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Rutas ancestrales: libro pone en valor legado vial indígena CULTURA Crédito: Cedida

Rutas ancestrales: libro pone en valor legado vial indígena

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Reconocer para transformar: el libro “El aporte de los pueblos ancestrales al desarrollo de Chile y Argentina” rescata la memoria de las rutas viales indígenas, y constituye un acto concreto de reparación y valorización histórica.


Tras dos años de investigación y un equipo binacional de más de veinte especialistas, el Instituto Ta Iñ Pewam de la Universidad Católica de Temuco (UCT) presentó impreso su libro El aporte de los pueblos ancestrales al desarrollo de Chile y Argentina.

Más que una obra académica, esta publicación representa un trabajo que conecta arqueología, historia, oralidad y memoria colectiva para resignificar el aporte material y cultural de los pueblos originarios, desde el Qhapaq Ñan en el norte (sistema vial andino) hasta las rastrilladas mapuche en el sur.

“Este libro recoge un mandato que tenemos como universidad: ayudar a mejorar la relación entre el pueblo mapuche y la sociedad chilena. Queremos que se aprenda a valorar el aporte que estos pueblos hicieron a nuestro desarrollo, y que muchas veces sigue siendo invisible”, afirma el Premio Nacional de Historia y líder del proyecto, Jorge Pinto Rodríguez.

El autor Jorge Pinto Rodríguez.

El proyecto comenzó en 2022, con un recorrido por las huellas de antiguas redes viales que articularon comercio, cultura y espiritualidad a lo largo de miles de kilómetros.

Respecto a este trabajo, Pinto explicó que “no basta con nombrar las rutas: había que investigarlas, caminar sus pasos, entender cómo estas vías facilitaron el intercambio y contribuyeron al desarrollo económico y social de ambos países”.

El equipo estuvo compuesto por arqueólogos, antropólogos, historiadores y documentalistas de Chile y Argentina, e incluyó referentes como José Ancán, Luis Alberto Curilaf y Carmen G. Garbarini, además de la coeditora y secretaria ejecutiva del Instituto, Isolde Reuque. Su trabajo fue respaldado por la empresa CMPC, que colaboró en el financiamiento.

Ingeniería ancestral y memoria viva

En sus cerca de 700 páginas, repletas de mapas, fotografías y testimonios, el libro reconstruye rutas que tejieron identidad y economía desde siglos antes de la llegada de los españoles. Es, además, una defensa de la “ingeniería vial” de los pueblos originarios: la capacidad de crear caminos que superaban desiertos, ríos y cordilleras, marcados solo por hitos naturales, intuición y saber comunitario.

Isolde Reuque relevó el hecho de que, “cuando vemos hoy una carretera, no sabemos que debajo hubo rutas abiertas hace siglos por comunidades indígenas, que cuidaron sus pasos y planificaron el tránsito de personas y animales”.

“Quien lea este libro se dará cuenta de lo que significa ser herederos de pueblos fuertes, inteligentes y en armonía con la tierra. Pueblos que construyeron estas rutas para comerciar, encontrarse y sobrevivir”, resume el Dr. Pinto, quien también precisó que estas redes viales permitieron a Chile y Argentina desarrollar su comercio durante los siglos XVII al XIX.

El valor de la obra no queda en el rescate histórico: tiene también un propósito educativo y social. Parte de la primera edición —más de mil ejemplares— será distribuido en colegios, bibliotecas y comunidades rurales. Además, el equipo está trabajando en una versión adaptada para estudiantes de enseñanza básica, con relatos breves e ilustraciones, que acerquen esta memoria a niños y niñas de la región.

“Queremos que las nuevas generaciones conozcan esta historia desde pequeños. Que puedan verse reflejados y entender que ser parte de un territorio es también heredar y cuidar esos saberes”, añade Reuque.

Más que historia: impacto y vinculación territorial

Para el Instituto Ta Iñ Pewam y la UCT, este libro es también una acción concreta de vinculación con el medio: devuelve a la sociedad conocimientos que nacieron de ella misma. Así, el proyecto cumple con la misión institucional de ser un “centro de incidencia pública” que, desde la investigación y la docencia, dialoga activamente con comunidades locales, empresariado y el mundo escolar.

Detrás de la publicación hay cientos de kilómetros recorridos, reuniones binacionales, revisión de archivos, entrevistas en terreno y un trabajo editorial de meses. No se trata solo de documentar el pasado: “Lo importante no es solo contar la historia, sino ayudar a transformar la mirada que tenemos sobre esos pueblos. Mostramos cómo su inteligencia vial, su relación con la tierra y su sentido comunitario fueron clave para el desarrollo de lo que hoy somos”, concluyó Jorge Pinto.

En definitiva, El aporte de los pueblos ancestrales al desarrollo de Chile y Argentina no es solo un libro para especialistas: es un puente vivo entre memoria, identidad y futuro, que confirma desde Temuco que la historia puede —y debe— dialogar con el presente para proyectar un territorio más justo y consciente de sus raíces.

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