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Benjamín Vergara, campeón nacional de BMX: “En Chile yo creo que es imposible vivir de mi deporte” DEPORTES

Benjamín Vergara, campeón nacional de BMX: “En Chile yo creo que es imposible vivir de mi deporte”

Desde pequeño, Benjamín eligió un camino diferente: ser piloto profesional de BMX, una disciplina poco conocida entre los chilenos. Apoyado por FundacEK, ha sido 10 veces campeón nacional y el año pasado conquistó el quinto lugar en la prestigiosa competencia internacional Grands National, en Estados Unidos. No tiene referentes en Chile y sabe que se enfrenta a un futuro incierto en el que los deportistas solo reciben atención después de años de cosechar triunfos: “Me ha tocado conocer gente que practica una disciplina y, porque no es conocida, se cambian al fútbol, que es la que todos conocen”, relata. 


Benjamín Vergara había cumplido tres años cuando comenzó a andar en una pequeña bicicleta por su casa. Un día le sacó las rueditas y se fascinó al darse cuenta de que era capaz de armarla y desarmarla a su antojo. Tiempo después, su padre lo llevó a una pista que encontró en San Joaquín, donde le prestaron una bicicleta profesional y un casco. Era su turno, pero era muy tímido y vergonzoso para acercarse a la pista; además, veía a los pilotos y pensaba que no tenía nada que hacer allí. Finalmente, se atrevió y logró recorrer la pista completa en su primer intento. La experiencia lo maravilló. 

Con el tiempo vendrían algunas dificultades: cada vez le costaba más llegar al entrenamiento después de salir del colegio a las seis y media de la tarde. Afortunadamente, su padre presentó un proyecto a la Municipalidad de Conchalí para construir una pista de bicicross profesional en los escombros del Parque las Américas. Al año siguiente, la pista era una realidad y lo mejor fue que estaba a solo 5 minutos de su casa. “Podía ir cuando yo quisiera, y se fue armando un club, llegaron pilotos e hicimos un campeonato sudamericano, y se invirtió mucha plata en esa pista”, recuerda Benjamín. 

La disciplina del BMX –abreviación de Bicycle MotoCross, deporte que fue creado en 1969– se comenzó a transformar en su religión. Benjamín, un niño serio, introvertido y de pocas palabras, decidió poner todas sus energías en un deporte que le permitía depender solo de él. Comenzó en la categoría novicio a la edad de 6, al año siguiente ganó la categoría y logró subir a experto. En su nueva categoría ganó 10 veces el campeonato nacional; luego pasó a la categoría junior, en la que se coronó campeón regional y campeón nacional; y más recientemente, el año pasado, obtuvo el quinto lugar en la competencia internacional Grands National, que se lleva a cabo en Estados Unidos. 

Triunfo tras triunfo. 

Benjamín Vergara

Todo o nada

Con sus antecedentes, si su deporte fuera el fútbol o el tenis, tendría un futuro más o menos asegurado. Pero en Chile, al menos, el BMX no goza de tanta popularidad. Benjamín no lo dice con esas palabras, pero se nota que le molesta que su disciplina no tenga el reconocimiento que merece. A sus 18 años, su futuro lo ve arriba de la bicicleta, sin pasar por la universidad. Es todo o nada. 

-El próximo año pasas a la categoría elite, la última de tu disciplina. ¿Qué balance haces de tu paso por junior?
-Terminé primero en junior, así que bien. Pero el 2019, por ejemplo, fue el peor año de todo el tiempo que he estado en el BMX. Tuve malos resultados, ya que ese año año a mi abuela le dio un infarto cerebrovascular. Ella me cuidaba desde que yo nací, para mí igual fue difícil verla en la situación que estaba. Eso influyó mucho en mi desempeño, influyen las cosas que uno tiene en la cabeza. El tiempo fue pasando y sentía que iba perdiendo en vez de ganando.

-¿Te comenzaste a arrepentir de dedicarte al BMX?
-Sí, me arrepentía de la decisión que había tomado, pero después, a mitad de año, me dieron la oportunidad de ir al mundial en Bélgica, aunque yo sentía que para ese mundial no estaba preparado, pero yo era el único que había y tomé la oportunidad. Me fue mal, no logré el objetivo y cuando volví de ese viaje cambié al entrenador, y empecé a entrenar completamente con la selección, y ahí cambio todo.

-¿En qué sentido?
-Tenía a alguien al lado que uno sabe que te va a hacer la pelea; eso te motiva más. Si yo levanto 100 y el del lado 110, uno va a pelear por levantar lo mismo o más. De ahí en adelante entrené todo el verano, me levanté todos los días a las 7 y media, me iba todos los días en metro a Peñalolén a entrenar. En esa pretemporada sentí que hice lo que tenía que hacer hace mucho rato, que era dedicarme a lo que me gustaba y no pensar en arrepentirme, y todo el entrenamiento de ese verano dio resultados. He tenido buenos resultados. 

-¿Es posible vivir del BMX en Chile?
-Yo creo que en Chile es imposible vivir del BMX. Te puedes dedicar, pero no profesionalmente, porque uno invierte todos los recursos para lograr los objetivos, y recién cuando tú los logras, Chile comienza a tomarte en cuenta como deportista, en vez de haberte ayudado a llegar a esa meta. Si me demoro 5 años en lograr un objetivo, ahí recién voy a tener ganancias de todo lo que estoy invirtiendo, y así es difícil poder vivir.

