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Los desafíos del nuevo Ministerio de Agricultura, Alimentos y Desarrollo Rural Opinión

Los desafíos del nuevo Ministerio de Agricultura, Alimentos y Desarrollo Rural

José Ignacio Pinochet
Por : José Ignacio Pinochet Subsecretario de Agricultura
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El Nuevo Ministerio acompañará y apoyará los esfuerzos de todos quienes asumen la noble tarea de llevar los alimentos a nuestras familias, adoptando un enfoque integral y moderno de toda la cadena productiva. Como Gobierno asumiremos una nueva institucionalidad alimentaria que busca adaptarse a los desafíos internacionales, garantizando productos de calidad, inocuos y con identidad chilena. En esa nueva visión, la pesca y la acuicultura deben sumarse a estos cambios, gracias a la riqueza única de sus productos, fuente primordial de proteínas y nutrientes.


¿Es posible vivir con un pie en la montaña, el mar o el campo y el otro en la ciudad? Claro que sí. Ese es el desafío que el Gobierno ha propuesto para el nuevo Ministerio de Agricultura, Alimentos y Desarrollo Rural, asumiendo un objetivo gigantesco: potenciar el trabajo que hemos realizado por décadas con cientos de miles de productores, para continuar liderando la Política de Desarrollo Rural en todas sus dimensiones, a través del monitoreo constante de las políticas interministeriales, que buscan mejorar la calidad de vida de los habitantes de zonas históricamente marginadas.

Es una tarea urgente, que surge tras la recolección de relatos de superación de miles de hombres y mujeres que hoy, dolorosamente, proyectan el futuro de sus hijos lejos de la tierra que los vio crecer. De acuerdo con la última encuesta CASEN, la pobreza multidimensional alcanza el 37% en áreas rurales, versus el 18% del mundo urbano. Las razones sobran: Deficiente conectividad, lejanía a los mercados y serias limitaciones a servicios básicos, son pruebas más que contundentes de la inequidad territorial que enfrentan los pequeños agricultores de nuestro país.

Es así que el Nuevo Ministerio acompañará y apoyará los esfuerzos de todos quienes asumen la noble tarea de llevar los alimentos a nuestras familias, adoptando un enfoque integral y moderno de toda la cadena productiva. Como Gobierno asumiremos una nueva institucionalidad alimentaria que busca adaptarse a los desafíos internacionales, garantizando productos de calidad, inocuos y con identidad chilena. En esa nueva visión, la pesca y la acuicultura deben sumarse a estos cambios, gracias a la riqueza única de sus productos, fuente primordial de proteínas y nutrientes.

Hoy, como país tenemos una nueva oportunidad de transformar el Ministerio de Agricultura en el ministerio de la gente del campo, de los pescadores, de los crianceros y sus familias. En definitiva, un ministerio de la gente que se preocupa de posicionar nuestros alimentos a nivel internacional.  Es así como el Servicio Agrícola y Ganadero será garante de la inocuidad en la fase productiva y trabajará de manera coordinada con el Ministerio de Salud.

Resulta indispensable el compromiso de todos los sectores en su discusión en la Cámara de Diputados. La nueva institucionalidad alimentaria en pos de la agricultura familiar no puede seguir esperando. Resulta fundamental adaptarnos a los nuevos desafíos que requiere nuestro país, y que como Gobierno transformemos a Chile en una potencia agroalimentaria.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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