
Úvula: un fotolibro para visitar micromundos y observar lo invisible
Con el fotolibro Úvula, la artista Emilia Insecta, intenta abrir preguntas sobre cómo observamos y contemplamos el micromundo y comparte una experiencia que invita a activar los sentidos, la imaginación y la reflexión a través de imagen, poesía y texturas desde el sur de Chile.
El fotolibro Úvula, de Emilia Insecta y la microeditorial Tinta Negra, será presentado en Santiago el próximo jueves 4 de enero a las 19.30 horas en Sala de Máquinas, espacio-taller dedicado a la imagen fotográfica, donde la artista compartirá parte del proceso de investigación detrás de la creación, el cual será acompañado con música en vivo y una lectura poética.
Tras ser lanzado en las ciudades de Valdivia y Temuco, Úvula estará a la venta en la Tienda Nacional y otros espacios por confirmar a través de redes sociales de Tinta Negra. Además, será parte del Festival Latinoamericano de Artes y Tecnologías en Concepción, el 12 de enero, y estará disponible para su observación y estudio en la Biblioteca Nacional y en diferentes espacios culturales, como Casa FIFV en Valparaíso.
El proyecto fue desarrollado durante los últimos tres años en base a la propia experiencia de la autora habitando la selva valdiviana –específicamente Chaihuín–, lugar inmerso en ríos, mar, bosques y seres que inspiran esta investigación. Todo comenzó durante la pandemia en base a preguntas ecológicas y filosóficas, ¿cómo un virus, un ente invisible, puede acabar con la humanidad? ¿Qué importancia tiene el micromundo en nuestra construcción de la realidad?
A través de la imagen, la poesía y la investigación científica, Emilia intenta ficcionar un universo con códigos propios para conectar con emociones primitivas a través del arte.
“Busco crear una experiencia en donde el lector pueda entrar al universo viscoso, oscuro y colorido de ‘Úvula’ para conectar con aquellas energías sutiles y seres extraños que emanan del suelo, las plantas, el agua y el propio cuerpo humano. Estoy convencida de que toda reflexión entra primero por los sentidos: veo en la memoria sensorial una forma de activar preguntas en las personas. Intento abrir la posibilidad de que incluso los adultos miremos como niñas/os, como cuando pasábamos horas buscando bichos y plantas entre la tierra. Finalmente, somos comunidad con seres que nos habitan, hasta en nuestras células, y hacemos pactos implícitos para convivir. En el micromundo podemos encontrar tal vez más respuestas sobre el origen de la vida y sobre nuestra pequeñez en la existencia que en el universo”, dice.
El fotolibro cuenta con diferentes colaboradores de Valdivia y otros territorios. El Laboratorio de Biomateriales de Valdivia (Labva) investigó y creó 250 láminas de biomaterial para la portada del libro, en base a materiales como el agar-agar y la carragenina (derivados de algas), intervenidos con pigmentos naturales y elementos orgánicos como trozos de algas, arcilla, etc. Pandora Labtextil fue la encargada de crear los envoltorios del libro, asemejando las membranas celulares. Estas consisten en bolsas de algodón estampadas a mano con tintes naturales.
Constanza Araya, fotógrafa y artista, fue quien guió el proceso de edición y relato visual del libro. Estela Morales fue la encargada de diseñar y diagramar, y Martina Pedreros la editora de todos los textos que acompañan las imágenes. Participó también Jorge Díaz, biólogo y activista transfeminista con el que la autora del libro mantuvo durante tres meses una correspondencia vía mail que está disponible para todos los lectores en internet y en un código QR del libro.
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