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María Zambrano en Chile: razones poéticas y políticas CULTURA|OPINIÓN Crédito: SGAE

María Zambrano en Chile: razones poéticas y políticas

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Óscar Galindo Villarroel
Por : Óscar Galindo Villarroel Investigador de la U. Complutense de Madrid.
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Es autora de una obra originalísima, profundamente marcada por una vida de compromiso político, desarraigo y exilio. Se le considera la filósofa más destacada de España. Estas líneas recuerdan su breve pero muy productivo paso por Chile.


Seis productivos meses en Chile

La presencia de María Zambrano (1904-1991) en Chile es extraordinaria y habla del impulso capaz de generar una intelectual que impone su carácter e influye decididamente en el curso de los acontecimientos. Llegó a Chile en noviembre de 1936, pocos meses después del golpe de estado franquista que dio inicio a la guerra, junto a su marido, el historiador Alfonso Rodríguez Aldave, nombrado secretario de la Embajada Española. Ambos, junto al embajador de la época, Rodrigo Soriano, jugaron un rol fundamental en el apoyo a la república española. En los poco más de seis meses que estuvo en Chile, Zambrano desarrolló una intensa actividad cultural, intelectual y política.

Primero, publicó una Antología de Federico García Lorca, recientemente asesinado. Dicha antología, pese a las dificultades para acceder a la obra, contribuyó a situar el canon antológico del poeta. En la introducción Zambrano realiza una magnífica contextualización de la contemporaneidad de la tradición andaluza en la poesía lorquiana.

Segundo, siguiendo la estrategia cultural y propagandística de la revista republicana El Mono Azul (nombre que aludía a la vestimenta de los obreros españoles), publicó un Romancero de la guerra española, que incluía romances de los más importantes poetas de la generación del 27, además de poemas Antonio Machado y Pablo Neruda, entre otros.

Tercero, participa de la publicación de la antología Madre España, que reunía a los más importantes poetas chilenos de la época.

La selección fue realizada por el hoy olvidado poeta Eduardo Seguel, e incluía el texto de Zambrano “A los poetas chilenos de Madre España”, fechado en enero de 1937. Este breve texto es fundamental para comprender la evolución de su pensamiento filosófico y literario, pues aparece expresamente el concepto de “razón poética”: “es preciso, y más que nunca, el ejercicio de la razón y de la razón poética que encuentra en instantáneo descubrimiento lo que la inteligencia desgrana paso a paso en sus elementos”. La razón poética pretende superar el racionalismo al integrar lo emocional y lo intuitivo, pero en el marco de la razón,

Se trata, de buscar una comprensión más completa y compleja de la acción humana sobre la realidad. Este concepto se reitera en la reseña que Zambrano dedica al último libro de Antonio Machado, La guerra, publicada en diciembre de 1937. Ya había aparecido preliminarmente en el ensayo “Hacia un saber sobre el alma”, publicado en la Revista de occidente (1934) que dirigía Ortega y Gasset y se convertirá en piedra angular de su pensamiento.

Los intelectuales en el drama de España

En Los intelectuales en el drama de España, publicado también en Chile el mismo año de 1937, María Zambrano recuerda a Antonio Machado, una de sus referencias literarias:

“La patria -dice Juan de Mairena- es en España un sentimiento esencialmente popular del cual suelen jactarse los señoritos. En los trances más duros, los señoritos la invocan y la venden, el pueblo la compra con su sangre y no la mienta siquiera”.

Ese es el contexto, el de la España de la Guerra Civil, en el que Zambrano escribe y pública uno de los libros fundamentales y fundacionales de su pensamiento. Los intelectuales españoles viven su aventura intelectual -que siempre es la de la libertad- en medio de la violencia y la barbarie. En tiempos en que la razón tiende a borrarse y los autoritarismos de tintes fascistas tienden a imponerse, las palabras de Zambrano y Machado resultan iluminadoras.

El pensamiento de María Zambrano se concentra, en esta etapa, en comprender la situación de España y Europa en medio de la emergencia del fascismo, al que ve como un fenómeno arraigado en la racionalidad europea, pero como una falsificación respecto de la historia de España.

A esta ya abundante producción habría que agregar el texto “Pablo Neruda o el amor de la materia” publicado en la revista Hora de España en enero de 1939. La revista, producto de la guerra, quedó “enterrada viva” según relata Zambrano, y sólo se conoció en 1973, cuando fue descubierta y reeditada.

Regreso, exilio y regreso

A su regreso a España, en 1938, Zambrano se incorporó a la defensa de la República. Luego huyó a Francia, y más tarde a México, Cuba y Puerto Rico, donde continúa su azarosa, fragmentaria e inagotable actividad intelectual y docente. La migrancia de María Zambrano es interminable y dolorosa.

Finalizada la Segunda Guerra Mundial, con diversos regresos a América, vivió en distintas ciudades de Italia, Francia y Suiza.

Regresa a España recién en 1984. Tardíamente recibió, como reconocimiento, los premios Príncipe de Asturias (1981) y Cervantes (1988). Después de 40 años de exilio hoy su nombre se repite en calles, plazas y colegios de toda España. Sus Obras Completas comenzaron a publicarse en 2014 y alcanzan seis volúmenes. El primero recoge su producción chilena.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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