-Y a pesar de eso, sigues adelante con tu disciplina.
-Es que es mi sueño vivir del BMX. Todos los deportes no son conocidos, porque no hay plata de por medio. El fútbol es el deporte que más plata deja al país, entonces no le han dado la oportunidad al BMX para demostrar que de verdad hay deportistas que se la juegan por sacar adelante al país. 

El desarrollo del talento

El 2018 Benjamín ingresó a la Fundación para el Talento Juvenil – Elsie Küpfer de Wernli, más conocida por su abreviatura FundacEK, cuya misión es apoyar de forma integral a niñas, niños y jóvenes en situación de vulnerabilidad económica o social en el desarrollo de sus talentos. Allí recibió sesiones psicológicas periódicas y apoyo directo en beneficio de su disciplina. “Para mis papás era un alivio saber que iban a aportar con todo lo que era el equipamiento de las carreras. Yo era chico, no sabía todo lo que invertían, de a poco me fui dando cuenta de lo que costaba viajar y competir en las carreras”, recuerda.

A su vez, en la Fundación lo ayudaron a tomar la decisión de dedicarse 100% a su deporte, algo que Benjamín venía pensando hace tiempo, ya que sentía que el colegio no le dejaba tiempo suficiente para entrenar. Es por eso que en tercero medio conversó con sus padres y le dieron la opción de estudiar en un colegio deportivo. No fue, sin embargo, una decisión fácil: significaba dejar atrás amigos y caminar hacia un futuro distinto, centrado en el BMX. “Yo les dije que lo que más quería era dedicarme al deporte y que era bueno saber que ellos iban a estar detrás mío siempre. Me estaban dando la oportunidad de dedicarme a lo que realmente me gustaba”, dice Benjamín. 

-¿Qué tan importante fue el apoyo de FundacEK en esos momentos de tu vida?
-Me ayudaron a tomar decisiones, no solo lo de dedicarme a mi deporte, sino también lo de cambiarme de colegio. Y apoyan directamente mi deporte, ya que aportan con plata para el transporte, así como para las carreras, las cuales también financian. En Chile eso es lo que falta: instituciones como FundacEK, para la ciencia, para la música. Chile sería un país mucho más conocido si le dieran la oportunidad a estas y otras disciplinas. Conozco gente que practica un deporte y, porque no es conocido, se cambian al fútbol.

Un sueño hecho realidad

El año pasado, a fines de noviembre, Benjamín viajó a Tulsa, Oklahoma, a competir en el torneo más grande de Estados Unidos: el Grands National de BMX, con la participación de más de 3 mil pilotos. Era la carrera de sus sueños, aquella que solo había visto en videos en YouTube. Sus expectativas, sin embargo, eran bajas, ya que la pandemia lo había limitado en sus entrenamientos y torneos y llevaba 6 meses sin dar una vuelta completa en la pista. Sus competidores, al contrario, no habían cesado sus actividades y habían corrido todos los fines de semana. Era razonable concluir que se encontraban más preparados que él. 

Cuando llegó el día de la primera carrera, Benjamín hizo lo que “sabía hacer” y el resultado fue casi perfecto: mantuvo la calma y no cometió errores. Desde que se prende la luz roja del semáforo la partida es una explosión, los pilotos piensan en todo lo que entrenaron y sufrieron para estar allí, la adrenalina corre por las venas, y el miedo a sufrir un accidente es borrado de un plumazo. Ese saco de emociones se agita durante 30 segundos, lo que dura cada competencia. Ni comienzan a correr y ya se sabe quién es el vencedor. Benjamín, contra sus propios pronósticos, logró el quinto lugar. 

-El BMX es un deporte de alto riesgo. ¿Cómo administras el miedo?
-Al principio uno siente miedo, pero después uno sabe que la caída siempre puede pasar, pero yo no voy con ese miedo. La caída siempre puede ser. En febrero del año pasado un piloto australiano quedó en coma 3 meses, compitiendo en una Copa del Mundo, y el año pasado una corredora chilena se cayó en Argentina y quedó parapléjica, haciendo BMX, compitiendo también en una Copa del Mundo.

-Entonces, ¿qué es lo que te gusta del deporte?  
-Comparado con las disciplinas como el fútbol, yo prefiero que el resultado sea… que la derrota sea gracias a mí, no me gusta hacer cosas en equipo. Como el tenis. Me gusta que todo sea fruto mío. No tener que echarle la culpa a los demás. Que por mi culpa, por ejemplo, los demás hayan perdido.

-¿Tienes referentes en Chile en tu disciplina?  
-No tengo referentes en Chile. Hay deportistas buenos en la categoría profesional, pero todavía no alcanzan su máximo nivel. No han llegado a vivir de esto.

-¿Dónde o en qué te ves en 5 años más?
En 5 años más espero estar en los Juegos Olímpicos. Si ganara los Juegos, me seguiría dedicando a esto, la mayoría de los corredores llegan a los 3 Juegos Olímpicos.

 

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