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Operación Cubillos: la disyuntiva de La Moneda para instalar a la ministra de Educación en la Segpres PAÍS

Operación Cubillos: la disyuntiva de La Moneda para instalar a la ministra de Educación en la Segpres

En Palacio reconocen que la idea «estaba siendo censada al interior del Gobierno», ya que ha cumplido un rol fundamental como «fusible ante las crisis» y, por eso, con las semanas ha tomado fuerza la idea de que sería necesaria su «mirada haciendo un trabajo más político». Con una relación privilegiada con el ministro Chadwick, considerada una de las «favoritas» de Piñera, con apoyo transversal en las bancadas de Chile Vamos, la jugada apuntaría a fortalecer el comité político con miras a dar un impulso al segundo año de la administración piñerista. Evópoli ya advirtió que la salida de Blumel la considerarían una afrenta.


La idea no es nueva, ronda en Palacio hace varios meses, pero la coyuntura, los conflictos y sobre todo la crisis que generó el caso Catrillanca la dejaron en suspenso. Pero ahora, nuevamente, se reactivó. A pocos días que el Presidente Sebastián Piñera y su ministro del Interior, Andrés Chadwick, comiencen sus vacaciones, en La Moneda se trabaja a toda máquina para dar con el diseño que le dé un nuevo impulso al segundo año de Gobierno y, en esa lógica –más allá del cambio de intendentes y subsecretarios que, aseguran, se realizará entre fines de enero y febrero– la tensión en Palacio se instaló por los eventuales cambios en el comité político, definición donde la ministra de Educación, Marcela Cubillos, es la pieza clave que hace ruido.

Para nadie es un secreto en el gobierno que Cubillos, junto a la ministra del Medio Ambiente, Carolina Schmidt, y la de Transportes, Gloria Hutt, forman el club “de las favoritas” de Piñera, aunque la titular del Mineduc goza de una evaluación superior a la de sus pares: «Es la más leal, es quien no defrauda», aseveraron en Palacio.

Tiene una relación privilegiada de extrema confianza personal y política con el ministro Chadwick, factor que juega aún más a su favor para concretar la idea de que deje la cartera de Educación y se instale en una de las oficinas de La Moneda –la opción sería la Segpres– como parte del comité político y del núcleo duro que, semana a semana, junto al Presidente analizan y definen los pasos a seguir. Es más, algunos han señalado que la idea original de esta jugada sería, precisamente, del ministro del Interior, quien se vería fortalecido con una aliada a toda prueba en la oficina de enfrente.

En estos días en la administración piñerista solo hay elogios para evaluar el desempeño de Cubillos en el Mineduc, al punto que más de uno la describe como “el salvavidas” del Ejecutivo. La última vez que la encuesta favorita de Palacio, Cadem, midió a los ministros, fue el 24 de diciembre y allí Cubillos obtuvo un 51% de aprobación, una cifra impensada para uno de los cargos más complejos y rudos en cualquier Gobierno y eso fue antes de la arremetida de «Admisión Justa», iniciativa que ha liderado la ministra y que en el sondeo del lunes logró un 63% de respaldo.

[cita tipo=»destaque»]Si bien en Evópoli reconocen que la gestión de su ministro no se ve bien, destacaron que es él quien tiene dividida a la oposición en el Congreso y que eso es algo que deberían reconocerle. Pero donde manda capitán no lo hacen los marineros, así que si el Presidente Piñera se convence de la idea de sacar a Blumel, en el partido no tienen dos lecturas y recalcaron que lo “mínimo” será exigir un enroque y quedarse con el Mineduc, porque de lo contrario  “ni todos los ministerios sectoriales” subsanarían el agravio hacia ellos.[/cita]

Desde La Moneda reconocen que la idea de trasladar a Cubillos al núcleo político de Palacio «estaba siendo censada al interior del Gobierno», ya que la ministra ha cumplido un rol fundamental como «fusible ante las crisis», por lo que consideran necesaria su «mirada haciendo un trabajo más político». En La Moneda nadie olvida que fue la única del gabinete capaz de desviar el foco público de debate de la muerte de Camilo Catrillanca, que durante dos meses tuvo al Gobierno de Piñera en una fuerte crisis que hizo tambalear incluso al poderoso Chadwick.

Pero la idea no es de fácil ejecución, es más, es bastante complicada para Piñera. Llevar a Cubillos a Palacio implica desarmar el diseño original del equipo político, el que se pensó siempre como el círculo de hierro que debía acompañar al Presidente los cuatro años en La Moneda, un anillo de protección a la figura de Mandatario infranqueable e inamovible.

