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Experto en relaciones entre EE.UU. y América Latina advierte que el presidente Joe Biden «no debería subestimar los desafíos» en la región MUNDO Crédito: Reuters

Experto en relaciones entre EE.UU. y América Latina advierte que el presidente Joe Biden «no debería subestimar los desafíos» en la región

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Titulada «El presidente Biden no debería subestimar los desafíos en América Latina», el autor indica que «ahora que el gobierno de Joe Biden comienza a deshacer el legado de Donald Trump en América Latina, muchos en la región parecen mostrar un optimismo cauteloso sobre la posibilidad de entablar relaciones más constructivas con el vecino del norte».


Michael Shifter, presidente del Diálogo Interamericano, un centro de investigación con sede en Washington enfocado en los asuntos del hemisferio occidental, experto en relaciones entre Estados Unidos y América Latina y coeditor de varios libros sobre gobernanza democrática en la región, escribió una columna de opinión en el New York Times, donde aborda los desafíos del presidente Joe Biden con el continente latinoamericano.

Titulada «El presidente Biden no debería subestimar los desafíos en América Latina», el autor indica que «ahora que el gobierno de Joe Biden comienza a deshacer el legado de Donald Trump en América Latina, muchos en la región parecen mostrar un optimismo cauteloso sobre la posibilidad de entablar relaciones más constructivas con el vecino del norte».

Agrega que el giro del «presidente Biden hacia una política migratoria más compasiva envía un mensaje poderoso, además de que ha prometido adoptar un enfoque basado en los valores e intereses nacionales (no personales), con un compromiso renovado con la democracia, los derechos humanos y el combate a la corrupción. También ha recalcado la urgencia de la lucha contra el cambio climático».

«Las duras realidades que enfrenta América Latina podrían frustrar las metas y aspiraciones del nuevo gobierno de Estados Unidos en una región devastada por una altos niveles de violencia y enormes desigualdades», reconoce.

En esa línea, recuerda que América Latina se encuentra en una «espiral descendente», asegurando que tanto gobiernos de izquierda como de derecha «han quedado cortos». Además, la pandemia del Covid-19 «ha revelado la debilidad de las instituciones, la corrupción arraigada en las esferas políticas y empresariales y las fallas sistemática en los sectores de la salud, la educación y otros servicios públicos».

Por otro lado, reconoce que «la política estadounidense en torno a América Latina también se verá limitada por las múltiples crisis dentro de Estados Unidos que Biden ha heredado, las cuales con toda seguridad consumirán el tiempo, el capital político y la capacidad de gasto del gobierno. En materia de política exterior, Europa y Asia tendrán prioridad sobre América Latina».

El autor de la columna explica que las políticas de Biden para América Latina son distintas a las de Trump. «La suspensión de la construcción del muro fronterizo, los cambios en las normas del proceso de asilo, la reunificación de las familias que fueron cruelmente separadas y otras reformas migratorias propuestas serán aclamadas en toda la región», dice.

«Los primeros indicios de nuevos enfoques con respecto a Venezuela y Cuba también son alentadores. En cuanto a Venezuela, se espera una diplomacia pragmática, en la que Estados Unidos vuelva a unir esfuerzos con Europa para promover negociaciones serias. En lo referente a Cuba, parece más probable que se avance hacia un mayor compromiso estadounidense, al estilo del deshielo del gobierno de Barack Obama en 2015. Las amenazas y las sanciones estrictas contra ambos países —en aras de proyectar dureza— han resultado ser contraproducentes y dañinas para los ciudadanos de a pie», agrega.

Sin embargo, advierte que Biden tendrá dificultades para encontrar «aliados dispuestos a unirse a sus esfuerzos para generar el impulso necesario para defender la democracia en América Latina». «Algunos gobiernos estaban contestos de que Trump les diera carta blanca en los asuntos relacionados con la democracia y los derechos humanos», añade.

«El gobierno entrante debería alejarse de los intentos de Trump por satanizar a China o describir su creciente influencia en América Latina casi en términos de una guerra fría. Más bien, Biden debería cumplir su promesa de fortalecer la capacidad de Estados Unidos para competir de manera eficaz en la región. Debe enfatizar la necesidad de incrementar el comercio, la asistencia y la inversión privada en América Latina», dice en la parte final de su columna.

«Dados los desafíos que enfrentan las políticas de Estados Unidos para América Latina, lo más sensato es enfocarse en unos cuantos objetivos modestos y razonables. Para el gobierno de Biden, la máxima prioridad es la situación devastadora en que se encuentra Estados Unidos. Pero para anunciar que el enfoque del país ya no es “Estados Unidos primero”, la cooperación en la pandemia, más que cualquier otra cosa, será fundamental», añade.

«Estados Unidos ha vuelto a la Organización Mundial de la Salud y a COVAX, una iniciativa global para garantizar el acceso a las vacunas contra la COVID-19. Ahora, el gobierno de Biden debería considerar emprender un proyecto serio para ayudar a las naciones latinoamericanas a acabar con la pandemia y apoyar una recuperación económica con justicia social. Una primera medida crucial sería brindar ayuda financiera y logística para asegurar el suministro necesario de vacunas, así como para contribuir a garantizar que se distribuyan de manera generalizada y que lleguen a las poblaciones más vulnerables. Nada sería más útil para restaurar y renovar las alianzas de Estados Unidos con el resto del continente americano», cierra.

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