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Nuevas noticias del enigmático Planeta Nueve, y no son buenas CULTURA|CIENCIA Wikimedia Commons

Nuevas noticias del enigmático Planeta Nueve, y no son buenas

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Óscar del Barco Novillo
Por : Óscar del Barco Novillo Profesor asociado. Departamento de Física (área de Óptica)., Universidad de Murcia
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Según el investigador principal del estudio, el Dr. Yukun Huang del Observatorio Astronómico Nacional de Japón, “el hecho de que la órbita actual de Ammonite no coincida con la de los otros tres sednoides reduce la probabilidad de la hipótesis del Planeta Nueve.


Resumen
Síntesis generada con OpenAI
La existencia del “Planeta Nueve” ha sido tema de debate en la comunidad científica, con recientes estudios señalando una probabilidad del 40% de su existencia. Sin embargo, el descubrimiento de un nuevo objeto transneptuniano, 2023 KQ₁₄ “Ammonite”, cuestiona esta hipótesis. Su órbita excéntrica y su ubicación en el sistema solar exterior reducen las posibilidades de que el Planeta Nueve esté en esa región. Aunque no descarta completamente su existencia, este hallazgo complica su localización y sugiere que podría haber sido expulsado del sistema solar.
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Desde hace casi una década se ha postulado la existencia de un noveno planeta en el sistema solar. Se trataría de un gigante gaseoso helado situado más allá de la órbita de Neptuno y que explicaría el peculiar movimiento de algunos objetos denominados transneptunianos (TNO, por sus siglas en inglés).30

En los últimos meses, ese hipotético “Planeta Nueve” ha suscitado gran interés en la comunidad científica. Mientras en mayo astrónomos taiwaneses encontraron indicios de su existencia en imágenes de archivo, en junio, un estudio de la Universidad Rice (Texas) y el Instituto de Ciencias Planetarias estadounidense determinó la probabilidad de que exista en un 40%.

Sin embargo, lo último no son buenas noticias. En julio, un trabajo publicado en la revista Nature Astronomy pone en entredicho la existencia de este supuesto mundo helado situado en los confines del sistema solar.

Y es aquí donde entraría en juego el recién descubierto objeto transneptuniano 2023 KQ₁₄, bautizado como “Ammonite”. Su reciente descubrimiento reduce la posibilidad de la existencia del enigmático Planeta Nueve.

Más allá de Neptuno

Todos podemos recitar prácticamente de carrerilla el nombre de los planetas del sistema solar en orden creciente a su distancia al Sol.

Mientras Mercurio, Venus, la Tierra y Marte son mundos rocosos de tamaño relativamente pequeño y alta densidad (planetas interiores), Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno constituyen los denominados gigantes gaseosos o planetas exteriores, formados principalmente por hidrógeno y helio.

¿Y qué hay más allá de Neptuno?

Por su trascendencia histórica destacamos a Plutón, el noveno planeta del sistema solar durante bastantes décadas. Sin embargo, una redefinición del concepto de planeta por la Unión Astronómica Internacional en 2006 lo redujo a la categoría de planeta enano o “plutoide”.

De hecho, Eris es el cuerpo TNO más masivo conocido hasta la fecha, incluso más que Plutón, aunque con un diámetro ligeramente inferior al anterior. Le sigue Makemake, el tercero en tamaño y que hace referencia a la deidad rapanui Make-Make. Y no podía faltar Sedna, otro planeta enano de la misma familia que el recién descubierto Ammonite.

¿Y en qué regiones del sistema solar se hallan ubicados estos objetos tan alejados del astro rey?

El cinturón de Kuiper y la nube de Oort

Más allá de Neptuno, el sistema solar está constituido por multitud de estos objetos TNO de diferentes tamaños y formas, muchos de los cuales son el origen de los cometas que observamos periódicamente en nuestros cielos.

Y se hallan situados en dos regiones remotas del sistema solar, abarcando desde unas 30 Unidades Astronómicas (AU por sus siglas en inglés, equivalente a la distancia media entre el Sol y la Tierra) hasta casi 1 año luz del Sol.

La región menos alejada (entre 30 y 50 AU del Sol) recibe el nombre de cinturón de Kuiper, en honor al astrónomo neerlandés-estadounidense Gerard Kuiper que predijo su existencia en 1951. Su forma es toroidal (similar a la de un donut) y, al igual que el cinturón de asteroides, se compone principalmente de pequeños cuerpos helados de cuando se formó el sistema solar, pero 20 veces más ancho y unas 200 veces más masivo.

Ya en los límites del sistema solar (a partir de unas 5 000 AU) encontramos la nube de Oort, una gigantesca capa esférica que contiene billones de cuerpos menores helados y que rodea el Sol, los planetas y el cinturón de Kuiper. A su vez, se divide en dos regiones diferenciadas: la nube de Oort interior o nube de Hills, con forma de espiral, y la nube de Oort exterior, de forma esférica.

Los “sednoides” y Ammonite

Volviendo a nuestro objeto en cuestión, 2023 KQ₁₄ o Ammonite, pertenece a un selecto club de cuerpos transneptunianos cuyas órbitas alrededor del Sol presentan las siguientes características: un amplio semieje mayor, un perihelio (o distancia más cercana al Sol) superior a 50 AU y una órbita muy excéntrica o aplanada, similar a la del planeta enano Sedna.

Además, se clasifican también como objetos separados en el sistema solar, ya que sus distancias de perihelio son lo suficientemente grandes como para que la gravedad de Neptuno no influya significativamente en sus órbitas.

Hasta la fecha, sólo han sido descubiertos cuatro sednoides. Por orden cronológico, encontramos al propio Sedna, 2012 VP₁₁₃, (541132) Leleakuhonua y 2023 KQ₁₄ o Ammonite. En particular, este último TNO fue hallado a través de observaciones registradas en marzo, mayo y agosto de 2023 utilizando el telescopio Subaru, del Observatorio Nacional de Japón.

La peculiar órbita de Ammonite

¿Y qué tiene de particular este recién descubierto objeto en el sistema solar exterior?

Se trata de su órbita alrededor del Sol, que es sustancialmente diferente a la de sus compañeros sednoides, aunque parece haber sido estable durante los últimos 4 500 millones de años.

Sin embargo, las simulaciones numéricas concluyen que los cuatro sednoides se encontraban en órbitas similares hace unos 4 200 millones de años. Ello implica que algo dramático sucedió en los confines del sistema solar unos 400 millones de años después de su nacimiento.

Así, el hecho de que Ammonite describa una órbita diferente a la de sus tres compañeros sednoides indica que el sistema solar exterior es mucho más complejo de lo que se creía, imponiendo nuevas restricciones a la posible localización del Planeta Nueve.

En otras palabras, de existir este hipotético planeta, su órbita deberá estar mucho más alejada del Sol de lo que indican las predicciones más actuales. O, incluso, que haya sido expulsado por completo de nuestro sistema solar.

¿El final del “Planeta nueve”?

Según el investigador principal del estudio, el Dr. Yukun Huang del Observatorio Astronómico Nacional de Japón, “el hecho de que la órbita actual de Ammonite no coincida con la de los otros tres sednoides reduce la probabilidad de la hipótesis del Planeta Nueve. Es posible que existiera un planeta en el sistema solar, pero posteriormente habría sido expulsado, lo que causó las órbitas inusuales que observamos hoy”.

En esencia, este nuevo avance astrofísico no conlleva el certificado de defunción del hipotético Planeta Nueve, pero le deja menos lugares en el sistema solar exterior para poder esconderse de nosotros.

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation.

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