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Convención Constitucional: la nueva horizontalidad, el espejismo del eje derecha-izquierda y el debut de la geometría política Opinión

Convención Constitucional: la nueva horizontalidad, el espejismo del eje derecha-izquierda y el debut de la geometría política

Marco Moreno Pérez
Por : Marco Moreno Pérez Decano Facultad de Ciencia Política y Administración Pública, Universidad Central de Chile.
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Lo que ocurrirá en la práctica es el predominio de una lógica de horizontalidad. Se instalará en el trabajo de los convencionales un estilo más próximo al parlamentarismo puro, lo que creará incentivos para el juego social entre los convencionales para procesar diferencias, reduciendo la posibilidad de que los extremos se impongan y enfrenten. La Convención será así un espacio de disputa entre liderazgos de diverso tipo, donde todos son pares y sin jerarquías entre sus miembros. Sera una cocina, pero abierta y con muchos cocineros, donde para llegar a acuerdos se requerirá de habilidades y destrezas que posibiliten acuerdos intertemporales. Los acuerdos a los que se llegue serán el resultado no necesariamente de articulados en el eje izquierda-derecha.


El resultado de la elección de convencionales muestra nuevamente más sorprendidos que sorpresas. La conformación de la Convección Constitucional está mostrando un escenario que nadie previó. En especial el resultado de los candidatos independientes. La pregunta que sigue es cómo se conseguirán los acuerdos con la correlación de fuerzas que se expresó en las urnas. Sobre el tablero, dos lógicas: la de los partidos y la de la sociedad.

Los partidos, ignorando la señal del electorado, apostarán por imponer una lógica de negociación cuantitativa en el proceso deliberativo de la Convención. Buscarán establecer una dinámica de bloques, reproduciendo el eje derechas-izquierdas a partir del cual se negociarán y conformarán los acuerdos, sobre la base del número de escaños que alcanzaron: 37 Vamos por Chile, 25 Apruebo y 28 Apruebo Dignidad. Pero esto es un espejismo. La lealtad de los convencionales electos con sus electorados, plataformas o partidos bajo cuyas fórmulas fueron electos, se diluirá rápidamente. Esto será especialmente evidente en el caso de los independientes que compitieron en pactos y en cupos cedidos por los partidos, para aumentar su caudal electoral, pero que no los comprometen ni obligan con los mismos.

[cita tipo=»destaque»]Parece quedar claro que en el proceso de hechura de una Constitución no solo hay que tener en cuenta la técnica constitucional, la experiencia comparada o los aspectos filosóficos, sino que también estos procesos deben hacerse a partir de la realidad social y aplicando geometría variable a la hora de administrar el poder para buscar acuerdos. Es el mandato entregado por los ciudadanos a los 155 convencionales, mujeres, hombres y representantes de los pueblos originarios.[/cita]

Leer de manera lineal los escaños de independientes fuera de pactos como parte de los bloques de derecha o izquierda es un ejercicio equivocado. Este resultado es la constatación de la crisis del sistema de partidos políticos y expresa el voto de castigo de los ciudadanos hacia estos.

Contrariamente al espejismo que buscará instalar dos bloques homogéneos en la Convención Constitucional, una primera aproximación muestra que lo que predomina entre los 155 convencionales electos es la diversidad. En esta heterogeneidad, serán muy difíciles las órdenes de partidos o los alineamientos verticales.

Lo que ocurrirá en la práctica del proceso deliberativo de la Convención Constitucional es el predominio de una lógica de horizontalidad, de interacciones e iterativos sucesivas para conseguir acuerdo. Se instalará en el trabajo de los convencionales un estilo más próximo al parlamentarismo puro, lo que creará incentivos para el juego social entre los convencionales para procesar diferencias, reduciendo la posibilidad de que los extremos se impongan y enfrenten.

La Convención será así un espacio de disputa entre liderazgos de diverso tipo, donde todos son pares y sin jerarquías entre sus miembros. Sera una cocina, pero abierta y con muchos cocineros, donde para llegar a acuerdos se requerirá de habilidades y destrezas que posibiliten acuerdos intertemporales. Una gran parte de los temas sobre los que se delibere serán el resultado de acuerdos no necesariamente articulados en el eje izquierda-derecha.

Esta dinámica obligará a un ejercicio de geometría variable. Este es uno de los términos recurrentes de la política española. La dificultad de alcanzar mayorías absolutas, ha conducido a la necesidad de pactos en la política de dicho país. Cuando un partido gana las elecciones, pero su mayoría es relativa, puede optar por un pacto de legislatura o por pactos de geometría variable, que significa tanto como buscar en cada momento el aliado parlamentario más adecuado según la materia o, aunque suene mal, el más barato.

Con esta nueva geometría política, basada en la interacción y en la búsqueda de acuerdos de geometría variable, se expresarán alineamientos diversos, nuevas alianzas, según las temáticas constitucionales que busquen aprobar y formando coaliciones ad hoc. Este cambio, quizá, ayude a plantear y responder las preguntas que el viejo esquema izquierda-derecha hoy no puede ya resolver en Chile.

Cabe preguntarse si este último factor está siendo observado por los partidos. Sobre todo, en el actual contexto de crisis, en el que las prioridades se están reordenando y no conviene actuar con ideas preconcebidas. La observación social será más importante que nunca.

Parece quedar claro que en el proceso de hechura de una Constitución no solo hay que tener en cuenta la técnica constitucional, la experiencia comparada o los aspectos filosóficos, sino que también estos procesos deben hacerse a partir de la realidad social y aplicando geometría variable a la hora de administrar el poder para buscar acuerdos. Es el mandato entregado por los ciudadanos a los 155 convencionales, mujeres, hombres y representantes de los pueblos originarios.

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