
Cecilia Vicuña y reedición de poemario: “Está conectado con el golpe, que se justificó con mentiras”
Se trata de “PALABRARmas”, que acaba de ser republicado por editorial USACH. “Me parece muy significativo e importante que salga ahora, porque ahora puede haber mucha más consciencia del significado de las consecuencias de mentir, porque las consecuencias de mentir, por ejemplo, destruyeron la Constitución chilena, la que fue escrita colectiva y democráticamente”, dijo la flamante ganadora del Premio Nacional de Artes. “Esa fue cancelada por las mentiras, entonces eso es para mí un fenómeno histórico de una importancia trascendental, porque esa Constitución pasará a la historia como una de las joyas de la humanidad, no solamente de Chile, y que fue rechazada precisamente por las mentiras, así como el golpe fue trastocado por las mentiras”. El libro apareció originalmente en Argentina en 1984.
La Editorial Usach acaba de publicar una nueva edición del mítico poemario PALABRARmas, de Cecilia Vicuña, quien ayer obtuvo el Premio Nacional de Artes Plásticas.
La presente edición rescata su versión original, publicada en 1984 por la editorial argentina El Imaginero.
La propia autora explica que en su momento no intentó publicarlo en Chile, porque el país “ya estaba en plena dictadura. Yo no tenía ninguna idea de publicar un libro en Chile en los años 80”.
En el año 1973, “unos 3 o 4 meses después del golpe militar, nacieron las palabrarmas, que están totalmente conectadas con el golpe de Estado, en cuanto que el golpe se justificó mediante mentiras”.
“Eso ahora, en nuestra historia contemporánea, se llama fake news. Entonces, cuando yo vi esas mentiras que destruían la cultura, la sociedad, la democracia, los seres humanos, los cuerpos, ahí fue que nacieron las palabrarmas. Entonces desde un comienzo tuve la idea de hacer un libro, de hacer varios libros de palabrarmas, porque cuando empecé a hacerlas cada vez hacía más, más y más, son muchísimas”, recuerda.
“Al llegar yo a Buenos Aires en el año 1984, conocí a un grupo de poetas que tenían una editorial que se llama El Imaginero, y cuando escucharon esta historia de las palabrarmas ser fascinaron y me invitaron a hacer ese libro”, cuenta.
La primera palabrarma
“La primera palabrarma que apareció fue verdad, precisamente porque el golpe decía mentiras tras mentira y esas mentiras implicaban la muerte de muchas personas, la tortura, la desaparición. Aparece la verdad, segundo aparece la mentira: hacer tira la mente; y la tercera, las palabrarmas se autonombraron palabrarma. Luego viene solidaridad: dar y dar sol. Tenían un sentido de rescatar la verdad suprimida, de rescatar el verdadero sentido de las palabras que estaban siendo tergiversadas, abusadas, violentadas, porque las palabras estaban sufriendo como el cuerpo, como nosotros mismos”, comenta la artista.
Y detalla: “En un comienzo las empecé a dibujar, porque yo las veía como una imagen, entonces las empecé a dibujar, a recortar, a hacer collage, a hacer textiles, las empecé a hacer como performance. Ellas aparecieron como un fenómeno multidimensional”.
“Estamos ante un libro fundamental que nos permite entender y apreciar con mayor claridad la obra total de Cecilia Vicuña”, señalan desde la editorial.
“Nosotros como editorial de la Universidad de Santiago de Chile tenemos la misión de difundir la cultura y el conocimiento y creemos que parte importante de la cultura de nuestro país es la poesía. Existen muchas y muchos poetas que han tenido una obra muy importante, pero cuyos libros no se consiguen fácilmente, ya sea porque se editaron en otros países o porque están agotados y, en este caso, justamente ocurría eso”, explica Galo Ghigliotto, editor de Editorial Usach.
En el caso de esta obra, “apareció fuera de Chile, luego tuvo una edición pequeña acá en Chile pero que ya no se conseguía, y viendo que estaba esa necesidad de que exista el libro, es que decidimos reeditarlo. Y se dio la feliz coincidencia de que, cuando estábamos en medio del proceso de trabajo, a Cecilia se le empezó a reconocer su obra de diferentes maneras, lo cual por supuesto nos alegró mucho, muy merecido. Ella tiene una obra importantísima, multidisciplinaria, que también es algo que en lo personal me interesa mucho”, expresa el editor.

Según la editorial, se trata de una obra radical, no solo en el sentido del rupturismo de las palabras y los versos, de la deconstrucción de los significados y el juego refrescante con la visualidad del poema, sino también en términos de ser una raíz desde la cual crece y se expande el resto de su obra, tanto a nivel poético como performático, en el collage, la pintura y el cine.
“PALABRARmas es mucho más que un libro, se trata de un espacio visual donde (con)viven adivinanzas convertidas en versos que se reorganizan y evolucionan hacia nuevos significados, palabras que se fragmentan y hablan idiomas nuevos, definiciones que borran sus límites y se vuelven armas –(palabr)armas– que iluminan y enriquecen la tradición poética nacional”, se destaca.
Antecedentes
De acuerdo con el sitio memoriachilena.cl, este libro nace de la idea de que las palabras individuales se abren para revelar profundas asociaciones interiores, permitiendo que metáforas antiguas y nuevas aparezcan.
La primera intuición de estas asociaciones surgió en 1966 y Vicuña las bautizó “divinaciones”. Reaparecieron ocho años más tarde y entonces la autora las llamó “PALABRARmas”, un concepto que encierra los vocablos palabra, labrar, armas y más.
