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Los peligros de la adhesión de Chile al TIAR: un nuevo ejemplo de alejamiento de nuestra diplomacia histórica Opinión

Los peligros de la adhesión de Chile al TIAR: un nuevo ejemplo de alejamiento de nuestra diplomacia histórica

Gabriel Gaspar
Por : Gabriel Gaspar Cientista político, exembajador de Chile en Cuba y ex subsecretario de Defensa
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La decisión del Gobierno de Chile de firmar el TRIAR se opone a toda nuestra tradición diplomática y también a nuestros intereses vitales como nación. Aceptar que se convoque y decir al mismo tiempo que no se avalan soluciones de fuerza, es una contradicción.  Porque el TIAR no fue diseñado para soluciones diplomáticas ni temas medio ambientales. Algunos dicen que no se trataría de enviar fuerza militar sino de establecer un bloqueo aéreo y naval.  Recordemos que así empezó Libia y hoy impera el caos que, entre otras cosas, provocó el incendio de la embajada estadounidense.  Pero si peregrinamente alguien piensa que así se pudiese resolver la crisis venezolana, preguntémonos si Chile estaría disponible para enviar escuadrones de la FACH para sobrevolar esos espacios aéreos, o parte de nuestra flota oceánica a bloquear el litoral venezolano.  ¿Aprobaría el Congreso la salida de nuestras fuerzas?  Es imposible y además inconstitucional, porque solo podemos autorizar empleo de fuerza fuera de nuestras fronteras en el marco de Operaciones autorizadas por las Naciones Unidas.


El Tratado Inter Americano de Asistencia Recíproca, TIAR, nació en agosto 1947.  O sea, es previo a la OTAN e incluso a la OEA. Es un tratado de defensa militar, que buscaba en sus orígenes consolidar una defensa colectiva de los países del continente ante una amenaza a alguno de ellos, especialmente se trabajaba la hipótesis de una “agresión extra continental”.

Eran los tiempos en que se iniciaba la Guerra Fría, el mundo que surgía luego de la derrota de Alemania y Japón se empezaba a dividir en  dos campos, dos super potencias luchaban por la hegemonía global.  Los EEUU por una parte y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas por otra (URSS).

El TIAR no es un mecanismo diplomático, tal es así que poco después de su fundación, los países del continente se reunieron para conformar un organismo permanente de carácter diplomático, y así nació la OEA, en abril de 1948.

Para completar el cuadro informativo cabe señalar que hoy en día la OEA la componen 34 naciones (33 en realidad porque Venezuela se retiró aunque actualmente algunos países reconocen a Juan Guaidó y sus representantes como gobierno legítimo).  No todos los países de la OEA han suscrito el TIAR, es más, en los últimos años varios lo han desahuciado por su obsolescencia, entre ellos México, Ecuador y Bolivia. De los 34 países miembros de la OEA solo 19 suscriben el TIAR.

Agregándole un poco de historia, el TIAR no ha operado nunca en su diseño, porque nunca el Pacto de Varsovia atacó a algún país americano, pero también porque después de la caída del muro de Berlín, se disolvió dicho pacto y una buena parte de los ex socialismos europeos ingresaron a la OTAN.

En 1982 Argentina intentó convocar al TIAR a raíz de la guerra de las Malvinas y la presencia de la flota de su Graciosa Majestad en el Atlántico Sur, pero dicho pedido fue rechazado. Se alegó que Argentina había iniciado las acciones bélicas.

Que el TIAR no haya sido convocado nunca para sus fines (excepto el 11/9/2001), no significa que América latina haya sido una zona de paz en estas décadas. Hemos tenido todo tipo de guerras: convencionales, interestatales, internas, civiles, etc.  Lo común es que en ninguna de ellas se convocó al TIAR ni tampoco funcionó la OEA como mecanismo diplomático.

