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En Europa comienza la apertura de bares y terrazas Mesa y Mantel

En Europa comienza la apertura de bares y terrazas

Begoña Uranga
Por : Begoña Uranga Durante 20 años publiqué en El Sábado. La revista, como tal, desapareció y hoy se publica como parte del diario en un suplemento. Por lo pronto, quiero invitarlos a visitar mi Instagram @begona.uranga (el de la foto con chaleco salmón, porque el otro dejo de publicarse), donde les entrego recetas, libros y algunas recomendaciones gastronómicas.
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Y aunque en este sector del mundo, el invierno se ha sumado a la pandemia del Covid-19 y el confinamiento, en Europa y otros países del hemisferio norte, la llegada del buen tiempo y la baja de los infectados ha llevado a sus ciudadanos a lanzarse a la calle, como si el mundo se fuera a acabar.

En Italia y España, por ejemplo, se ha autorizado la apertura de terrazas al aire libre, para tomarse el aperitivo o un café. En una segunda etapa se podrá ir a los restaurantes a retirar comida y luego, ir paulatinamente atendiendo en sus salas. Todo ello supeditado a cómo se vaya desarrollando la cosa. Hay algunos países, como Corea del Sur, que han debido echar marcha atrás en las libertades por los contagios producidos en locales nocturnos.

Las informaciones que llegan de Europa dan cuenta de la gran afluencia de público a estos lugares, en los que la gente se saca la mascarilla para beber y picar algo, a la vez que suman sillas a las permitidas para cada mesa. Se sabe que todo cambiará después de la pandemia pero las costumbres son costumbres… Fiestas en Ibiza, piscinas abarrotadas de público consumiendo alcohol, sin mascarillas ni distancias sociales son denunciadas con indignación pero se siguen realizando.

Pero, aunque irresponsable, es totalmente entendible que los meses de encierro hayan sido una pesadilla para países acostumbrados a hacer la vida en la calle. Hacia allí, precisamente, mira con atención el rubro gastronómico nacional, para ver si la vuelta a la normalidad es posible y en qué términos.

Porque lo que está claro es que los sistemas de higienización de toda la cadena deberán ser muy estrictos. Además, obvio, de los atuendos del personal de sala, con mascarillas, guantes y uniformes de protección. Todo ello, encarecerá obviamente la cuenta a pagar.

Sin embargo, donde se plantea el mayor desafío es en el aforo que deberá tener cada establecimiento. Por ejemplo, se estima que un local para 150 comensales deberá atender apenas al 50 % en la fase más avanzada.

Y he aquí el problema: ¿cómo entregar la misma calidad, con todas las nuevas exigencias sanitarias, en un restaurante funcionando con la mitad de su público? Será difícil que los resultados financieros acompañen la gestión. A los que no han cerrado definitivamente, les será complicado mantenerse operando. ¡Y todo por este microscópico agente infeccioso!

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