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Retiro de fondos: solución privada a problema público MERCADOS|OPINIÓN

Retiro de fondos: solución privada a problema público

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Andrés Palma Irarrázaval
Por : Andrés Palma Irarrázaval Economista. Miembro del Foro por el Desarrollo Justo y Sostenible
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Es claro que el esfuerzo fiscal no ha estado a la altura de las necesidades, pero ello no ha sido por errores técnicos o desconocimiento de la realidad, sino por una clara definición política: poner el acento en el esfuerzo privado, como ocurre con los retiros de fondos de las AFP, es consistente con los principios subsidiarios establecidos en la Constitución del 80, en el programa de la derecha y el discurso de Piñera y Lavín, ya que promueven la solución privada a problemas públicos. Los retiros de fondos de los ahorros previsionales no son la mejor manera de enfrentar la crisis y cada vez lo serán menos. Aplicar soluciones privadas a problemas públicos nunca es el mejor camino, si se recurre a ello es “ante la ausencia de una acción decidida por parte del Gobierno”.


La Superintendencia de Pensiones ha informado recientemente que los retiros de fondos de las cuentas individuales de ahorro previsional suman algo más de US$ 34.400 millones. Informa también que los retiros de los fondos de Seguro de Cesantía suman alrededor de US$ 1.300 millones desde el inicio de la pandemia. Sumados, los ahorros de las personas han disminuido en unos US$ 35.700 millones desde el inicio de la crisis.

Por su parte, el director de Presupuestos ha informado –en el último Informe de Finanzas Públicas actualizado al 4 de marzo– que el esfuerzo fiscal para paliar la crisis del COVID alcanza a unos US$ 9.300 millones de dólares.
Sumados, el uso de ahorros de los trabajadores y el esfuerzo fiscal, se llega a la no despreciable cifra de US$ 45.000 millones, casi un quinto del PIB. Pero las cifras nos muestran que el sacrificio de los ahorros personales ha sido cuatro veces el esfuerzo fiscal.

[cita tipo=»destaque»]En este contexto de prolongación de la crisis, tal vez un tercer retiro sea útil para la reactivación de la economía, pero, de producirse, hay que tener claro que solo podrán acceder a él las personas que tenían depósitos superiores a ocho millones de pesos y los que no retiraron sus fondos en los dos retiros anteriores, por lo que el efecto en la economía será menor que el alcanzado en 2020.[/cita]

Hace casi un año, el 19 de marzo del 2020, el Foro para el Desarrollo Justo y Sostenible declaraba que “en una crisis de esta magnitud el grueso del esfuerzo corresponde más a la política fiscal que a la política monetaria. Por ello, es deseable que el gasto fiscal aumente más del 8,6%, considerando que esta crisis puede ser incluso peor que la del 2009, cuando el gasto fiscal aumentó 16 %”. Cinco días después señalaba: “El Gobierno sigue siendo insensible a la magnitud de la crisis. Las medidas anunciadas por el ministro de Hacienda son claramente insuficientes; su monto no responde a la magnitud del desafío”.

Es claro –de revisar las cifras– que el esfuerzo fiscal no ha estado a la altura de las necesidades, pero ello no ha sido por errores técnicos o desconocimiento de la realidad, sino por una clara definición política: poner el acento en el esfuerzo privado, como ocurre con los retiros de fondos de las AFP, es consistente con los principios subsidiarios establecidos en la Constitución del 80, en el programa de la derecha y el discurso de Piñera y Lavín, ya que promueven la solución privada a problemas públicos.

En una sociedad solidaria, pero también en algunas que no lo son tanto, ante la pandemia y la recesión que ha provocado, la solución ha sido que el Estado provea los medios para su superación, lo que luego se financiará con impuestos, normalmente progresivos. En cambio, en el Chile neoliberal e impulsado incluso por quienes no se declaran como neoliberales, la solución ha sido que cada quien resuelva el problema por sus propios medios, recurriendo a sus ahorros. La privatización de la solución.

La opción política de la derecha, como vemos, le ha dado resultados: 4/5 de la reactivación han provenido del ahorro de las personas.

Como sabemos, cuando se aplican soluciones privadas a problemas públicos hay unos que ganan y otros que pierden o, al menos, unos ganan más que otros. Esto lo demostró el presidente del Banco Central en su informe con motivo del “Chile Day”, que se realiza todos los años para dar cuenta a los analistas financieros internacionales de las perspectivas de la economía. De acuerdo a la gráfica que presentó, del total de retiro de fondos desde las AFP, unos US$ 15.000 millones han beneficiado al 20 % de mayores ingresos de la sociedad.

Por su parte, los costos asociados a dicha solución no son menores. De acuerdo a las cifras entregadas por la Superintendencia de Pensiones, más de 2 millones de personas han quedado ya sin ahorros, cifra que se incrementará en otros 2 millones si hay un tercer retiro y todos los que disponen de hasta cuatro millones de pesos hacen uso de todo su ahorro.

Pero los retiros han permitido reactivar la economía, que igual cayó un 6 % el año pasado, y generar empleos, que si son formales cotizan en el sistema de AFP, manteniendo su funcionamiento y generando rentabilidad a sus administradores. De esta manera, los ahorros de los trabajadores han vuelto, en parte, a transformarse en ahorros previsionales y a rentabilizar el sistema.

En este contexto de prolongación de la crisis, tal vez un tercer retiro sea útil para la reactivación de la economía, pero, de producirse, hay que tener claro que solo podrán acceder a él las personas que tenían depósitos superiores a ocho millones de pesos y los que no retiraron sus fondos en los dos retiros anteriores, por lo que el efecto en la economía será menor que el alcanzado en 2020.

Los retiros de fondos de los ahorros previsionales no son la mejor manera de enfrentar la crisis, y cada vez lo serán menos. Aplicar soluciones privadas a problemas públicos nunca es el mejor camino, si se recurre a ello es “ante la ausencia de una acción decidida por parte del Gobierno”, que ha “llegado tarde, a cuentagotas, con insuficientes montos y cobertura y con mecanismos de acceso demasiado complejos”, como ha señalado el Foro para el Desarrollo Justo y Sostenible.

Cuando el Gobierno falla, hay que actuar, pero no hay mucho que celebrar con los retiros, salvo que se crea que los problemas públicos se resuelven con soluciones privadas

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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