Publicidad
Cepal muestra el lado B del ‘boom’ de inversión extranjera en Chile

Cepal muestra el lado B del ‘boom’ de inversión extranjera en Chile

Héctor Cárcamo
Por : Héctor Cárcamo Periodista El Mostrador Mercados
Ver Más

Hay aplausos por los US$ 30.000 millones invertidos, pero se critica que más de la mitad de las elevadas utilidades que producen son repatriadas y no generan cambios en la estructura productiva.


Se infla el pecho de varios cuando Chile aparece segundo en la lista de países con mayor inversión extranjera en América Latina y el Caribe en 2012. Sólo le supera Brasil, el gigante latinoamericano, inalcanzable.

La estrella solitaria brilla, al igual —por cierto— como la región lo hace en el mundo por los grandes flujos de capitales que han llegado a la zona. Esto, en medio de la crisis que azota a las economías desarrolladas desde hace ya 5 años.

En el 2012 la inversión extranjera en Chile aumentó un 32 % (IED, Inversión Extranjera Directa) respecto de 2011, montos muy superiores al resto de la región salvo Brasil. El país capturó US$ 30.323 millones, el doble que Colombia y a una distancia aun mayor que Perú y México; el primero aspira a superar a Chile en desarrollo en un horizonte cercano y el segundo tiene una población casi nueve veces superior.

La cifra chilena representa un 11,3 % del PIB, otro récord, pues la de América Latina y el Caribe promedia 3 %. A la región llegaron más de US$ 173 mil millones, 6,7 % más que hace un año, mientras que en el mundo los flujos cayeron 13 %.

Las cifras no mienten. La región aún subdesarrollada y por años postergada ha iniciado de la mejor manera la década actual.

Pero los números que reveló la Cepal esta semana a través del informe La Inversión Extranjera Directa en América Latina y el Caribe 2012, dejan a Chile y a la región con varios récords incómodos de confesar.

Nuestro país es por lejos el país donde los recursos naturales representan la mayor parte de la inversión extranjera (50 %). La minería, la responsable de lo anterior, logra rentabilidades que sólo Chile le puede dejar (25 %) y a cambio, aporta números de empleo que lo ubican en la parte inferior de la lista regional (1 cada US$ 1 millón de inversión).

Somos de los países menos industrializados de América Latina (AL), porque en esos donde la manufactura prima, al igual que los servicios o los alimentos, como México, las ganancias son más acotadas y la generación de empleo hasta se cuadruplica.

Y como estamos en el top tres de los captadores de inversión, detrás de Brasil y sobre México, un número no menor de economistas dice que es relevante preguntar cuánto de lo que entra por una puerta sale por la otra. Y en eso Chile también lidera la región, ya que los montos que salen al exterior de las utilidades generadas por la inversión extranjera son muy superior a sus competidores.

De acuerdo al informe, en promedio, las empresas transnacionales repatrían a sus casas matrices una proporción de sus utilidades ligeramente superior (55 %) a la que reinvierten en los países de la región donde fueron generadas (45 %).

Cepal reconoce que la inversión es positiva si ayuda a desarrollar a los países; pero si paga lo que corresponde al país donde extrae recursos.

Chile, rey de reyes

La Cepal advierte desde un principio que en la región las empresas transnacionales lucran como en ninguna parte del mundo. Si entre 2002 y 2011 la renta de la Inversión Extranjera en Estados Unidos, Europa y Japón se duplicó, en los países en desarrollo se cuadruplicó.

En Chile, dice Cepal, la renta creció siete veces.

Las ganancias anuales de las transnacionales crecieron 5,5 veces en los últimos nueve años en América Latina y el Caribe (de US$ 20.425 millones a US$ 113.067 millones). Según la Cepal, este crecimiento tan dramático tiende a neutralizar el efecto positivo del ingreso de inversión extranjera pues en los últimos años la renta llegó a equivaler a un 92 % de los ingresos por IED.

Cepal explica este elevado retorno por dos causas: el fuerte arribo de inversiones en la segunda parte de la década de los ’90 y las enormes tasas de rentabilidad de las inversiones desde 2003 en adelante.

“La renta es muy alta, sin duda. Es mucho más alta que ultima década y comparativamente en países es mucho más altas en países mineros, mucho más baja que en países donde inversión se concentra en manufactura por ejemplo”, explica el experto Miguel, Pérez Oficial de Asuntos Económicos de la División de Desarrollo Productivo y Empresarial de la Cepal y uno de los autores principales del informe.

En todo caso, no toda la renta es retirada del país, ya que en promedio en los últimos años las empresas reinvirtieron cerca del 50 % de la renta, aunque en 2012 la cifra fue de solo 35 %.

