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Ave migratoria cubre 10 mil kilómetros entre Isla Navarino y el medio oeste de Estados Unidos CULTURA|CIENCIA Crédito: Omar Barroso

Ave migratoria cubre 10 mil kilómetros entre Isla Navarino y el medio oeste de Estados Unidos

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Richard García Zúñiga
Por : Richard García Zúñiga Agencia Inés Llambías Comunicaciones/ colaboradores de El Mostrador.
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El playero de Bird es el primero que se ha monitoreado desde la que la red de rastreo internacional Motus sumó una estación en Puerto Williams en enero pasado. Además, es el punto más austral desde el cual se ha hecho seguimiento de rutas migratorias interhemisféricas.


El monitoreo de aves migratorias alcanzó este mes un nuevo hito con la primera ruta registrada de un ave desde la Reserva de la Biosfera Cabo de Hornos, el punto más austral hasta la fecha para la red Motus, hasta el centro de los Estados Unidos desde donde se espera que el ave, un playero de Baird, siga su ruta hasta el ártico norteamericano.

Rocío Jara, investigadora posdoctoral del Centro Internacional Cabo de Hornos (CHIC) y de la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC), revela cómo este logro proporciona información crucial sobre las rutas migratorias y la ecología de las aves en uno de los entornos más extremos del planeta.

Motus es una red internacional de colaboración para el estudio de movimiento de aves y otros animales voladores. Esto, a través de transmisores que proporcionan datos sobre sus desplazamientos. La red cuenta con más de 1200 estaciones que reciben señales de radio emitidas por transmisores instalados en los animales de interés.

Crédito: Omar Barroso

En Chile el número de estaciones Motus es muy limitado. Durante enero pasado y en colaboración con el Centro de Ornitología y Biodiversidad CORBIDI de Perú, se materializó la implementación de una estación en Puerto Williams para el estudio y monitoreo de aves migratorias.

Esta nueva unidad ha permitido seguir ya los pasos del Playero de Baird y el Playero de lomo blanco. “En enero, cuando instalamos los transmisores, teníamos en mente seguir a estas especies y ver sus rutas migratorias”, comenta Jara.

En el caso del Playero de Baird, los resultados comenzaron a surgir rápidamente.

“La última detección en Puerto Williams fue el 4 de febrero, y el 3 de mayo llegó a Kansas, moviéndose luego a Nebraska el 5 de mayo”, explica Jara.

Ruta

Esta ruta cubre aproximadamente 10,000 kilómetros desde Puerto Williams hasta Nebraska, confirmando que el Playero de Baird sigue la ruta migratoria esperada que pasa por la costa pacífica de Sudamérica y luego cruza Norteamérica por el centro hasta llegar a su zona reproductiva en el Ártico Canadiense y Alaska.

“Cuando se habla de esta especie, generalmente se considera Tierra del Fuego como el punto más austral de su distribución, pero ahora empezamos a conocer la migración de individuos que habitan aún más al sur”, destaca Jara.

Este descubrimiento subraya la importancia de seguir expandiendo la red de monitoreo hacia áreas aún más australes, como las islas Diego Ramírez. La instalación de estas estaciones, además, cierra la brecha de información y monitoreo que se presentaba hasta ahora en el hemisferio sur respecto de estas migraciones.

Crédito: Omar Barroso

Limitaciones

A pesar de estos éxitos, Jara señala algunas limitaciones:

“La red Motus tiene muy pocas estaciones en el Ártico, por lo que seguramente no sabremos dónde ni cuándo llegó el Playero de Baird a su destino final”. Esta falta de cobertura completa limita el conocimiento sobre las etapas finales de la migración, aunque los datos obtenidos hasta ahora son prometedores para futuros monitoreos.