    • Veamos un resumido cuadro de los conflictos más importantes de la región en los últimos años y su forma de  resolución.
    • Guerra de Malvinas Solución militar (1982)
    • Guerra civil salvadoreña Solución política avalada por ONU y Grupo Contadora.(1992
    • Guerra civil Guatemala          Solución política avalada por ONU. 1996.
    • Guerra civil nicaraguense Solución política.  Elecciones.
    • Guerra Ecuador – Perú Solución diplomática avalada por Países Garantes del Protocolo de Rio.  Febrero 1995.
    • Guerra interna Colombia      Acuerdo de Paz entre Gobierno y FARC. Países acompañantes y garantes.  La Habana 2016
    • Conflicto EEUU – Panamá    Invasión EEUU (1989)
    • Conflicto EEUU- Granada     Invasión EEUU (1983)

La conclusión es categórica: en ninguno de los conflictos armados más importantes de la región, han intervenido ya sea en su prevención o en su solución, ni la OEA ni menos el TIAR.  La explicación radicaría en el elevado ideologismo de su diseño.

Durante los años de la Guerra Fría la OEA si sirvió para avalar acciones. Algunas de ellas después se retracto. Fue el caso de la invasión a Republica Dominicana por los EEUU, en 1965.  Años después (2016), con ocasión de una Asamblea General efectuada en ese país, a pedido del presidente dominicano, se pidieron las excusas por ello.  Cabe agregar que Chile fue uno de los poquísimos países que se opuso a dicha invasión dentro de la OEA.

Los EEUU con posterioridad al fin de la Guerra Fría han promovido que los países de América latina no necesitaría de fuerzas de defensa, que para ello tendrían el paraguas del Pentágono.  Nuestros países debieran tener solo fuerzas policiales o a lo más, de seguridad, tipo Gendarmerías.  Planteamiento que ha recibido audiencia en importantes sectores de nuestras sociedades, incluidos algunos socialistas utópicos.

Lo cierto es que el TIAR en el siglo XXI poco tiene que hacer. Por ello el gobierno de México con Vicente Fox a la cabeza propuso su fin.  Para ello dio el ejemplo y desahucio el Tratado y convocó a una Conferencia Hemisférica para estudiar los nuevos problemas de la paz y la seguridad en la región.  La diplomacia mexicana, dirigida por el entonces canciller Jorge Castañeda, informó a algunos países en forma previa de su decisión, entre ellos a Chile. Corrían los primeros días del 2001.

Vino el ataque de las Torres Gemelas, y rápidamente Brasil y otros promovieron una solidaridad con los EEUU basándose en el TIAR.

Y luego vivimos el intento de la administración Bush por que Chile apoyase la invasión a Irak supuestamente por la posesión de armamento de destrucción masiva en los arsenales de Sadam.  Resistimos, dijimos no, y reafirmamos el principio de que el uso de la fuerza en el ámbito internacional solo corresponde cuando se basa en decisiones de las Naciones Unidas.

¿El TIAR para Venezuela?

El anterior es un apretado historial del organismo al cual 11 países acaban de convocar para resolver la crisis venezolana. Chile entre ellos. Recordemos, 11 países de los 34 que componen el continente.

Esta decisión de nuestro Gobierno se opone a toda nuestra tradición diplomática y también a nuestros intereses vitales como Nación.  Aceptar que se convoque y decir al mismo tiempo que no se avalan soluciones de fuerza es una contradicción.  Porque el TIAR no fue diseñado para soluciones diplomáticas ni temas medio ambientales.

Es como llevar la solución de los problemas del Instituto Nacional al Consudena.

Algunos dicen que no se trataría de enviar fuerza militar sino de establecer un bloqueo aéreo y naval.  Recordemos que así empezó Libia y hoy impera el caos que entre otras cosas provocó el incendio de la embajada estadounidense.  Pero si peregrinamente alguien piensa que así se pudiese resolver la crisis venezolana, preguntémosnos si Chile estaría disponible para enviar escuadrones de la FACH para sobrevolar esos espacios aéreos, o parte de nuestra flota oceánica a bloquear el litoral venezolano.  ¿Aprobaría el Congreso la salida de nuestras fuerzas?  Es imposible y además inconstitucional, porque solo podemos autorizar empleo de fuerza fuera de nuestras fronteras en el marco de Operaciones autorizadas por las Naciones Unidas.

Por estas y otras razones, es lamentable esta decisión, muestra una vez más el alejamiento de nuestra diplomacia histórica y nos coloca en un plano de elevado ideologismo en la toma de decisiones.  Es retomar el camino de Cúcuta.  Fue distinta la actitud de Chile cuando encabezados por el propio presidente Ricardo Lagos, Chile dijo No a una invasión que después se demostró se basaba en falsos supuestos.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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