Y otra particularidad de Chile. Se está pareciendo a los países inversores, pues un cuarto de las IED que llega a Chile luego es reinvertidas en otro país de la región.

La masiva llegada de capitales a la región está afectando la balanza de pagos del continente, pues mientras la balanza comercial de bienes de los latinoamericanos promedió US$ 50.000 millones entre 2008 y 2011, la renta obtenida por la inversión extranjera fue de casi el doble.

“En algunos países como la Argentina, Chile o el Perú, la entrada de capital en forma de IED ha quedado completamente contrarrestada por la salida de capital en forma de renta de IED. En otras palabras, el efecto que las inversiones de las empresas transnacionales tienen en la balanza de pagos de América Latina y el Caribe ha cambiado sustancialmente. La IED todavía puede considerarse un instrumento con potencial para transformar la estructura de la economía hacia sectores y actividades más productivos y sostenibles, pero ya no es posible identificar la IED con ingreso neto de capitales que ayude a equilibrar la balanza de pagos”, indica el informe.

Y Chile es referente en estos índices. Porque nuestro país casi cuadruplicó la inversión extranjera desde 2006, llegando esta a representar el 11,3 % del PIB, la cifra más alta de la región.

Y la renta de las transnacionales ha ido de la mano con ese crecimiento y más rápido. Al dividir la renta de la IED por la inversión arribada en los últimos años Chile y la región tratan realmente bien al extranjero.

Si se compara a Chile con Brasil y México, que son los competidores en niveles de inversión extranjera, los números son llamativos. En Brasil la renta anual en 2009, 2010 y 2011 representó un 81 %, 54,8 % y 47,6 % de la inversión que ingreso en los mismos años, respectivamente. En México, en tanto, los índices fueron 48,4 %, 33,6 % y 47,1 %.

¿Chile? en 2009 y 201 la rentabilidad fue mayor a los montos invertidos y en 2011 cayó, pero igual representó casi un 80 %.

Cepal no dispone de cifras de renta en 2012, por lo que no se pudo calcular las relaciones para el último ejercicio.

El botín del cobre

Chile carga a cuestas con el sueldo de Chile para bien y para mal. En 2012 el sector minería representó un 50 % de la inversión extranjera. Detrás vienen inversiones en bancos (18 %) y servicios (aguas, electricidad y gas).

Todos sectores destacados por la Cepal como de gran renta. Así, la minería retornó 25 % en 2012 y los servicios un 12 %.

“En América Latina se puede citar el caso del Brasil, que presenta también un aumento notable de la renta de IED, concentrado principalmente en algunas manufacturas y servicios. Incluso en países como Chile, donde la mayor parte de la renta está concentrada en la minería, existen otros sectores como la electricidad o la banca que mostraron en los últimos años tasas de rentabilidad muy superiores a la media”, afirma el documento.

El informe de Cepal muestra que al comparar los países en que la renta de la IED de recursos naturales supera el 10 % del PIB, Chile es el quinto en renta y sólo en nuestro país “predomina claramente la renta minera”. De hecho,  Chile al compararse con Perú, que es el otro país con fuerte presencia minera en inversión extranjera, lo duplica en términos de la renta que genera (casi 18 % contra 9 %).

Y es que la minería siempre gana más. El estudio del organismo regional revela que por sectores, la minería es de lejos el de mayor ganancia sobre capital, con más de 25 %, seguido de lejos por bebidas y medios con 11 %. Todo el resto de las actividades están bajo 10 %.

Pérez explica que el nivel de retorno de la minería tiene otros impactos. “Si las rentas son desproporcionadamente altas, hace que haya un incentivo mucho mayor para invertir en minería que en ningún otro sector y eso genera un locking de la producción en el sector minero, es decir, no hay inversión en otro sector porque lo más rentable es invertir en minería”, afirma.

Porque en Chile no hay industria propiamente tal.

A diferencia de Brasil, por ejemplo, que concentra un 38 % de la IED en manufactura, aunque la cifra cayó fuerte respecto de 2010 y es menor al promedio de años anteriores (43 %). Lidera la IED los servicios con 48 % y en menos medida las actividades extractivas con 13 % (petróleo y gas). Todo esto derivado de la desaceleración de la economía en el período. O en Argentina, donde la IED se concentra en industria y agricultura (44 %) y en menor medida el petróleo (20 %).

Y es que en Brasil, por ejemplo, la inversión foránea llega a sectores manufactureros, donde las rentas son menos cuantiosas.

Nuestro país sale de la norma en otro tipo de inversiones extranjeras, como las de cartera, que incluyen bonos del Estado, acciones y principalmente inversiones de las AFP.