No solo eso, implica asumir públicamente que ese esquema fracasó y, además, romper con un grupo de colaboradores –Chadwick, Cecilia Pérez y Gonzalo Blumel– que viene trabajando junto desde el búnker de Apoquindo 3000, mucho antes de la campaña presidencial, cuyos miembros tienen en común el rasgo de ser piñeristas a toda prueba, sin agendas propias, lo que les valió ganarse la esquiva confianza del Presidente. Eso, porque la Secretaría General de la Presidencia es la que aparece como la mejor opción para el aterrizaje de Cubillos en La Moneda.

Chadwick, a pesar de lo errático y débil políticamente que se le observó en los últimos meses, sigue siendo intocable y, por ahora, irreemplazable en Interior en su tarea de conductor de todo el gabinete. La ministra Pérez «hasta ahora aún parece inamovible», según recalcaron desde Chile Vamos y, si bien en La Moneda recalcan que Blumel ha mejorado «considerablemente» su desempeño en la Segpres, aún no da el ancho, al punto que sin la figura del subsecretario Claudio Alvarado, la agenda legislativa estaría más cuesta arriba aún.

El 16 de enero, La Segunda publicó una nota titulada “La hora de Cubillos”, donde expertos recomendaban a la ex diputada de la UDI no dejar su puesto en el Mineduc para no desperfilarse ante el buen manejo que ha mostrado de dicha cartera. El artículo no pasó inadvertido en los pasillos de La Moneda, donde lo interpretaron como un “grito desesperado desde la Segpres» y un intento de «quemar» el nombre de la ministra de Educación como carta para fortalecer el comité político.

Cubillos tiene sus detractores en el Gobierno y en el oficialismo, porque la consideran «efectista», que refleja una mirada «cortoplacista y sin proyecto» de una cartera clave como Educación y que solo se ha abocado a «mantener la atención de los medios». Tampoco cayó bien internamente la «bolsa de trabajo» que la ministra instaló en el Mineduc para hijos de cercanos y figuras relevantes, en desmedro de los cuadros profesionales de Chile Vamos.

Foco de conflicto

Las alarmas ya se prendieron en la coalición oficialista, porque plasmar la idea de llevar a Cubillos al equipo político implica romper con el equilibrio de fuerzas al interior del comité político, donde la UDI está representada en Interior con Chadwick, mientras que RN lo está en la Segegob y Evópoli en la Segpres. Una salida de Blumel de dicha cartera no es bien vista desde el partido liderado por Hernán Larraín Matte.

Si bien en Evópoli reconocen que la gestión de su ministro no se ve bien, destacaron que es él quien tiene dividida a la oposición en el Congreso y que eso es algo que deberían reconocerle. Pero donde manda capitán no lo hacen los marineros, así que si el Presidente Piñera se convence de la idea de sacar a Blumel, en el partido no tienen dos lecturas y recalcaron que lo “mínimo” será exigir un enroque y quedarse con el Mineduc, porque de lo contrario  “ni todos los ministerios sectoriales” subsanarían el agravio hacia ellos.

El director del centro de análisis político de la Universidad de Talca, Mauricio Morales, cree que sacar a Blumel generaría una crisis política con Evópoli. «Es más reconocido por la opinión pública, aunque la experiencia de Cubillos podría ser más importante este año. Blumel era más funcional con una oposición unida, pero con una oposición dividida, el Gobierno puede salir a pelear con más carácter».

En todo caso, Evópoli estaría sola en esta pelea, porque en la UDI consideran que la regla de los equilibrios políticos ya no tiene el mismo valor ni peso de antes y, en las bancadas de Chile Vamos, en general Cubillos tiene un apoyo bastante transversal. Entre los parlamentarios de derecha miran con buenos ojos la idea de que la ministra sea trasladada a la Segpres, porque consideran un aporte que ella lidere todos los proyectos de la agenda gubernamental «con la misma fuerza que con Aula Segura y Admisión Justa, es lo que hace falta».

En el oficialismo reconocieron que el trabajo de Cubillos, junto al subsecretario Alvarado, para lograr aprobar Aula Segura con toda la oposición en contra, fue un gran acierto y una prueba de cómo funcionarían como dupla oficial.

De todas maneras son varios los que coinciden en que “no sería razonable” sacarla ahora de Educación y que, de llevarla a la Segpres, Piñera “estaría tentando a la suerte”.

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