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Miel: el oro líquido de múltiples beneficios Gastronomía

Miel: el oro líquido de múltiples beneficios

Azarías Flores Monsalve
Por : Azarías Flores Monsalve Estudiante de periodismo U. de Chile
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El edulcorante natural más antiguo del mundo simplemente no pierde su gracia. En tostadas, en un té, en la piel y hasta en heridas logra mantenernos maravillados por sus propiedades.


Ha sido nuestra compañera desde los albores de la civilización. Griegos, chinos y egipcios la utilizaban como componente medicinal, mientras que en religiones como el cristianismo y el islam tiene un valor simbólico y cultural considerable.

La miel debe ser uno de los pocos alimentos en los que todas y todos podemos encontrarnos. Sea más dulce o ligera, oscura o clara, de Chile o el extranjero todas tienen esa facultad de maravillarnos.

Sobre todo la miel chilena es de gran reputación a nivel mundial. Hace poco más de un año los productos apícolas chilenos consiguieron permiso para entrar al mercado de los Emiratos Árabes. Por su parte, Terra Andes fue la primera marca de miel chilena en tramitar su certificación de entrada en China, además de comercializarse en diferentes puntos de Asia como Tailandia, Malasia y Taiwán.

Valor nutricional

Nutricionalmente hablando, la miel pura contiene pequeñas cantidades de un amplio rango de vitaminas, minerales, proteínas y antioxidantes que sirven para paliar enfermedades.

La miel es mayoritariamente una combinación de glucosa con fructosa -y una cantidad mínima de sacarosa-, algunos de los mismos componentes de la azúcar de mesa. En comparación, la miel es más dulce, más alta en calorías, carbohidratos y azúcares totales. Sin embargo, el aporte calórico de de mayor calidad y contribuye a que el metabolismo funcione.

Como describen sitios como ecocolmena, entre sus facultades de consumo se cuenta la presencia de antioxidantes que protegen contra enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer. También se ha comprobado que reemplazar el azúcar por miel puede reducir los niveles de colesterol total en un 3,3%.

Para las personas con diabetes es un reemplazo ideal, ya que sus niveles de sacarosa son menores a los del azúcar de mesa regular. Junto con esto, se ha descubierto que la miel puede tener efectos positivos en el perfil lipídico de personas que padecen esta enfermedad. Si bien tampoco se recomienda su consumo excesivo, sí se puede comer con más confianza.

Usos clínicos

Las facultades antibacteriales de la miel son bien conocidas. En el panal, mientras el néctar se deshidrata y convierte en miel, pequeñas cantidades de peróxido hidrógeno antiséptico son producidas.

Porque el peróxido de hidrógeno tiene facultades antibacterianas, la miel ha sido utilizada tradicionalmente como un medicamento de contacto y es actualmente utilizada para acelerar curaciones y prevenir infecciones en heridas cutáneas, quemaduras y ulceraciones, además de heridas quirúrgicas, úlceras en pies diabéticos, entre otras.

Si bien su uso como antiséptico ha caído tras el desarrollo de los antibióticos modernos, su uso medicinal ha regresado tras el auge de bacterias resistentes a los antibióticos.

Facultades cosméticas

Los componentes curativos de la miel también son aprovechados en varias recetas cosméticas para la piel y el cabello. No solo por sus facultades antisépticas y antioxidantes, sino que por sus efectos suavizantes, calmantes y acondicionadores.

La miel lubrica la piel y mantiene su humedad, convirtiéndola en un ingrediente ideal en la producción de artículos de belleza como bálsamos labiales y lociones.

Los dedicados al cuidado de la piel recomiendan prácticas como aplicarla directamente en espinillas y labios secos. Junto con eso aconsejan diluir una cucharada en 4 tazas de agua tibia para utilizar como enjuague para el pelo, con el fin de dar más brillo.

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