Según Cepal, en los últimos dos años Chile ha concentrado el 55 % de las inversiones de cartera de países de América Latina en la misma región. Esto, pese a que según las cifras de estudio el egreso por renta generada en inversiones de cartera ha tenido un crecimiento modesto en la última década (de US$ 20.000 millones a US$ 30 mil millones).

Y también es peculiar el origen de los ingresos de Inversión Extranjera a Chile. Un 33 % de estos vinieron de préstamos entre grupos empresariales o compañías filiales, lo que, incluyendo el traspaso de bienes, también se conoce como transferencia de precios.

De los más de US$ 30.000 millones ingresados como IED a Chile, un tercio provino de préstamos entre compañías, derivado normalmente de préstamos desde la matriz a la cual la firma en Chile le paga un interés, resultado para el grupo en general más beneficioso y no siempre así para el país. En la región, este tipo de inversión representa sólo un 22 %.

El informe de la Cepal, a propósito de esta situación recordó el caso de la conocida minera Disputada de las Condes que en 2001 fue vendido por ExxonMobil a AngloAmerican en US$ 1.300 millones.

La empresa nunca pagó impuestos a la renta. Según Cepal, la empresa se financiaba en un 99 % con préstamos de filiales, créditos que pagaban el 4 % de impuesto por los intereses, mucho más conveniente que el 35 % que le hubiese correspondido por las utilidades.

Advertencias

La Cepal no es ajena al fenómeno de alta rentabilidad que se ve en la región y en Chile en particular. En su informe, advierte que a nivel de gobiernos se deben tomar decisiones para no perder la oportunidad de aprovechar los actuales niveles de precios de las materias primas y rentabilidad de las inversiones extranjeras.

Por ello, señala que se debe poner atención a que quienes invierten en los países de América Latina paguen lo que corresponde, sobre todo en los casos en que se explotan recursos no renovables, como es el caso de Chile.

“En definitiva, América Latina se ha destacado en los últimos años por generar grandes beneficios para las empresas transnacionales que invirtieron en ella. Si bien las rentabilidades han sido históricamente excepcionales en los últimos años y es probable que a medio plazo decaigan, el nivel absoluto de renta generada por la IED en la región seguirá siendo muy alto. Esto requerirá una nueva visión del papel que las empresas transnacionales deben cumplir en el desarrollo de la región, y de las políticas que los Estados deben implementar para ello. Evaluar la importancia de los beneficios de las empresas transnacionales en la base fiscal de los países y considerar el efecto que tendrá el aumento de las rentas en el equilibrio de la balanza”, indica Cepal.

Miguel Pérez, Oficial de Asuntos Económicos de la División de Desarrollo Productivo y Empresarial de la Cepal y uno de los autores principales del informe, dice que dada su fuerte presencia en minería, Chile debe analizar los caminos a seguir para capturar una mayor tajada de la renta que se obtiene por la explotación de los recursos. Las alternativas, dice, van desde aumentar la producción de Codelco, revisar tasas impositivas o royalties al sector o incluso si el país así lo decide, eventuales estatizaciones, “pero siempre pagando el valor que corresponde al privado”.

Otra fuente de preocupación de la Cepal es el uso de paraísos fiscales por parte de las transnacionales para reducir sus pagos de tributos en la región. Estados Unidos, asiduo inversor en la región, lo tiene claro. Según Cepal, en 2011 casi el 50 % de las rentas que llegaron al país del norte proveniente de filiales extranjeras, venían de 7 paraísos fiscales.

Cepal llama la atención para tomar medidas en la región. Chile aparece como activo usuario de esos paraísos tributarios.

“Dados los crecientes beneficios que obtienen las empresas transnacionales en la región, y teniendo en cuenta que estos países mantienen presiones impositivas por encima de la media mundial, es de suponer que las prácticas de las empresas transnacionales para transferir beneficios a jurisdicciones con fiscalidad muy reducida tengan un impacto en la recaudación de los países de la región. En las economías desarrolladas, la erosión de la base fiscal por parte de las empresas transnacionales es motivo de preocupación pública, y tanto los gobiernos como las empresas y la sociedad civil están reaccionando ante este problema (véase el recuadro II.3).

Además, la creciente expansión de las inversiones directas de América Latina hacia el exterior no hará más que añadir otra fuente de posible erosión de la base fiscal, toda vez que las empresas locales podrán acceder a los mismos instrumentos para reducir sus obligaciones fiscales. Por ejemplo, 8 de las 20 mayores empresas translatinas de Chile cuentan con filiales en las Islas Caimán o en las Islas Vírgenes Británicas”, concluye el documento.

Publicidad

Tendencias