
Brian Wilson, cofundador de The Beach Boys, fallece a los 82 años
En febrero del año pasado se supo que Wilson, que recién acababa de perder a su esposa Melinda, sufría de “desórdenes neurocognitivos graves” que le obligan a ser puesto bajo tutela de dos médicos entonces designados por sus familiares.
Brian Wilson, cofundador de la banda The Beach Boys, que redefinió el “sueño californiano”, ha fallecido a los 82 años, informó su familia a través de la cuenta de Instagram del músico.
“Estamos devastados por tener que anunciar que nuestro amado padre Brian Wilson ha muerto. Nos faltan las palabras en este momento. Por favor, espeten nuestra intimidad en este momento en que la familia está de duelo”, escribieron, sin dar detalles de la causa de su muerte.
“Nos damos cuenta de que compartimos nuestro pesar con el mundo. Paz y amor”, concluye el mensaje de su familia de siete hijos.
Causas
En febrero del año pasado se supo que Wilson, que recién acababa de perder a su esposa Melinda, sufría de “desórdenes neurocognitivos graves” que le obligan a ser puesto bajo tutela de dos médicos entonces designados por sus familiares.
La familia reconoció entones que Wilson eran incapaz de valerse por sí mismo “para su salud física, sus alimentos, su ropa y su alojamiento”, según comunicaron entonces sus abogados.
De todas formas, los problemas neurocognitivos de Wilson databan ya de los años noventa, producidos por largas épocas de abusos de drogas cuando estaba en la cresta de la fama, agravados por su relación con el polémico psicólogo Eugene Landy, que trataba de controlar cada aspecto de su vida hasta que la familia le prohibió todo contacto con él, pero eso no sucedió hasta 2006.
Trayectoria
Tocó el cielo con algunas de las melodías más brillantes de la historia del pop pero por el camino sufrió todo tipo de tormentos y desgracias. Ese fue la encrucijada sin solución del líder de The Beach Boys.
Autor de joyas como “God Only Knows” o “Good Vibrations” y arquitecto detrás de una obra maestra como “Pet Sounds” (1966), Wilson marcó un antes y un después en la evolución del pop, camino de territorios mucho más complejos, y fue una influencia clave en numerosos artistas como The Beatles, que le deben gran parte de su inspiración para “Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band” (1967).
Aunque nació en Inglewood en 1942, la vida de Wilson y los inicios de The Beach Boys a comienzos de la década de los 60 están vinculados a otra ciudad californiana: Hawthorne, donde empezaron a tocar los tres hermanos Wilson (Brian, Dennis y Carl), su primo Mike Love y Al Jardine.
Durante esos primeros años de los 60, The Beach Boys arrasaron. Su pop vitalista, con fabulosos estribillos y un punto sexy -muy medido pero con la dosis justa de picante- triunfó con éxitos como “Surfin’ U.S.A.”, “Barbara Ann” y “I Get Around”.
Wilson y compañía siempre sonreían, siempre parecían felices, siempre parecían disfrutar de la vida. Ofrecían a sus fans una promesa tan irresistible como inalcanzable: un verano eterno en una California utópica de amores fugaces al borde del mar, de carros y chicas, de fiestas de surferos y de placer juvenil donde no se ponía el sol. ¿Quién no querría vivir algo así?
Sin embargo, ese éxito de masas no fue suficiente para Wilson.
Tímido y muy frágil, con una personalidad inquieta e inestable de la que se aprovecharían muchas personas a lo largo de su vida, el músico dejó de girar con la banda tras un ataque de pánico en un avión y se encerró en un estudio en enero de 1966 para dar rienda suelta a su inigualable y gigantesco talento.
“Pet Sounds”, la cumbre de Wilson
Peter Ames Carlin retrató en “Catch a Wave” (2006), biografía de The Beach Boys, un momento fundamental en la gestación de “Pet Sounds”: la primera vez que Wilson escuchó “Rubber Soul” (1965) de The Beatles.
“¡Un álbum completo solo con buen material!”, exclamó. En lugar de singles sueltos o discos con canciones de relleno, los de Liverpool habían creado una obra madura, ambiciosa y consistente de principio a fin.
“Marilyn -dijo a su mujer-, voy a hacer el mejor disco, el mejor disco de rock que jamás se ha hecho”.
Frente al delicioso aroma juvenil y risueño de los primeros The Beach Boys, Wilson se sacó de la chistera una auténtica maravilla de pop sofisticado, una cumbre melódica que combinaba una orquesta multicolor, camino ya de la psicodelia, con las siempre pluscuamperfectas armonías vocales del grupo.
Todo le valía a este visionario para hacer realidad sus ideas: guitarras, teclados y percusión, pero también violines, vientos, un “theremin” y hasta ladridos de perros y timbres de bicicletas.
Muy poco quedaba en “Pet Sounds” del eterno verano de The Beach Boys. Al contrario, el álbum era melancólico, complejo y agridulce: era un disco adulto.
Wilson ya no ponía música a las olas y el sol, sino que capturó el sonido del atardecer, cuando se apagan las hogueras de la fiesta, se calla la música y los sueños ya no son lo que parecían durante el día.
“Wouldn’t It Be Nice” describía a una pareja suspirando por casarse y vivir juntos y “I’m Waiting For The Day” narraba la dolorosa historia de una chica que acaba de romper con su pareja y de un chico dispuesto a esperarla hasta “el día que pudiera volver a amar”.
Al final fue “God Only Knows”, un llanto inolvidable de romance y lirismo, la canción que resumió todos los logros de Wilson en este disco. Poco después publicaron otro single descomunal como “Good Vibrations” que iba a preceder a otro álbum de ambición desbordada como “Smile” junto a su fiel colaborador Van Dyke Parks.
Pero entonces llegó el abismo.
Sombras y sinsabores
Problemas mentales y depresiones de Wilson, adicciones a las drogas y una grabación interminable provocaron la cancelación de “Smile”, que se convirtió en un disco maldito y del que décadas después se ofrecieron extractos, reinterpretaciones y versiones en directo que aumentaron su leyenda.
Parecía que The Beach Boys se iban a comer el mundo tras “Pet Sounds”, pero entonces comenzó su declive justo cuando la contracultura de los años 60 empezaba a asomarse para transformar EE.UU. de arriba abajo.
Una de las figuras más turbias de la biografía de Wilson es el polémico psicólogo Eugene Landy, que trataba de controlar cada aspecto de su vida hasta que se le prohibió todo contacto con él en 2006. También sufrió maltrato de su padre y se sintió utilizado por su entorno, especialmente por su compañero de banda Mike Love.
“Love & Mercy” (2014), película con Paul Dano en la piel de Wilson, retrató la controvertida relación de Landy con el músico así como la creación de “Pet Sounds”. Ahondaron asimismo en su trayectoria documentales como “Brian Wilson: I Just Wasn’t Made for These Times” (1995) o “Brian Wilson: Long Promised Road” (2001).
Tras un largo y muy oscuro periodo en segundo plano, regresó con su primer álbum en solitario en 1988, titulado “Brian Wilson” y con “Love & Mercy” como single.
Pero en la última fase de su carrera volvió de manera frecuente a The Beach Boys, ya fuera con una reunión puntual o recuperando por su cuenta, en vivo o en disco, aquellas memorables canciones que le llevaron al olimpo del pop.
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