Al ser consultada sobre en qué momento se dio cuenta de que las “palabrarmas” que se le presentaron eran algo importante, Vicuña responde: “En el mismo instante en que sucedió, le di importancia, porque fue un instante muy claro en 1966”.
“En una sola noche vi 60, pero las palabras no se fragmentaban, las palabras se abrían y me mostraban significados que estaban adentro de su propio significado, entonces en ese momento las llame adivinanzas, porque comprendí que cada palabra era una pregunta y una respuesta”, explica.
“Por ejemplo, la primera fue enamorados, que se abre y se convierte en enajenados de amor morado. Entonces ellas mismas me mostraron su método, la forma en que habían sido compuestas imaginariamente, porque seguramente no fueron compuestas así. Eso en ciencia se llama ingeniería al revés, en que tú viajas al momento de la composición de un fenómeno. En este caso, viajo imaginariamente al origen de la palabra misma. Con una raíz imaginaria, porque no tiene ninguna pretensión de ser la raíz etimológica. Es una etimología creativa, de invención”, subraya.
Vicuña explica que trabajar con palabras es como trabajar la tierra, un ‘trabajar’ más un ‘pensar’. El trabajo arma al hablante con la visión de las palabras y las palabras se constituyen en armas, quizá las únicas aceptables, según la autora.
El primer poema del libro narra el encuentro de la hablante con este descubrimiento: “Primero vi una palabra en el aire/ sólida y suspendida/ mostrándome/ su cuerpo de semilla” (PALABRARmas. Buenos Aires: El imaginero, 1984, p. 9).
Luego, en la sección “Adivinanzas”, explica la naturaleza de su visión: “veía en el aire palabras/ que contenían una pregunta y una respuesta/ a la vez” (p. 17). En la sección que da título al libro, se encuentran palabras intervenidas tipográficamente, de modo que revelen su peculiar contenido semántico: “verdad/ dadver” (p. 36).
En la cuarta y última sección de la obra, se dan a conocer algunas referencias simbólicas, que van desde mitos de creación guaraníes, el Popol Vuh maya, el Mandukya Upanishad, el Rig Veda, obras de Heráclito, San Juan y Hölderlin, entre otros. Estas referencias, tanto occidentales como orientales y de las culturas ancestrales latinoamericanas, ponen de manifiesto la común percepción del poder de la palabra que existe en las distintas culturas, a pesar de las diferencias específicas entre ellas.
Según el crítico argentino Saúl Yurkievich, las palabrarmas operan por revelación: “Desvelan lo que usualmente está velado. Sacan a luz lo multívoco que encierran las palabras. En el seno de toda palabra hay otras palabras agazapadas, en potencia. Toda palabra resulta así plural, plurívoca. La lengua se vuelve un mar germinativo donde todo pulula y prolifera. Vuelves a la relación ancestral con la palabra, cargada de virtualidades, de poderes, a la palabra oracular, intercesora entre mente y mundo, puente de intercambios recíprocos” (Contratapa de PALABRARmas. Buenos Aires: El imaginero, 1984).
Relevancia de la reedición
En cuanto a la reedición, Vicuña señaló que le parecía “muy significativo e importante que salga ahora, porque ahora puede haber mucha más consciencia del significado de las consecuencias de mentir, porque las consecuencias de mentir, por ejemplo, destruyeron la Constitución chilena, la que fue escrita colectiva y democráticamente”.
“Esa fue cancelada por las mentiras, entonces eso es para mí un fenómeno histórico de una importancia trascendental, porque esa Constitución pasará a la historia como una de las joyas de la humanidad, no solamente de Chile, y que fue rechazada precisamente por las mentiras, así como el golpe fue trastocado por las mentiras”.
“Las mentiras han ido creciendo y se han hecho un fenómeno global. Este es el momento en que Chile necesita un nuevo despertar y yo siempre pensé que las palabrarmas, su verdadero sentido, era darnos conciencia del poder creador y destructor del lenguaje. Es como si el lenguaje mismo dijera: ‘Yo soy este poder de unir y desunir; de romper y curar’. Es una violencia infinita la que hay como potencia en el lenguaje, una violencia creadora o una violencia destructora”, enfatiza.
Poesía visual
La artista además reflexiona sobre el concepto de “poesía visual” que puede deducirse del texto.
“Mi perspectiva con respecto a la poesía es que la poesía nunca ha sido texto. La poesía visita la textualidad, pero la visita es reciente, desde que existe la escritura, que no son más de 5 mil años, pero la poesía tiene varios de miles de años más”, opina.
“Desde mi perspectiva, la poesía se manifiesta primero oralmente, en sonido, pero el sonido siempre lleva una imagen, al menos para mí, entonces esa sinestesia entre la imagen y el sonido está en mí, yo creo que es una característica de la sensibilidad y el cerebro humano, que está muy sepultada por la cultura occidental, pero en otras culturas es continua, evidente y la usa todo el mundo”, ahonda.
“Cuando yo las vi –las palabrarmas–, yo las veo ya como imagen, por lo tanto, al escribirlas no las escribo sino que las dibujo. Entonces he creado un sistema que, por lo demás, es muy milenario, de escribir dibujando y dibujar escribiendo y eso está en todos mis libros. Ese sistema es profundamente rico en muchas culturas: la india, la china, en la cultura maya, y muchas otras culturas indígenas del mundo. Escribir dibujando es un método de rebelión contra el sistema de escritura lineal occidental, porque es multidimensional y es performativo a la vez. Por eso, cuando nacen las palabrarmas nacen como dibujo, como collage, como textil”, concluye.
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