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Cine independiente en Chile: cómo las salas desafían el modelo comercial y conectan al público CULTURA Créditos imagen: Red de Salas de Cine

Cine independiente en Chile: cómo las salas desafían el modelo comercial y conectan al público

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Emilia Aparicio Ulloa
Por : Emilia Aparicio Ulloa Periodista El Mostrador
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El informe de la Red de Salas de Cine de Chile destaca que en 2024, más de 230.000 personas asistieron a salas independientes. En un conversatorio, expertos discutieron sobre el papel cultural de estas salas, su desafío ante el mercado y su labor de mediación en la comunidad.


Resumen
Síntesis generada con OpenAI
El reporte de la Red de Salas de Cine de Chile revela que en 2024, las salas independientes atrajeron a 230.570 espectadores, destacando su rol como espacios de resistencia cultural. A pesar de la disminución en la programación de cine chileno, se observó un mayor compromiso del público. Las salas ofrecen no solo entretenimiento, sino también mediación cultural, siendo esenciales en barrios y comunas rurales donde no hay opciones comerciales.
Desarrollado por El Mostrador

La Red de Salas de Cine de Chile lanzó un reporte en conjunto al Observatorio de Políticas Culturales (OPC), según describe el informe durante 2024, 230.570 espectadores asistieron a salas independientes de cine, en las más de 7.000 funciones programadas en los espacios asociados a la Red Salas de Cine.

En un conversatorio organizado por la Red de Salas de Cine, distintas voces del sector reflexionaron sobre el presente y los desafíos de la exhibición cinematográfica independiente en Chile.

El encuentro realizado en la Cineteca Nacional contó con la participación de Daniela Fuentes Posada, coordinadora de la Red de Salas Independientes; Macarena Bello, jefa de programación y públicos de la Cineteca Nacional de Chile; Consuelo Castillo, encargada de la Sala Nemesio en La Reina; Martín Castillo, programador del Centro Arte Alameda; y Vanessa Amigo, encargada del área de cine del Centro Cultural San Antonio.

“El cine independiente es un lugar de resistencia”, afirmó Consuelo Castillo, recordando que en muchos casos estas salas no solo desafían los imperativos del mercado, sino que también enfrentan contextos políticos y sociales adversos.

“No pensamos en la transacción mercantil, sino en la transmisión cultural”, agregó, destacando el rol de las salas como espacios de libertad y creación, donde la comunidad puede explorar, reflexionar y entretenerse a través del cine.

Para Macarena Bello, el rol de las salas va más allá del entretenimiento: “Nos vinculamos con los públicos desde un lugar donde es muy importante la identidad y la memoria”.

Además, subrayó que la red no solo exhibe cine chileno contemporáneo, sino también películas patrimoniales que abarcan desde los años 1900 hasta la actualidad, una práctica que no se encuentra en las salas comerciales.

Este esfuerzo, sin embargo, no está exento de tensiones. Si bien en 2023 las salas independientes programaron un 30% de cine chileno frente a un 8% en las salas comerciales, en 2024 esa cifra bajó a un 26%.

“No es una decisión voluntaria, es multifactorial”, explicó Bello, mencionando la alta carga de programación nacional durante la conmemoración de los 50 años del Golpe en 2023 y nuevos acuerdos con plataformas internacionales como MUBI durante el año actual.

A pesar de la disminución porcentual en funciones, Martín Castillo identificó una señal positiva: “Hay un compromiso mayor del público con el cine chileno, aunque haya menos funciones. Las cifras muestran que la asistencia no cae proporcionalmente”.

También alertó sobre la concentración de estrenos en pocos meses y la necesidad de una mayor planificación conjunta entre salas, distribuidoras y Estado.

“Las multisalas están en los malls. Nosotros estamos en barrios, en comunas rurales, en ciudades donde a veces somos el único espacio de cine”, recalcó Vanessa Amigo. San Antonio, por ejemplo, no cuenta con cines comerciales y su sala es la única opción de acceso regular a cine chileno para los habitantes de distintas zonas de Quinta Región.

Una red diversa, frágil y esencial

“Hay salas municipales, espacios autogestionados, centros culturales con realidades muy distintas. Muchas dependemos de fondos concursables para sobrevivir”, indicó Amigo. Esta fragilidad estructural contrasta con el impacto territorial que tienen, al llegar a audiencias que de otro modo estarían completamente excluidas del circuito cinematográfico.

Consuelo Castillo ilustró este punto con un ejemplo potente desde la Sala Nemesio: “Tuvimos más de 12.000 espectadores en 2024, de los cuales 3.000 fueron escolares. La sala está frente a una población emblemática de autoconstrucción. Ha costado que crucen la calle, pero estamos creando puentes, y eso es parte esencial de nuestra misión”.

Uno de los aspectos más valorados de la red es su trabajo de mediación: cineforos, conversatorios, encuentros con realizadores. Aunque las cifras dicen que solo un 10% de las funciones tienen mediación, los participantes coincidieron en que ese número puede tener varias lecturas.

“Es un trabajo inmenso. Cada función mediada tiene un impacto profundo en los públicos”, dijo Amigo, resaltando cómo las experiencias compartidas con actores y directores generan vínculos emocionales que no se encuentran en la experiencia comercial.

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