Las aves playeras son un grupo de aves severamente amenazado cuyos poblaciones decrecen a nivel global. En el caso del continente americano, muchas de sus especies se reproducen en Alaska como en el Ártico Canadiense, y luego migran hacia el sur. Se desplazan principalmente por tres corredores migratorios: uno por el centro del continente, uno a lo largo de la costa del Pacífico y otro a través de la costa del Atlántico. La Reserva de la Biosfera Cabo de Hornos está ubicada en el punto donde los corredores migratorios del Pacifico y Atlántico convergen, por lo que resulta una ubicación estratégica para la investigación ornitológica de Chile y el mundo.

El director del CHIC y académico de la Universidad de Magallanes, Ricardo Rozzi valora especialmente que este rápido resultado obtenido con el marcaje de aves y nuevas tecnologías es fruto de colaboraciones nacionales e internacionales. El CHIC ha suscrito acuerdos de colaboración tanto con Audubon–Chile como con Audubon–Américas que han catalizado este estudio. Otra cooperación internacional clave ha sido la establecida por CHIC con el Centro de Ornitología y Biodiversidad (CORBIDI) con sede en Lima, Perú. CORBIDI y CHIC instalaron en conjunto la estación MOTUS más austral del continente en la Reserva de la Biosfera Cabo de Hornos, Chile.

La ruta del Fío-fío

Otra especie monitoreada por la investigadora desde Cabo de Hornos y cuyos resultados se publicaron recientemente en la revista PLOS ONE es el Fío-fío (Elaenia albiceps), esta vez mediante el uso de geolocalizadores. Este ave paseriforme se reproduce en la Reserva de la Biosfera Cabo de Hornos y migra hacia Brasil para el invierno.

“Hemos observado que el Fío-fío se mueve entre los bosques subantárticos y los bosques junto al atlántico en Brasil”, señala Jara.

La investigación también incluyó estudios comparativos con datos previos.

“Comparamos cómo se comporta el grupo que se reproduce en la Reserva de la Biosfera Cabo de Hornos con la de Esquel, Argentina, encontrando gran similitud en las fechas de migración y los lugares de invernada”, explica Jara.

Sin embargo, los resultados se vuelven menos concluyentes a medida que la batería de los transmisores se agota y el número de individuos monitoreados disminuye.

Contar con información detallada sobre las rutas migratorias y la fenología de las aves es crucial para la toma de decisiones en conservación y uso del espacio.

“Es fundamental tener datos precisos sobre dónde y cuándo pasan las aves para planificar, por ejemplo, la ubicación de parques eólicos”, afirma Jara, quien destaca que desde hace 24 años el CHIC desarrolla el Programa de Investigación Ornitológica a Largo Plazo (LTOR) en el Parque Omora de la isla Navarino, que forma parte de la Reserva de la Biosfera Cabo de Hornos.

Aves como Vectores de Enfermedades

Además de su importancia ecológica, las aves migratorias juegan un papel en la transmisión de patógenos.

“El Fío-fío, que migra desde Brasil, es el único en el ensamble de aves en Cabo de Hornos que, hasta el momento, porta un parásito de la malaria en la sangre”, explica Jara.

Este hallazgo destaca el papel de las aves migratorias en conectar ecosistemas distantes y potencialmente mover patógenos entre ellos.

Otra especie de interés es el Chincol, un ave con una amplia distribución que podría servir como modelo para estudios de migración y enfermedad.

“En cuanto a migración, el Chincol se mueve menos que el Fío-fío, pero tiene una amplia distribución en Sudamérica, desde México hasta Cabo de Hornos, lo que lo hace un modelo de estudio ideal para futuras investigaciones “, concluye Jara, quien también desarrolla actividades de divulgación científica en los colegios de Puerto Williams como de Punta Arenas y la comunidad en general.

La expansión de la red Motus en Sudamérica es vital para mejorar el monitoreo de las aves migratorias.

“Estamos impulsando la expansión de esta red, especialmente en áreas silvestres protegidas”, menciona Jara.

Con más estaciones, se espera obtener datos más completos y precisos sobre las rutas migratorias de diversas especies, ayudando a proteger estos increíbles viajeros alados y sus hábitats.

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