
Palestino: Guede golpeó la mesa
Para el encuentro ante el Zamora, el técnico Pablo Guede decidió marginar a Leonardo Valencia y César Valenzuela -elementales en la gestación- justo cuando el equipo más necesita los puntos. El entrenador argentino golpeó la mesa luego de un irregular arranque de año, fundamentalmente por la actitud y rendimiento de sus principales futbolistas.
Leonardo Valencia mostró gran madurez cuando se frustró su paso a la Universidad de Chile en diciembre. En la oportunidad, manifestó que estaba muy cómodo en La Cisterna, que le seducía jugar la Copa Libertadores y que exhibiendo el mismo nivel del año anterior seguramente llegarán más ofrecimientos tanto de Chile como del exterior. Sin embargo, da la impresión que al jugador le quedó dando vuelta el tema, porque en la cancha no ha sido el mismo.
El medio futbolístico reaccionó con sorpresa ante la decisión del técnico argentino Pablo Guede, que dejó en Santiago a dos importantes jugadores de Palestino en la antesala del duelo de este jueves ante el Zamora en Venezuela (22:30 horas, Estadio Agustín Tovar de Barinas). Sin embargo, el entrenador ya había dado indicios de una determinación drástica después de la goleada recibida en La Cisterna ante San Marcos. Luego del 0-4, no escondió su molestia y amenazó con priorizar el torneo local por sobre el certamen continental: “Si esto sigue así, jugaré la Libertadores con juveniles”.
Las palabras de Guede no generaron el impacto esperado, al menos no en todos los jugadores, y eso se apreció claramente en el encuentro entre Palestino y Boca Juniors. Ese día, me tomé la libertad de opinar en Twitter y escribí lo siguiente: “Hoy Valencia jugó más para Fox que para Palestino”.
El partido del talentoso jugador fue extrañísimo. Tomó malas decisiones, muchas de ellas orientadas a resaltar el lucimiento personal más que contribuir al rendimiento colectivo. Daba la sensación de que Valencia estaba empecinado en impresionar a los analistas de la cadena televisiva internacional, olvidándose por momentos que lo importante era dejar los puntos en casa. Eso, aparentemente, también lo advirtió Guede, y por lo mismo lo dejó en el banco ante Colo Colo.
En el Monumental, cuando el equipo de Héctor Tapia ya jugaba con dos hombres menos (por las expulsiones de Emiliano Vecchio y Humberto Suazo), el entrenador de Palestino decidió el ingreso de Valencia, que tuvo la oportunidad de actuar poco más de media hora. Sin embargo, la actitud del ex wanderino tuvo incluso más desidia que la que mostró ante los xeneizes. Entró a la cancha como el crack del curso que llega tarde al partido en que sus compañeros se están matando por ganar, pero que él se siente tan bueno que cancherea en cada jugada hasta convertirse en el más intrascendente de la jornada.
Aparentemente más que el resultado mismo ante un rival disminuido en lo numérico, lo que molestó a Guede fue la actitud de sus hombres. No le perdonó a Valencia su desidia ni a Valenzuela su rendimiento. El habilidoso conductor no ha mostrado el nivel que exhibió la temporada pasada, y esta exclusión de la lista de viajeros es una señal que debería recoger.
El talento de estos dos jugadores no se puede discutir, pero la nómina de futbolistas con esas cualidades que se han quedado en el camino es tan grande como la corrupción en la FIFA.
La decisión de Pablo Guede puede provocar daño en el corto plazo, porque el equipo prescindirá de dos piezas muy importantes ante Zamora, pero seguramente será de gran utilidad en las carreras de estos dos futbolistas que si se enfocan sin duda pueden permanentes jugadores de Selección.