Publicidad
ÜÑÜM reflexiona sobre las identidades mestizas en nuevo disco que une la música mapuche con la electrónica CULTURA

ÜÑÜM reflexiona sobre las identidades mestizas en nuevo disco que une la música mapuche con la electrónica

Marco Fajardo
Por : Marco Fajardo Periodista de ciencia, cultura y medio ambiente de El Mostrador
Ver Más

El proyecto ÜÑÜM lanza su nueva placa «La Warria», sonidos que se inspiran en el concepto homónimo («ciudad» en mapundungún), y cuenta con el apoyo de Vicente Cuco (Anarkía Tropical) en la producción. «Este disco me ayuda a reflexionar sobre las nuevas identidades mestizas (champurrias) en la ciudad, cómo suena esa memoria común de migraciones campo a ciudad, con las influencias diversas de una warria con miras a la descolonización en pleno 2020, adhiriendo a la lucha territorial contra la forma wingka de usar los recursos», señala su líder, Francisco Herrera.


ÜÑÜM (pájaro en mapundungún) es el proyecto que dirige Francisco Herrera, un destacado músico violinista que viene mezclando los sonidos del violín junto con los de la música mapuche tradicional e influencias electrónicas desde su primer disco homónimo en 2017.

Su primer trabajo le otorgó reconocimiento gracias a una nominación en los Premios Pulsar por la categoría difusión de la música de pueblos originarios.

Sin embargo, en este nuevo álbum, Francisco traspasa las barreras de la música mapuche tradicional (kultrún, kaskahuilla, trompe, y el canto mapuche, pül) y las fusiona con sonidos electrónicos que por momentos traen a la memoria no solo a otros artistas mapuche como Beatriz Pichimalen, sino también a otros músicos como Björk o Dead Can Dance, que Herrera escuchaba desde chico.

Incluso hay una reversión de «Nguillatun», de Violeta Parra.

Influencias

El disco suena a las nuevas músicas en la fusión mapuche, un sonido champurreado (mezclado), que suena a ciudad (warria) y territorio ancestral, con voces sintetizadas en mapudungún, teclados sintetizadores y máquinas de beat, violines y cantos de pájaros.

«Este disco me ayuda a reflexionar sobre las nuevas identidades mestizas (champurrias) en la ciudad, cómo suena esa memoria común de migraciones campo a ciudad, con las influencias diversas de una warria con miras a la descolonización en pleno 2020, adhiriendo a la lucha territorial contra la forma wingka de usar los recursos», señala Herrera.

Al ser consultado sobre sus influencia, el músico responde que la música mapuche de Pichimalen del disco «Añil» ya marca precedentes de la experimentación en la fusión musical mapuche.

«‘La Warria’ se inspira en las discusiones sobre la identidad mestiza o champurrea. Se inspira en los cantos de los pájaros nativos, se inspira en el kvltrung y kaskahuilla, se inspira en las músicas de las tribus urbanas de los 2000», dice.

«En las periferias de Santiago nos llegan influencias desde el rap hasta el metal. A pesar de tocar violín escuché mucha música distintas desde chico. Mi papá trabajaba en la escuela de teatro Facetas, y de ahí me traía discos de los estudiantes de últimos años de teatro», recuerda.

Mapuche y electrónico

La idea de mezclar música mapuche y electrónica llegó «sola», añade.

«Junté la influencia musical de mi adolescencia en los elektros bailables y oscuros con la música que aprendo y toco en estos momentos, que ha surgido compartiendo el ulkantun (canto mapuche tradicional) en la comunidad de Wallmapu, con cantautoras y raperos mapuche warriache de la ciudad de Santiago», explica.

«Siento que el sonido urbano refresca y visibiliza esas nuevas identidades en la ciudad, con miradas hacia la descolonización, con sus memorias en común de migraciones campo-ciudad, como mi mi propia familia, que migra de Petorca por el saqueo del agua y el avance de el clima desértico a fines de los años 70’s».

Innovaciones

En lo nuevo de ÜÑÜM se siguen escuchando el sonido de los pájaros y de la naturaleza, pero estos también se irán encontrando con otras sorpresas; un violín mucho más transgresor que su primer disco, sintetizadores que no le temen a la experimentación y una textura musical más industrial y electrónica.

Desde «Millaray», el primer adelanto de La Warria que se estrenó hace dos semanas, hasta Llampuzqueñ (feat. Kajfvray Wenxulexfv) o Águila Sideral (original de Los Jaivas, remix feat. Inti Kunza), las canciones de este disco están marcadas por un proceso de profundas reflexiones sociales y políticas.

En ese contexto y en la etapa previa del lanzamiento de su nuevo disco, Francisco ha estado realizando un ciclo de conversatorios a través de Instagram Live con los artistas mapuche Daniela Millaleo, Waikil y Ketrafe, para discutir en torno a las identidades champurria.

La identidad champurria que, para Francisco es “la sangre impura, la mixtura… Lo que antes se denominaba como mestizo”, no solo caracterizó el aspecto musical de este nuevo trabajo, sino también su estética. En «La Warria» está la dirección de arte de Isabelle Lastra, la fotografía análoga de Javiera Oviedo y la colaboración artística del realizador audiovisual Matías Valdivia (LAEXTIRPACIÓN), que también participó en el primer disco y en los EP WAKEN ÜÑÜM (2019) y Encuentros en la Legua (2018).

La producción de este álbum de larga duración, por otra parte, estuvo a cargo de Vicente Cuadros y la interpretación de instrumentos mapuche y voces fue realizada por Lorena Manzo. La mezcla de los temas fue responsabilidad de Alen Huenchuleo y la masterización de Paulo Rojas (Estudio Errante).

Reversión de Violeta Parra

El disco además incluye una nueva reversión de «Ngillatun» de Violeta Parra, una artistas que ya sonaba en el el primer disco de ÜÑÜM (homónimo, 2017), con «Qué he sacado con quererte».

«Las canciones mapuche que compuso Violeta están muy presente en la memoria de mi infancia, así que reversionarla de nuevo en este disco es como volver a pasar esos momentos», explica Herrera.

«Cuando tocaba violín en la orquesta de la población Santa Julia, comuna de La Florida, tocábamos música de Bach y Vivaldi. Por el 1998 me enseñan el primer tema del cancionero de la Violeta, que fue ‘Casamiento de negros’. En ese momento sentí una gran conexión con esa música, como si la hubiera escuchado y vivido siempre», recuerda.

«De ahí en adelante, que toco repertorio latinoamericano en mi violín, es lo que me hace sentir mejor para expresar mi posicionamiento político y mi visión de este tercer mundo llamado Chile. Creo en descolonizar la música, mi instrumento y también la manera en la cual nos vemos y sentimos respecto al mestizaje y a nuestra herencia cultural», concluye.

Publicidad

Tendencias