que se introduce una bola de plumavit sirve para simular la esfera celeste y la proyección de la Tierra en el cielo.
La gran ventaja de Chile, dice Fischer, es qe el estudio del universo se incluye en la malla de aprendizaje de los colegios y eso hay que aprovecharlo.
