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Productora paraguaya: “El stronismo nunca se fue, sino que más bien se acomodó y adaptó”

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Marco Fajardo Caballero
Por : Marco Fajardo Caballero Periodista de ciencia, cultura y medio ambiente de El Mostrador
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La cinta “Bajo las banderas, el sol”, sobre la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989), ha sido parte de la programación del Festival Internacional de Cine de Viña del Mar.


Un documental sobre la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989) en Paraguay ha sido parte de la programación del Festival Internacional de Cine de Viña del Mar, que se desarrolla hasta el sábado.

Se trata de “Bajo las banderas, el sol”, dirigido por Juanjo Pereira, que a partir de cintas recuperadas dentro y fuera del país charrúa reconstruye “una historia silenciada, interrogando las imágenes oficiales y los intentos de borrar la memoria colectiva”, según la reseña oficial.

La cinta fue estrenada en Berlín y reconocida como Mejor Película en Bafici.

Dictadura mítica

Stroessner gobernó gracias a una sucesiva reelección al alero del Partido Colorado. Por eso la cinta incluye imágenes de actos masivos en apoyo al dictador.

En la cinta, Stroessner defiende su gobierno en el nombre de la democracia y comparte el podio con otros dictadores, como el ex dictador argentino Jorge Rafael Videla, que murió en prisión en 2013. Además hay imágenes de una visita a Estados Unidos y también a Alemania, la tierra de sus ancestros.

Ivana Urízar es la productora de la cinta y cuenta que quiso sumarse a este proyecto “por la falta enorme e histórica que tenemos en Paraguay de imágenes en general, y en particular de esta época”.

“Cada vez que alguien hablaba de la dictadura en Paraguay, parecía como si lo hiciera de un mito, de algo que se dice que sucedió pero que nadie podía confirmarlo. Las desapariciones de personas, las torturas, el exilio de tantas personas, la persecución de las organizaciones campesinas… todos hechos atroces que cada vez más sonaban como leyenda, como algo que nadie podía comprobar certeramente”, relata.

Hacer esta película realidad significaba “confirmar que todo esto sí había sucedido, porque allí estaban todas esas imágenes con su enorme poder para confirmarlo”.

Imagen de la película.

Investigación

La productora cuenta que para hacer la película se realizó una investigación en varios países de todo el mundo, especialmente América y Europa.

“En total, el director recopiló más de 100 horas de material, que luego fue procesado, seleccionada y guinado para integrar la película. Finalmente se incluyeron imágenes de archivos de Alemania, Argentina, Bélgica, Brasil, Estados Unidos, Francia, Paraguay y Reino Unido”.

Es así que la cinta relata, de forma cronológica, desde la asunción del dictador hasta su derrocamiento, de mano de su consuegro, el general Andrés Rodríguez, en 1989, así como su exilio en Brasil, donde falleció en 2006.

Imagen de la película.

Impacto en la juventud

Urízar además señala que “cuando Juanjo me presentó el proyecto y vi por primera vez el trailer de la película, aún en desarrollo, me impactó ver a Stroessner moverse y escuchar cómo hablaba”.

“Caí en la cuenta de que hasta ese momento, nunca había visto imágenes suyas en movimiento. Siempre había sido alguna que otra fotografía o retrato pintado. Y allí una vez más caí en lo terrorífico que es no poder mirarnos y que poco ejercicio de memoria teníamos hecho hasta el momento en Paraguay”, explica.

La Comisión de Verdad y Justicia, creada en 2003, estableció que durante la dictadura de Stroessner un total de 325 personas fueron ejecutadas o desaparecidas durante la dictadura. Además señaló torturas, exilio y despojo a la población indígena.

Negacionismo

La productora además señala que, tal como ocurre en Chile con la figura del ex dictador Augusto Pinochet, en Paraguay hay un auge del negacionismo y una reivindicación de la dictadura.

“Es muy similar, y más porque en Paraguay nunca se hizo un ejercicio real de memoria, los pocos juicios que se llevaron adelante a los responsables de torturas y desapariciones nunca fueron muy publicados ni hubo un seguimiento de la sociedad civil”, afirma.

“En las artes, el cine y la literatura, se empezó a hablar de la dictadura mucho tiempo después de su caída, como si nos hubiera llevado décadas despertarnos de ese adormecimiento social en el que estábamos sometidos. Un adormecimiento que incluso pasó a las nuevas generaciones, que no solamente no recuerdan la dictadura de primera mano, sino que ni siquiera se les habló sobre ella en escuelas ni colegios”, expresa.

Además, “el Partido Colorado sigue en el poder, y eso genera una especie de impunidad y un rebrote del stronismo que nunca se fue, sino que más bien se acomodó y adaptó”, concluye.

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